El segundo lugar fue para el finlandés
Raikkonen; el brasileño Barrichello fue tercero
Victoria con lágrimas de Michael Schumacher
en el GP de San Marino
Pese al luto por la muerte de su madre, el alemán
asistió a la premiación por respeto a los fanáticos
AFP
Imola, Italia, 20 de abril. En el escalón
más alto del podio del Gran Premio de San Marino de Fórmula
Uno, el alemán Michael Schumacher no pudo contener las lágrimas
este domingo, día de su victoria con Ferrari en Imola.
Brazalete negro sobre el traje rojo, el pentacampeón
mundial escuchó el himno nacional con la mirada perdida, ante una
muchedumbre silenciosa agolpada en la pista.
Michael bien podría haber estado ausente en la
entrega de los premios, en la que lo acompañaron el finlandés
Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) y el brasileño Rubens Barrichello
(Ferrari).
La
Federación Internacional del Automóvil (FIA) había
dispensado a los hermanos Schumacher de las habituales ceremonias, tras
el deceso de su madre la noche anterior. Pero Michael quiso "terminar su
trabajo", por respeto a la Escudería y a los tifosi (fanáticos).
En cambio le faltó el ánimo para presentarse
en la conferencia de prensa y dejó que su amigo, el francés
Jean Todt, director deportivo de Ferrari, lo representara.
"Michael tenía opción de correr o no", explicó
Todt. La víspera, él y Ralf decidieron viajar a Colonia para
ver a su madre. "La decisión de correr era de ellos. Fue su decisión",
reiteró el directivo.
De regreso en la noche del sábado tras visitar
a su madre, Elisabeth Schumacher, quien permanecía en coma por una
caída que sufrió en su casa, Michael y Ralf se encontraron
lado a lado en la primera línea de partida del Gran Premio.
Con el ánimo destrozado, los dos hermanos siguieron
siendo pilotos y adversarios. Los primeros metros de carrera lo probaron:
Ralf no se dejó intimidar por su hermano mayor y pasó adelante
en la primera curva.
La resistencia del Williams-BMW, la estrategia de dos
reabastecimientos de los McLaren-Mercedes, contra tres de sus rivales,
no pudo impedir que Michael Schumacher dominara en Imola, para lograr su
sexagesimaquinta victoria, la primera de esta temporada, seguido por Raikkonen
y Barrichello.
Ralf terminó en cuarto lugar, lo que le evitó
la prueba del podio, por delante del escocés David Coulthard (McLaren-Mercedes),
el español Fernando Alonso (Renault), el colombiano Juan Pablo Montoya
(Williams-BMW) y el inglés Jenson Button (BAR-Honda).
"Michael mostró su dimensión de piloto,
de hombre. Estamos orgullosos de su demostración, de nuestros pilotos.
Y esta victoria nos facilita ahora las cosas respecto a nuestro objetivo",
señaló Jean Todt.
Al cruzar la meta victorioso, Michael Schumacher apenas
amagó un saludo con la mano y dio un pequeño golpe de volante
hacia la tribuna donde se concentraban los "rojos".
Ya
en el parque cerrado, Schumacher quedó inmóvil un largo rato
antes de salir de su Ferrari. Como intentando retrasar todo lo posible
el tener que dejar la soledad al volante del monoplaza.
Raikkonen se acercó para darle la mano, Barrichello
lo estrechó en un abrazo y Michael dejó su cabeza unos segundos
sobre el hombro de su compañero, hasta que Todt llegó para
llevarlo lejos de todas las miradas. Justo antes de subir al podio.
El vencedor no se eternizó en el autódromo
Enzo y Dino Ferrari. Al igual que Ralf, pocos minutos más tarde
se eclipsó. Después del Gran Premio de San Marino, otra prueba,
más penosa, esperaba a los hermanos Schumacher.
Esta es la clasificación final, tras los 305,609
km de carrera:
1. M. Schumacher (Ferrari) 1:28:12.058 hs.
2. Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) a 1.882
3. Rubens Barrichello (Ferrari) a 2.291
4. R. Schumacher (Williams-BMW) a 8.803