México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
En el DF, el nivel más alto; en Chiapas, ínfimo
Grandes desigualdades en el índice de desarrollo humano: Sedeso
El acceso desigual a las oportunidades de salud, educación e ingresos monetarios ha provocado que los mexicanos de distintas regiones del país registren también un diferenciado índice de desarrollo humano (IDH), al grado que un habitante del Distrito Federal tiene actualmente 10 por ciento más esperanza de vida, 24 más escolaridad y 52 por ciento más ingresos que un chiapaneco, que se encuentra entre los más desfavorecidos socialmente, de acuerdo con un análisis de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso).
Con base en el Informe sobre el Desarrollo Humano México 2002, dado conocer por Naciones Unidas este año, la dependencia indica que esta situación generó que sólo 67 por ciento de los jóvenes de 15 años de las zonas rurales del país hubieran concluido la primaria al inicio de la presente administración (2001), mientras en zonas urbanas la cifra se elevó a 90 por ciento.
En el nivel de secundaria, la Sedeso señala que la distribución desigual de las oportunidades educativas provocó que sólo 10 por ciento de los alumnos más pobres (40 por ciento de la población) la concluyeran.
"Quizá la clave para entender que somos la economía número 10 a escala mundial, pero tenemos el lugar 55 en cuanto a IDH -esperanza de vida, educación y producto interno bruto (PIB) per cápita-, sea, además del efecto poblacional, la profunda pobreza y la muy alta concentración del ingreso", lo que coloca a México al parejo de Brasil, Colombia y Guatemala, pero debajo de naciones como Nigeria, Kenia y Bangladesh, indica.
Agrega que por el tamaño de su PIB, a México corresponderían niveles de desigualdad semejantes a los de España o Corea del Sur; sin embargo, la concentración del ingreso en pocas manos ha redundado en un recrudecimiento de la pobreza.
Añade que durante el periodo 1992-2002 la distribución del ingreso en el país se mantuvo "estable", por lo que 10 por ciento de las familias más pobres obtuvieron sólo 1.6 por ciento de la riqueza generada al año, en tanto el 10 por ciento más rico retuvo 35 por ciento de los ingresos.
"Dicho de otra manera, el ingreso de las familias del decil más pobre representa 4 por ciento de los ingresos de las familias con mayor riqueza."
En el informe, firmado por Gonzalo Hernández, Gustavo Merino y Ericka Rascón, la Sedeso señala también que la cobertura educativa y sanitaria generó entre 1950 y 1990 un fortalecimiento del IDH; no obstante, a partir de esa fecha, los ingresos de los mexicanos cayeron constantemente, lo que generó debilitamiento del nivel de vida.
En 2001, México registró un IDH de 0.80, que lo coloca por debajo de todas las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -excepto Turquía- y de otros países latinoamericanos como Argentina, Chile, Uruguay y Costa Rica, y sólo por encima de Colombia, Venezuela y Brasil.
En cuanto al análisis por regiones, la Sedeso indica que la zona sur (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) presentó los niveles de esperanza de vida, de escolaridad y PIB per cápita más bajos, en contraste con la zona noreste (Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Tamaulipas), que registró el IDH más alto.
En cuanto a entidades, el Distrito Federal presentó un IDH 27 veces superior al de Chiapas y superó a todos los estados en los tres indicadores. JOSE GONZALEZ MENDEZ
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