México D.F. Miércoles 13 de agosto de 2003
Luis Villoro
La voz del caracol
En el poblado de Oventic, en Chiapas, por primera vez se escucha la voz del caracol. Es el rumor de la comunidad que resuena en nuestro oído. En sus vueltas, el caracol revive la voz de todos. Escucha.
Su primera palabra será el anuncio de la junta de gobierno que habrá de mandar obedeciendo, al escuchar la voz del pueblo. Después de oír la transmisión de las palabras del subcomante Marcos, el comandante David señala con claridad las líneas que dibujan las características de la autonomía.
En la comunidad autónoma todos gozan de los mismos derechos, sean indios, mestizos o criollos, aunque pertenecen a otras comunidades. En nombre de la comandancia, David proclama la abolición de todos los retenes y de los pasos guardados: libertad absoluta de comunicación. Las juntas de gobierno serán encargadas de garantizar la libre circulación en los territorios autónomos. Esa es la respuesta a las amenazas de confinamiento y represión. Ante la coacción, sólo cabe la reafirmación de la propia libertad.
La comandanta Esther enfatiza la igualdad de las mujeres frente a los varones en el territorio de las comunidades autónomas. El comandante Tacho reafirma el derecho de los campesinos a la tierra, "nuestra madre", y a sus productos.
Por los corredores del Caracol sopla el hálito de la amistad; es el viento de la renovación de la vida.
Las juntas de gobierno de las autonomías siguen el único principio de la democracia real: mandar obedeciendo.
Su función es llegar a traducir en normas las conductas de las comunidades, según el espíritu de los acuerdos de San Andrés. Son legales; se conforman a la Constitución de la República y responden a la voluntad libre de las comunidades. Su tarea es triple.
Primero: educación. Las comunidades autónomas aseguran las escuelas secundarias, que ya funcionan gratuitamente sufragadas por las comunidades: educación en la enseñanza de los fundamentos de la ciencia con el respeto a la propia cultura.
Segundo: salud. En los límites que marca su situación de extrema pobreza, las juntas comunitarias procurarán asegurar las condiciones que protejan y fomenten la salud pública.
Tercero: equidad. Al mandar obedeciendo, las juntas de gobierno garantizan un orden en el que la reparación remplaza al castigo y la solidaridad en el trabajo comunitario al provecho individual. El ejercicio de los valores comunes sustituye al conflicto.
Las juntas de gobierno tienen por tarea escuchar a los de abajo y actuar en su nombre.
El vocero del EZLN, el subcomandante Marcos, opone claramente la función de gobernar de la de dominar: "Los ejércitos deben usarse para defender, no para dominar". Es el reto de la paz que resguarda la autonomía.
El caracol susurra en el oído que otra sociedad es posible. Su voz es la voz de la justicia. A través de ella habla la dignidad de un pueblo.
|