México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
Lamentan profesores que dichos niños
sean blanco de discriminación
Menores indígenas aún enfrentan la subvaloración
de sus tradiciones
Propósito oficial: que esos alumnos tengan conocimientos
iguales al resto de estudiantes
Cora o chontal, náhuatl o maya, huichola o yaqui,
cualquiera que sea la lengua materna de los niños indios, todos
deberán alcanzar una meta: tener los conocimientos previstos en
la educación pública nacional, fortalecer su habla nativa
y valorar su cultura. Esos son los lineamientos fundamentales de la educación
indígena nacional, según el responsable del programa respectivo,
Rubén Viveros.
Sin embargo, tanto en este subsistema como en la educación
regular las comunidades indígenas continúan enfrentando la
discriminación y la subvaloración de sus tradiciones y costumbres,
reconocen distintos observadores.
La
Secretaría de Educación Pública (SEP) planteó
la solución en 1997 con el enfoque intercultural bilingüe;
no obstante, una y otra vez se asume que los resultados no han sido los
esperados.
La población de niños indios de cero a 14
años asciende a 3 millones 975 mil en México. De ellos, 2
millones y medio están en edad escolar, es decir, tienen entre 5
y 14 años. En el subsistema de educación indígena
se atiende a un millón 200 mil en los niveles de educación
inicial, prescolar y primaria en 24 estados. El resto es atendido por el
sistema regular de enseñanza o en programas estatales destinados
a este sector de la población, aseguran las autoridades educativas.
Los funcionarios reconocen que entre 5 y 7 por ciento
de los 2.5 millones de niños no asisten a la primaria por causas
como la migración o por vivir en la calle.
Con más de 20 mil centros educativos y 53 mil maestros,
en su mayoría con nivel de bachillerato, los resultados de los indicadores
educativos, afirma Viveros Alvarez, "han avanzado, pero no como quisiéramos".
Las cifras oficiales indican que en educación primaria, en el ciclo
escolar 2001-2002, 12.2 por ciento de los niños indígenas
reprobaron y 3 por ciento desertaron, en contraste con el sistema educativo
nacional regular, en el cual los porcentajes fueron 6.2 y 1.6, respectivamente.
Obstáculos
Falta de capacidad del maestro para aplicar un modelo
educativo flexible e incluyente, atribuida a una formación docente
con una visión homogénea de la educación y a una "barrera
invisible" entre las decisiones del gobierno federal y las acciones de
las autoridades estatales en las aulas indígenas, es una de las
causas que mencionan los responsables en la materia ante lo que es un hecho
contundente: los indicadores educativos para este sector de la población
continúan en el último lugar nacional.
Para el arqueólogo Rubén Viveros Alvarez,
las líneas de trabajo están establecidas: adaptar y flexibilizar
los contenidos educativos a las necesidades y conocimientos previos de
los niños indios, con el objetivo de que cuenten con los fundamentos
básicos de la educación primaria.
Tras reconocer que los avances "no son como quisiéramos",
Viveros asegura que uno de los obstáculos es que la formación
de los docentes está planteada "como si fueran a trabajar en una
escuela regular, a partir de planes y programas de estudios generales",
lo que impide que se reconozcan los conocimientos previos de las culturas
indígenas para incorporarlos a los contenidos escolares.
Este no es el único problema, advierte, pues desde
la federalización de la enseñanza básica en 1992,
la operación de los servicios educativos quedó a cargo de
los estados. Ante ello, "una cosa es lo que se establece como norma para
aplicar en el aula y otra lo que se lleva a cabo. Hay una barrera invisible,
pero muy gruesa, que genera que lo que se norma desde acá tarde
mucho en llegar al aula".
En tanto, Esther Lara Franco, profesora en la comunidad
de Tlacoapan, Guerrero, ganadora del primer lugar como docente indígena
en la entidad, afirma que los niños indios continúan con
graves problemas en materias como español y matemáticas.
"Muchos niños cuando llegan a primer año
nada más se nos quedan mirando porque no entienden español
y debemos traducirles al tlapaneco", asegura.
Profesora de varios alumnos con alto desempeño
escolar, señala que las carencias alcanzan a todos. "Aunque es una
escuela grande, no contamos con suficientes computadoras. Tenemos una que
se ganó una niña en un concurso de cuentos y narraciones,
pero nada más. Igual cuando nos pide seguir capacitándonos,
ahí es donde los maestros dicen que no, porque el dinero para hacerlo
sale de nuestro bolsillo."
María del Refugio Sámano Rodríguez,
profesora de la escuela Leona Vicario, en Zitácuaro, Michoacán,
asegura que aunque hay familias que cuentan con el apoyo del programa Oportunidades,
los padres no invierten en la educación de sus hijos, e indicó
que los niños indígenas que se han trasladado a las pequeñas
ciudades "normalmente son de bajo rendimiento, porque están cansados,
pues la mayoría trabaja por las mañanas y va a la escuela
por la tarde".
No tener como lengua materna el español, señala
la profesora, provoca que "muchos niños se burlen de ellos porque
su pronunciación no es buena, aunque la mayoría son bilingües.
Cuando se les pregunta si vienen de comunidades indígenas ellos
mismos no lo quieren aceptar muy bien. Se nota que falta una gran valoración
de su cultura".
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