.. |
México D.F. Viernes 22 de agosto de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
El estilo Belsasso de gobernar
Guidos varios
Lucro, en vez de servicio
EL DE GUIDO BELSASSO no es en la actual administración un caso excepcional de corrupción, tráfico de influencias y conflicto de intereses. Es, sí, gracias a la enjundia periodística de Jaime Avilés, el primero en ser demostrado con pruebas inequívocas, pero los mismos ingredientes de ese platillo de receta de la casa ahora revelada al público están más que presentes en otras áreas del gobierno que han sido entregadas alegremente por la pareja presidencial a personajes y empresarios siempre movidos por el ánimo de lucro y no del servicio público o social, a buscadores profesionales de la ganancia personal o corporativa a los que ahora se ha puesto al frente de las fuentes de asignación de los mismos contratos o asuntos que muchos de ellos buscaron y consiguieron mediante métodos tradicionales de corrupción.
LA IGLESIA EN MANOS de Lutero, sin embargo, fue defendida ardorosamente por el ex gerente de la Coca Cola que a la hora de integrar su gabinete colocó en puntos estratégicos de la administración pública a representantes de grupos empresariales con la presunta excusa de que ellos mejor que nadie conocían el ámbito ahora puesto a su disposición. Un agricultor obsesionado con el lucro, Javier USAbiaga, fue colocado al frente de la Secretaría de Agricultura; Ernesto Martens, un representante de compañías extranjeras y nacionales (Union Carbide, Vitro, la siempre sospechosa Transportación Marítima Mexicana, entre otras), fue nombrado secretario de Energía; Francisco Gil Díaz fue traído de la dirección general de Avantel para que se encargara de Hacienda, y Pedro Cerisola de Telmex para ocuparse de Comunicaciones y Transportes; Raúl Muñoz Leos, por su parte, provenía de la dirección general de Dupont México cuando le encargaron ni más ni menos que Pemex; John Mc Carthy, a su vez, había sido ejecutivo de varias importantes firmas hoteleras internacionales, y de la división de turismo de Bancomer, cuando le entregaron el arca abierta del Fondo Nacional de Fomento al Turismo. Y, como ellos, varios funcionarios más, con conflictos de intereses a todas luces, con tendencia natural y evidente al tráfico de influencias, pero el Presidente que llegó a definir el suyo como un gobierno de empresarios y para empresarios no ve en esos personajes de fidelidades encontradas más que buenos ciudadanos dispuestos a sacrificarse dejando sus negocios para servir a México. šOle! Pero los buenos negocios, como el doctor Belsasso lo puede documentar, no necesariamente se hacen a nombre propio, pues para ello hay firmas de familiares o amigos, ni con los recursos específicos de la oficina en la que se está a cargo: triangulaciones, favores e insinuaciones forman parte de las operaciones encubiertas para las que no hay los suficientes Jaimes Avilés que las puedan probar.
LA CAIDA DE BELSASSO (y la forma de caer, como más delante se comentará) es, aunque él no fuese en sí un empresario destacado sino una especie de coyote de angora, la caída del estilo empresarial de gobernar. El ahora famoso Guido mostró que la adicción a los negocios no se pierde por más discursos de buenas intenciones que el padrino Vicente y la madrina Marta pronuncien con ardores retóricos. El Presidente de México ha entregado el manejo de los asuntos públicos, con su presupuesto adjunto, a muchos personajes que son movidos por la avidez económica y que probablemente tengan en esta su única oportunidad de hacer los negocios de sus vidas: una especie de alemanismo del siglo XXI.
PERO NO SON ESAS deformaciones las únicas de las que pueden percibirse sombras trágicas. El presidente Fox ha pervertido el ejercicio institucional al convertirlo en botín político y económico, como es el caso de la asignación de la franquicia ISSSTE a la maestra Elba Es Pez Gordillo, quien tiene a un subalterno priísta como director general; o en protección de pillerías del pasado en el IMSS mediante la designación de Santiago Levy como mago de pompas fúnebres; o en pago de gratitudes amistosas a cuenta de despidos ruidosos como sucedió al habilitar a Rodolfo Elizondo como experto en turismo, o en expiaciones diplomáticas para dar paso a prioridades de comercio internacional como aconteció con el cónsul del Banco Mundial, Luis Ernesto Derbez.
UN GABINETE DE INTERESES en el que el tufo a complicidades es tan fuerte que el mismísimo Presidente de la República ha debido salir al foro extemporáneamente para tratar de borrar la percepción que dejó su primera referencia oficial al caso Belsasso, la noche del miércoles en que Los Pinos emitió un comunicado de prensa anunciando que el doctor pillado en flagrancia delictiva de altísimo nivel simplemente había presentado "su renuncia", por lo cual "El Gobierno de la República refrenda su compromiso invariable con el combate a las adicciones"... bla, bla, bla, sin mencionar nunca el pequeño detalle de las andanzas probadas por Avilés, como si nada hubiera pasado, casi casi una comida muy anunciada entre soles aztecas que al final se muestran felicísimos de la vida, sin distancias ni rupturas, sin fuegos amigos ni inventos periodísticos similares.
BELSASSO QUE EN ESE primer boletín aparecía como hombre sin culpa posible, sin proceso anunciado, sin investigación por venir. Simplemente renunciaba y la oficialía de partes de Los Pinos tomaba nota, acusaba recibo y refrendaba los buenos propósitos a que está obligada. Por ello, la augusta institución presidencial hubo de echar mano del verbo "enfatizar": el comunicado 030821/03 de la Presidencia de la República pregonó al siguiente día: "El presidente Vicente Fox enfatiza su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas". Según eso, que el gobierno de los empresarios no solapará "tráfico de influencias ni ninguna otra conducta que se aparte de los más altos estándares éticos de..." bla, bla, bla. Igual recurrencia al énfasis tuvo el secretario de Salud que por conservar el hueso soportó durante casi tres años a un Belsasso impuesto por la señora consabida. N'ombre, desde Europa, no perdón, desde Veracruz, el doctor Frenk dijo que "no hay espacio para conductas indebidas" y que conductas como las del Guido ese, "son excepcionales y aisladas". Eso sí, al amigo en desgracia se le concedió el favor de que su asunto no sea visto por la PGR, sino por la alcahueta Secretaría de la Función Pública, a cuyo titular lo único que le importa es ser candidato panista a gobernador de Chihuahua.
Y YA CON ESTA, šfeliz fin de semana, mientras los Carneros de Guadalajara ganan este sábado en Naucalpan a Perros Negros, en una final de futbol americano categoría bantam! Fax: 5605-2099 [email protected]
|