Documenta instituto estadunidense testimonios y pruebas en México durante 2002

Común, la tortura a detenidos: médicos

AFP

Washington, 22 de abril. La tortura es aún práctica común en las prisiones mexicanas, concluyó un estudio médico estadunidense publicado el martes, con base en testimonios obtenidos en 2002 por forenses de México que examinaron a detenidos.

Casi la mitad de los 184 forenses consultados estimaron que la tortura es aún "un grave problema" para los detenidos en México -que han sido acusados pero aún no sentenciados-, de acuerdo con el estudio publicado por la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).

Así, 49 por ciento de los forenses federales (91 médicos) y 58 por ciento de los estatales consultados (93), todos mexicanos, dijeron haber visto casos frecuentes de tortura, después de examinar múltiples veces a los 13 mil detenidos a nivel federal el año pasado, e indicaron que 4 mil 850 de ellos afirmaron haber sido víctimas de esa práctica o maltrato.

También estimaron que habían documentado evidencias de tortura en mil 90 casos; 40 por ciento de los médicos federales sospechó tortura o maltrato en los detenidos examinados, mientras 64 por ciento revisó a otros que denunciaron haber sido víctimas de casos de ese tipo y 49 por ciento documentó evidencia forense de esa práctica ilícita.

El estudio fue dirigido por la doctora Michele Heisler, miembro de la asociación Médicos por los Derechos Humanos, con sede en Boston. "La tortura y el maltrato de detenidos continúa siendo un problema significativo en México, y la documentación efectiva de la tortura es necesaria para prevenirla y llevar a los responsables ante la justicia", expuso Heisler.

Los médicos forenses mexicanos indicaron que interfieren con la documentación de la tortura y del maltrato de prisioneros la falta de equipo y servicios fotográficos (58 por ciento), un inadecuado monitoreo y precisón de exámenes médicos (36), irregular documentación de la tortura (29), limitaciones en el adiestramiento de doctores (28), miedo a represalias por documentar la tortura (23) y temor a la coerción de funcionarios policiales (18 por ciento).

También destacaron la necesidad de más adiestramiento (98 por ciento), protocolos y procedimientos de documentación igualados para usar en caso de tortura o maltrato (81) y monitoreo para garantizar la calidad y precisión de las evaluaciones médicas (95 por ciento).

Organizaciones de derechos humanos mexicanas e internacionales han documentado la tortura de detenidos en todos los estados mexicanos y el Distrito Federal, pero poco se sabía hasta ahora de la actitud de los forenses que los atienden.

El estudio se basó en las respuestas anónimas de los médicos a un cuestionario escrito, con 80 preguntas, entregado a todos los forenses federales y a una muestra de estatales. La investigación contó con el apoyo de la Procuraduría General de la República, como parte de una iniciativa para buscar reformas gubernamentales que apunten a erradicar la tortura.

A finales de 2002 el gobierno aceptó someterse al escrutinio y a las críticas de organismos internacionales de derechos humanos y democracia, tras permitir la instalación de una representación de la Organización de las Naciones Unidas y la adhesión a un instituto internacional para la democracia.