El técnico Manuel Lapuente minimizó
las críticas; no saben de futbol, reprochó
Sin convencer a su público, que lo abucheó,
América ganó 2-0 a Colibríes
Los morelenses desmintieron al dueño de su equipo,
quien les adeuda tres quincenas
ROSALIA A. VILLANUEVA
Entre abucheos y silbatinas de su afición, América
venció 2-0 a Colibríes, pero no convenció a su público
que estaba ávido de que su equipo concretara un abultado marcador.
Hasta Manuel Lapuente, con enojo, reprochó: "Yo los vi bien y el
que no sabe (de futbol), es su problema, no mío''.
Con el gesto duro y la cara sonrojada, el timonel señaló
que su escuadra jugó ante un equipo "muy difícil que busca
su no descenso'', y que le gustó cómo reaccionó el
América al jugar "muy concentrado, anímicamente con el corazón
enfrente, y el que no se dio cuenta, lo siento''.
Lapuente
resaltó que después de cinco fechas sin ganar por fin se
logró la victoria en casa.
Pese al triunfo, minimizó el sentir del público
que fue al estadio Azteca a abuchearlos. "No lo oí, yo vi en mi
vestidor un entusiasmo tremendo de mis jugadores antes de salir y en la
concentración que se tuvo en la semana; la mentalidad está
puesta en ganar y después de este resultado, ya salimos''.
Las palabras del técnico distaron mucho de lo que
reflejó en la banca, donde desesperado iba de un lado a otro y manoteaba,
pues su equipo, no obstante tener el control del balón y hacer llegadas
intermitentes hacia el área contraria, no fue eficaz ni contundente.
Poco antes del partido, hubo conatos de bronca entre seguidores
de las Aguilas, por lo que la policía dispuso de una valla de seguridad
para contenerlos.
En la cancha los jugadores de Colibríes salieron
con una playera con la leyenda: "Ya basta de mentiras'', desmintiendo al
dueño del equipo, Luis Rodríguez, quien había afirmado
que ya les había liquidado las tres quincenas que les debía.
Apenas se dio el silbatazo inicial cuando América
sorprendió al minuto cinco, luego que Frankie Oviedo eludió
a la defensa, mandó el pase a Christian Patiño y éste
centró a un solitario Hugo Misionero Castillo que remató
con la cabeza petrificando al portero Alexandro Alvarez.
Desfavorecido por el marcador, el cuadro de Sergio Rubio
no perdió la calma, pero tampoco aprovechó los excesos de
Adolfo Ríos, quien en un par de ocasiones dejó desmarcada
su portería y tuvo la suerte de que los delanteros de Colibríes
no traían afinada la puntería, pese a los sustos que le pegó
Claudinho y Gallaga.
A Cuauhtémoc le fue peor y cada vez que tocaba
la pelota el público lo reprendía. Era insensante el abucheo
hacia el tepiteño, y más cuando reclamaba una falta o regañaba
a sus compañeros porque no lo dejaban ser el protagonista de los
de Coapa.
En el complemento y con el ingreso de Leandro Tavares
por Claudihno, éste lanzó un poderoso disparo que rebotó
en las manos de Ríos, despertando la esperanza de sus seguidores,
pero el ánimo se vino abajo cuando el árbitro José
Abramo Lira anuló una mano en el área rival, porque según
él no fue intencional la acción del chileno Rojas.
Para colmo, el nazareno, quien amonestó a seis
americanistas, chocó contra Cuau y se tiró al césped
para recuperar el aire. Los gritos de "ratero, ratero", no cesaban.
Se reanudó el encuentro y fue cuando América
respiró al sellar el 2-0 por conducto de Marcelo Lipatín.