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México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
El joven artista optó por la goma sobre
el carboncillo
Zunini gusta de sacar luces a espacios oscuros
MERRY MAC MASTERS
Ahora que muchos artistas jóvenes hacen instalación
o trabajan con medios electrónicos, el uruguayo Alvaro Zunini (Salta,
1977) presenta dibujos de grandes dimensiones, hechos a base de goma sobre
carboncillo, en lo que constituye su primera exposición individual
y con la que se abre la galería KBK (Petrarca 239, piso 8, Polanco),
que dirige Ubaldo Krämer. Zunini, quien dibuja desde niño,
tiene un lustro de trabajar con la técnica mencionada, la cual le
permite ''sacar luces'' de la superficie oscura.
El
hecho de que sus creaciones sean de apariencia clásica tiene
que ver con los recuerdos de su niñez. Samuel Morales escribe que
el árbol geneológico de Zunini se remonta a la vieja Italia,
y mediante la iconografía de sus obras (una vaca, la oveja, el caballo,
un árbol, el asado) se advierte el recuerdo vivo del campo, algunas
de sus prácticas laborales y domésticas, y la presencia de
''los viejos''.
A Zunini le gusta trabajar con texturas. La técnica,
dice, le permite ver el pelo de un animal, así como la textura de
una carne o un árbol. Los dibujos de ''los viejos" le son de especial
gusto, ya que se siente muy allegado a sus abuelos y tíos. El tema
del bebé recién nacido también le permite abordar
otro tipo de arrugas y jugar con los dos polos: niñez-viejez.
Radicado en México desde mediados de 2000, ya que
trabaja de director de arte, Zunini, contrario a muchos artistas, en vez
de enfrentarse al cuadro en blanco y empezar a sombrear, siempre parte
de un fondo negro. Es decir, en ese proceso inverso primero pinta el papel
de negro y luego empieza a borrar o sacar luces, como dice.
Respecto de sus grandes formatos, Zunini explica: ''Cuando
se trabaja en una dimensión de tres metros de largo y se está
muy cerca de la superficie, el espacio se vuelve prácticamente abstracto,
porque no se alcanza a ver toda el área -puede haber un rayo de
80 centímetros-, hasta que uno se aleja y empieza a ver qué
parte de ese cuerpo, animal o cara se estaba haciendo. Luego vuelves a
acercarte y meterte en ese mundo. Por eso, el formato grande me seduce
mucho. También te desafía a resolver situaciones que, al
trabajar de cerca, son del todo abstractas, pero cuando te alejas, componen
una forma".
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