México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
Las empresas prefieren pagar dividendos que ampliar sus operaciones: ABM
La caída de inversión pública y privada obstaculiza la recuperación económica
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Una continua caída de los recursos públicos y privados destinados a nuevos proyectos de infraestructura se ha convertido en uno de los principales obstáculos para que el país logre un crecimiento sostenido a largo plazo y ha provocado que las principales empresas prefieran pagar mayores dividendos a sus accionistas en vez de invertir en la ampliación de sus operaciones.
"Es claro que las empresas no están destinando dinero a nuevas inversiones", dijo Manuel Medina Mora, presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM). Al mismo tiempo que los particulares reducen el gasto para proyectos de expansión, los recursos públicos canalizados a mejorar la infraestructura del país se han reducido sostenidamente.
El gobierno federal destina un promedio de 8.3 por ciento del gasto a ampliar la infraestructura física del país, apenas una quinta parte de los fondos canalizados a este rubro hace dos décadas, cuando 39 de cada 100 pesos de gasto tenían como propósito la construcción de obras de infraestructura, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México.
Para Medina Mora, el caso de los grandes corporativos ejemplifica "muy bien" la caída de la inversión en México. Usando una muestra de las 28 principales empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), explicó que en 1994 los gastos de capital, es decir, las inversiones de estas compañías fueron equivalentes a 19 por ciento de sus ventas totales, una cantidad que en el transcurso de los años fue disminuyendo de manera sostenida hasta que, en el primer trimestre de este año, los recursos que destinaron a la inversión sólo fueron equivalentes a 4 por ciento de sus ventas.
"Por otra parte, se puede observar claramente cómo a partir de 2000 esas 28 empresas han venido destinando cada vez mayores porcentajes de sus utilidades al pago de dividendos, regresando recursos a sus accionistas en vez de invertirlos", indicó.
Reparto de dividendos
En 1994, el conjunto de las 28 empresas más importantes que cotizan en la BMV pagó dividendos a sus accionistas por un monto equivalente a 20 por ciento de sus utilidades. En 2000 la relación fue de 10 por ciento, lo que implica que las compañías invertían una mayor cantidad de sus ganancias en financiar nuevos proyectos.
Pero a partir de ese año, al mismo tiempo que la economía mexicana entraba en una fase de estancamiento que se ha prolongado hasta la primera mitad de 2003, ese grupo de empresas aumentó la proporción de utilidades que son destinadas a pagar dividendos a los accionistas, hasta alcanzar actualmente la marca más alta en los pasados 10 años: 35 de cada 100 pesos obtenidos por utilidades son devueltos a los accionistas como pago de dividendos. "Es claro, por tanto, que las empresas no están destinando recursos para financiar nuevas inversiones", insiste Medina Mora.
La cantidad de recursos, tanto públicos como privados canalizados a la inversión es clave para que la economía logre tasas de crecimiento altas en el largo plazo. Un estudio del Grupo Financiero BBVA Bancomer explicó que "un requisito para lograr un crecimiento económico continuo es contar con la infraestructura para la actividad productiva, minimizando los costos de transacción".
Hay dos tipos de infraestructura: la que tiene cada empresa, básicamente la planta y el equipo, y que es resultado de la evaluación que hace de sus proyectos de inversión. Por otro lado, está la que utiliza la economía en su conjunto, sin la que las compañías no pueden desempeñar eficientemente sus actividades.
"Desde 1982, cuando estalló la crisis de la deuda externa, los ajustes presupuestarios han sido frecuentes y en gran medida se han hecho mediante un recorte a la inversión ejercida por el gobierno y el sector paraestatal, lo que ha significado que la falta de infraestructura adecuada sea una limitante para el crecimiento económico", explicó BBVA Bancomer.
En el caso de la inversión pública en infraestructura, la caída ha sido también sostenida en los años recientes.
Información oficial detalla que en 1981 los recursos públicos destinados a financiar la construcción de infraestructura eran equivalentes a 39 por ciento del gasto programable total del gobierno federal. En 1994, esta cantidad disminuyó a 19 por ciento del gasto, mientras que en la primera mitad de 2003 fue equivalente a sólo 8.3 por ciento del presupuesto programable.
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