Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 20 de abril de 2003
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Política
BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Cinco teorías sobre la caída de Bagdad

Holocausto cultural; los nazis no llegaron a tanto

Bush, el nuevo Atila que ronda por el planeta

PEOR QUE EL derrocamiento del régimen baazista de Saddam ha sido el saqueo y la destrucción de las joyas culturales que marcan el inicio de la civilización universal en el circuito Sumeria-Acad-Babilonia-Asiria, por parte del superlativo "país de la destrucción masiva", gobernado por un clan de barbáricos fundamentalistas apocalípticos que interpreta la Biblia a su manera.

LA CONCIENCIA UNIVERSAL no logra asimilar el holocausto cultural que, más que dañar a Irak, lastima al género humano, al pretender desvincularlo de sus fuentes primarias de civilización: los archivos de Uruk. En este sentido, los nazis no llegaron a tanto y mostraron una mayor cultura al preservar las joyas de los países invadidos. En términos estrictos de estética, los nazis fueron más civilizados que las hordas de tropas invasoras angloestadunidenses dotadas de los más modernos artefactos tecnológicos (para lo que sirven), cuya misión primaria fue resguardar los yacimientos de crudo y el Ministerio del Petróleo en Bagdad, antes que los museos y los hospitales: la metáfora oleosa es inigualable. La apoteosis, que puede resultar pírrica, del ejército invasor angloestadunidense, es más negra que el color del petróleo que busca monopolizar a escala global la petrocracia texana.

EL PILLAJE DELIBERADO de los museos de Bagdad de las obras de arte del inicio de la civilización universal se encuentra a la medida de las grandes catástrofes de la iconoclastia barbárica, en semejanza al incendio de la Biblioteca de Alejandría, quemada dos veces: por los romanos de César y por las huestes fanáticas del Islam desbocado del califa Omar, en 641 dC. Bush es el nuevo Atila que ronda por el planeta y podrá dominar por la fuerza todo el Medio Oriente, y quizá al mundo entero, pero ya perdió la batalla de la civilización universal, de la que se ha vuelto su enemigo público superlativo. La primera derrota indeleble que llevará como estigma hasta su epitafio el equipo depredador del presidente número 43, embriagado de su azorante poder tecnológico barbárico, será su derrota civilizatoria que pone en tela de juicio la presencia de Estados Unidos en el concierto de las naciones civilizadas del planeta, de lo cual se inquieta con justa razón el equipo Clinton.

EL ESTUPOR DE la sociedad civil global ante la catástrofe cultural de Bagdad se yuxtapone al asombro por la nula resistencia de la Guardia Republicana, que brilló por su ausencia, lo que ha dado pie en la prensa del mundo árabe a varias teorías estrujantes.

NINGUN ESCENARIO PREVIO el derrumbe casi instantáneo de la defensa de Bagdad, donde se pensaba que se libraría la "madre de todas las batallas", un mito fomentado por el pasado glorioso del panteón de los héroes iraquíes: Gilgamesh, Sargón, Nabucodonosor, Saladino y Harún-Al-Rachid. Después de dos semanas de inesperada resistencia en la región chiíta del sur de Irak, ayudada por el "general arena", se suponía que la tenacidad defensiva aumentaría en la zona central sunnita en torno a Bagdad, donde se había posicionado el grueso de la Guardia Republicana, que súbitamente se evaporó del frente de batalla, lo cual permitió el acceso relativamente sencillo a los marines, que se dieron el lujo de montar una coreografía que pretendió imitar en forma grotesca la caída del Muro de Berlín.

EN IRAK SE ESCENIFICARON "tres guerras en una", totalmente diferentes entre sí: la heroica del sur chiíta, la decepcionante del centro sunnita y la tramposa del norte kurdo (que todavía no alcanza su epílogo). A las dos semanas de guerra, cuando el ejército invasor angloestadunidense manifestaba sus fallas operativas, lo que orilló la visita de pánico del premier Blair a Campo David, Bajo la Lupa (6 de abril) formuló que "cosas extrañas estaban sucediendo en Bagdad", que delataban trueques bajo la mesa.

EL PERIODICO SAUDITA Ashark Al Awsat (4 de abril) filtraba que la esposa de Saddam se había exiliado en Damasco y la televisora qatarí Al-Jazeera (9 de abril) reportaba que "la CIA y el KGB negociaban la suerte de Saddam" a cambio de la benignidad de la Guardia Republicana. Stratfor (9 de abril) señalaba que los rusos habían rescatado a Saddam quien, incluso, se pudo haber encontrado en el convoy diplomático ruso que había abandonado Bagdad hacia Damasco que fue alcanzado por el fuego del ejército invasor.

EN UNA DIATRIBA ("La colusión de los dictadores"), Parviz Esmaeili, en el Teheran Times (10 de abril), órgano oficioso de la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán, expone que, después de haber sido frenado el ejército estadunidense en el río Eufrates, repentinamente entró a Bagdad con nula resistencia de la Guardia Republicana porque Saddam y el círculo gobernante, que habían pactado con Estados Unidos, se encontraban en Tikrit esperando un avión que los llevaría a Rusia.

