Juego de ida en octavos de final de la Copa
Libertadores
Pumas quedó con la soga al cuello tras caer
en CU 1-0 ante Cobreloa
Bastó una jugada para matar al equipo mexicano,
expresó Rodrigo González
MIGUEL ANGEL RAMIREZ
El que terminó con la soga al cuello fue Pumas.
Los jugadores de Cobreloa, aunque acabaron colgados al travesaño,
se llevaron la noche de Ciudad Universitaria un marcador de 1-0, en el
partido de ida de octavos de final de la Copa Libertadores, y ahora esperaran
en casa a los auriazules para definir la serie.
El entusiasmo de los miles de seguidores del club del
pedregal (que casi abarrotaron el estadio) se empezó a congelar
desde el primer periodo. No sólo por el cero a cero con que se fueron
al descanso, sino porque los universitarios no tuvieron la dinámica,
ni la inventiva ni variantes necesarias para provocar verdaderas acciones
de peligro en el arco defendido por Nelson Tapia.
La
iniciativa y voluntad siempre la tuvieron para ir hacia delante. Sin embargo,
su medio campo jamás funcionó y el equipo se veía
fracturado. Además se toparon con un conjunto chileno muy ordenado
y dedicado en cuerpo y alma a lo suyo: cerrar todos los posibles caminos
a los anfitriones.
La historia pudo ser diferente. Al minuto siete Francisco
Fonseca remató con la cabeza un centro enviado desde la banda izquierda
y el grito de gol que estalló en las tribunas se apagó con
el silbatazo del árbitro Wilson Souza Mendonca, quien lo anuló
por fuera de lugar.
Para el complemento Pumas sintió pronto que se
iba tres metros bajo tierra. Al 49 José Luis Díaz apareció
en el área y sin que nadie lo incomodara conectó con la cabeza
para vencer al portero Sergio Bernal, quien hasta ese entonces fue otro
de los espectadores en el juego.
La situación se tornó más difícil
para el cuadro mexicano, que parecía no poder reaccionar. El brasileño
Aílton da Silva como que quería animarse por su banda izquierda,
pero siempre fue bien controlado, especialmente por Boris González.
Cuando transcurría el minuto 65 vino un cambio
que parecía más que lógico: Leandro por el Gonzo
González, quien pasó desapercibido en el medio campo.
Pero desde que se pusieron adelante los sudamericanos
ya no quisieron saber más del ataque y se dedicaron exclusivamente
a defender su anotación.
Al 72, nuevamente los de casa mandaron el balón
al fondo de la red, esta vez por conducto de Alvaro González; pero
el abanderado marcó una infracción y el árbitro volvió
a anular el tanto. Los jugadores protestaron airadamente, en la tribuna
creció la indignación y aparecieron los tradicionales recuerdos
familiares al silbante.
Después casi de carambola pero Fonseca estuvo a
punto de anotar luego que le pegó a un rechace del portero. Cerca
del final aparecieron más los roces y hubo conatos de bronca que
arrojaron las expulsiones de Alvaro González, por el lado de UNAM,
y Darío Verón, por Cobreloa. Al minuto 83 con un tiro al
travesaño de Leandro concluyó el trámite.
Camino al vestidor y mientras a los chilenos les llovían
toda clase de proyectiles, Rodrigo Pérez confesó que bastó
una jugada para matar a Pumas.
Resaltó también que por algo están
invictos como visitantes en esta Libertadores, y que ellos se dedicaban
a buscar el resultado, no a dar espectáculo.
Gerardo Galindo indicó que el silbante se encargó
de emparejar las cosas y que su labor ahora será más difícil
con el marcador en contra, pero tienen la esperanza de regresar con el
pase de su visita a Chile.