Mina el éxito de la política exterior articulada por Rumsfeld, dice el halcón Newt Gingrich

Ataque del Pentágono a Powell y al Departamento de Estado

Los funcionarios diplomáticos de carrera "apoyan a los dictadores y miman a corruptos", afirma

Francia sufrirá consecuencias por no apoyar a EU, amenaza el jefe de la diplomacia estadunidense

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 22 de abril. Apenas comienza a desacelerar la guerra en Irak y ya la guerra burocrática en esta capital se está calentado, cuando un cercano asesor del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, lanzó este martes una nueva ofensiva contra el Departamento de Estado, al que caracterizó como un instrumento diplomático roto que apoya a dictadores, fracasa en hacer que avancen los intereses estadunidenses en el mundo y debe ser derrocado.

Newt Gingrich, ex líder de la Cá-mara de Representantes, pidió hoy una completa restructuración del Departamento de Estado, proceso que dijo debería incluir audiencias ante el Congreso, un grupo de trabajo externo para elaborar recomendaciones de cambios y lo que sería esencialmente una purga del cuerpo diplomático de carrera.

Gingrich señaló que no está solicitando la destitución del secretario de Estado, Colin Powell, aunque sería casi inconcebible imaginar que el funcionario permanecería en su puesto si estos cambios se llevaran a cabo.

Si se implementaran los cambios propuestos por Gingrich, integrante de la influyente Junta de Asesoría de Defensa, que brinda consejos confidenciales al se-cretario de Defensa, constituirían la transformación más fundamental del servicio exterior en por lo menos 50 años.

Macartismo sin McCarthy

El tono del ataque lanzado por Gingrich, explicó el veterano pe-riodista Jim Lobe, es parecido al que hizo al Departamento de Estado el senador anticomunista Joe McCarthy en los años 50, cuando acusó al servicio exterior de estar "infestado de comunistas".

Las batallas burocráticas no son nada nuevo en Washington, pero la de hoy es un indicio más de que la exitosa invasión de Irak ha en-valentonado a los halcones neoconservadores del gobierno estadunidense, que buscan articular una política exterior basada en el uso "preventivo" de la fuerza mi-litar para controlar el mundo.

En esta perspectiva, Estados Unidos no debería consecuentar a otras naciones a través de instituciones multilaterales, sino demostrar al mundo que defenderá sus "intereses" a pesar de las opiniones o intereses de otros.

"El Departamento de Estado co-mo institución y el servicio exterior como una cultura claramente representan... un enfoque sobre proceso, cortesía y condescendencia", declaró Gingrich este día en un discurso ante el conservador American Enterprise Institute.

El ex legislador republicano afirmó que esta política contrasta agudamente con el enfoque del presidente George W. Bush sobre "hechos, valores y resultados", y sugirió que los fracasos diplomáticos del Departamento de Estado han minado al mandatario varias veces en los últimos dos años.

En particular, Gingrich dijo que el Departamento de Estado había fracasado en la batalla para persuadir a la opinión pública internacional de apoyar la guerra contra Saddam Hussein y minó la campaña militar al errar en conseguir el apoyo de Turquía para lanzar ataques contra Irak desde ese país musulmán.

"Si el general (Tommy) Franks y el Departamento de Defensa hu-bieran sido tan inefectivos diplomáticamente como el Departamento de Estado, el cual supuestamente está encargado de la diplomacia, Kuwait no hubiera estado disponible, la base aérea saudita (desde donde Estados Unidos coordinó operaciones militares en Irak) no se habría podido usar, el paso por Jordania de las fuerzas especiales no hubiera sido posible y la guerra habría sido extremadamente más difícil", declaró.

El ex representante indicó que decía lo anterior porque aun después de la victoria en Irak el De-partamento de Estado está empezando a minar el éxito de la política exterior estadunidense articulada por el Pentágono.

En particular, Gingrich criticó la decisión de enviar a Powell a reunirse con el gobierno de Siria.

Las personas propuestas por el Departamento de Estado para la reconstrucción de posguerra en Irak, sostuvo, son funcionarios de carrera del servicio exterior que tienen una historia de "apoyar a dictadores, mimar a los corruptos e ignorar la policía secreta".

Estos, dijo Gingrich, se han en-focado en la estabilidad de Medio Oriente a través de un grupo de gobiernos dictatoriales en la re-gión que se oponen profundamente a la democracia en Irak, y señaló en particular al "dictador de Egipto, el dictador de Arabia Saudita y el dictador de Siria".

"Van a oír a muchos gobiernos de Medio Oriente decir que Estados Unidos debería salir pronto de Irak. Son dictaduras", dijo.

"Lo último que quieren es que Estados Unidos permanezca en Irak el tiempo suficiente como para crear una democracia genuina, un país como Alemania o Ja-pón, para señalar otros dos ejemplos de éxito estadunidense".

La opinión de Gingrich, que esencialmente es una articulación de las políticas propagadas por figuras influyentes como el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, y altos funcionarios tanto del Pentágono como de la oficina del vicepresidente, es que el Departamento de Estado no ha adoptado de manera plena las nuevas líneas de política exterior de Bush.

La Casa Blanca respondió a estos comentarios con una declaración pública de apoyo al Departamento de Estado, pero rehusó comentar en específico las acusaciones de Gingrich.

En el Departamento de Estado, el vocero Richard Boucher dijo que las políticas criticadas por Gingrich eran las del presidente, no las del Departamento de Estado, por lo que el ex legislador debería dirigir sus quejas a Bush.

Pero Gingrich y sus colegas conservadores dentro y fuera del gobierno creen que están ganando la batalla para influir al presidente y perciben al Departamento de Estado, particularmente su servicio exterior de carrera, como uno de los últimos mayores obstáculos para transformar la política exterior estadunidense.

Emboscada francesa

En un ejemplo final, Gingrich indicó hoy que las pugnas en la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el gobierno de Francia empezaron cuando el gobierno de Jacques Chirac "emboscó" a los diplomáticos estadunidenses y logró sacar a Estados Unidos de la Comisión de Derechos Humanos.

"Esta es una estrategia deliberada de Francia para crear una fuerza de contrapeso en el mundo. Ne-cesitamos abordarla como una estrategia deliberada y honesta, y como el país más poderoso del mundo tenemos que orquestar una respuesta apropiada en el caso de que seamos retados", agregó.

Debido a que esto no sucedió, sugirió Gingrich, Francia y otros miembros del Consejo de Seguridad se atrevieron a negarse a aprobar una segunda resolución para autorizar la guerra contra Irak.

Esta noche Powell, sin referirse directamente a las declaraciones de Gingrich, sostuvo que Francia sufrirá consecuencias por su oposición a la guerra contra Irak, y el bloqueo que hizo a los planes bélicos de Washington en el Consejo de Seguridad de la ONU.

No precisó cuáles serían esas consecuencias, pero señaló en de-claraciones a la televisora PBS que la postura de París no podría dejar de tener efecto: "Debemos mirar todos los aspectos de nuestra relación con Francia a la luz de ello".

Al referirse al fracaso de un proyecto de resolución con el que Estados Unidos pretendió lograr apoyo a su ofensiva contra Irak, Powell indicó que "no pudimos reunir los votos y pienso que fue por la amenaza cierta de un veto de Francia y, probablemente, de Rusia", por lo que, recordó, Estados Unidos retiró su propuesta.