LA "LISTA DE LOS militares iraquíes evaporados misteriosamente" es la siguiente: "225 mil de la Guardia Republicana (desvanecidos); 176 mil, personal del ejército regular (desvanecidos); 100 mil fedayines de Saddam (desvanecidos); 14 mil mujaidines, la policía normal, los apagafuegos, un número desconocido de prisioneros (desvanecidos); entre 90 y 150 aviones de combate. Todos desaparecieron en menos de 24 horas: estas fuerzas no fueron vencidas en combate ni sus armas fueron destruidas o capturadas" (Petribnews, 14 de abril).

WALID RAHABB EN Sawt Al-Uruba ("La voz de los árabes"; 14 de abril) desmenuza lo que titula "El trato", que emplea la variante de un arreglo directo entre Donald Rumsfeld y los altos comandantes de la Guardia Republicana, por encima de Saddam y sus dos hijos. La agencia Batzstab, cercana a los grupos militares conservadores de la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán, asevera que la caída de Bagdad se debió a un arreglo tripartita entre Saddam, Rusia y Estados Unidos (Gulf News, 14 de abril). La televisora estatal iraní, que se encuentra bajo la supervisión de Ali Jamenei, "líder supremo de la Revolución Islámica", maneja que existió un trato para la entrega de Bagdad sin resistencia. Llama la atención la intensidad de las acusaciones de la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán sobre la presunta entrega de Bagdad, cuando del lado árabe también abundan los señalamientos del apoyo de Teherán a Estados Unidos para derrocar a Saddam. Así son las arenas movedizas del desierto medioriental, que nunca permanecen en un mismo sitio.

JALAL GHAZI (Salon, 14 de abril) sostiene que "los medios del mundo árabe especulan que existió una safqua (en árabe: "trato secreto") entre Estados Unidos y el régimen baazista para entregar Bagdad. Aunque nadie puede señalar los términos exactos, se dieron tres claros resultados: las vidas de las fuerzas angloestadunidenses y de los altos oficiales del partido Baaz fueron preservadas; Bagdad no se volvió el baño de sangre anticipado ampliamente por los expertos militares, y la guerra fue acortada dramáticamente, lo que evitó a la región, en particular a Arabia Saudita, consecuencias catastróficas".

THE BALOCHISTAN POST (15 de abril) agrega al menú conspirativo que "el trato fue alcanzado entre Rusia y Estados Unidos después de las charlas que sostuvo Condoleezza Rice -la asesora en seguridad nacional- con los funcionarios rusos, antes del ataque a Bagdad". El rotativo escarba en los lazos entre Saddam y Estados Unidos, y acusa al ex mandatario iraquí de haber realizado su golpe de Estado con la ayuda de la CIA y que, incluso, su invasión a Kuwait fue instigada por Estados Unidos, que le entregó armas de destrucción masiva durante su guerra contra Irán: "Estados Unidos lo usó para crear una oportunidad de desplegar cientos de miles de tropas en la región". ¿Qué tal?

INMISERICORDE, JOHN CHALMERS (de la agencia británica Reuters, 15 de abril) fustiga que "no existieron ataques con armas químicas, no existió 'una guerra dentro de la guerra' entre Turquía y los kurdos, no hubo crisis de refugiados, no hubo destrucción masiva de pozos petroleros, ni de puentes ni de presas, ni tampoco hubo una carnicería como en Stalingrado. ¿Fue Irak el perro que no ladró?"

MICHAEL YOUNG, COLUMNISTA del periódico libanés pro chiíta The Daily Star (12 de abril), elabora cuatro teorías sobre la caída fácil de Bagdad: 1) Un trato entre Rusia y Estados Unidos para salvar a Saddam a cambio de la entrega de Bagdad (teoría que favorece Nabih Berri, el chiíta líder del grupo Amal y presidente del Parlamento de Líbano). 2) Una variante, que propala el periódico libanés pro saudita Al-Hayat: el arreglo se dio entre la Guardia Republicana y Rumsfeld, sin Saddam. 3) El alcalde Amer Ahmed dijo al periódico libanés Al-Mustaqbal que "la ausencia de cualquier coordinación entre las fuerzas iraquíes sugería un arreglo entre Saddam y la Guardia Republicana a espaldas del ejército regular", a grado tal que "el general Sufyan Jgheib, ayudante de Saddam, usó un helicóptero Apache estadunidense para visitar las unidades de la Guardia Republicana en Bagdad para pedirles que no pelearan". 4) Las fuentes de inteligencia alemanas, según reportó Stratfor, aseguran que al inicio de la guerra Saddam y sus dos hijos perecieron en la operación Decapitación, mientras que dos altos funcionarios, el vicepresidente Taha Yassin Ramadan y Tareq Aziz, encabezaron el esfuerzo de resistencia, pero fueron asesinados por los jefes militares y los jefes de inteligencia, que cedieron la mayor parte del país a Estados Unidos y Gran Bretaña.

QUEDA EN EL aire de la mitología regional una quinta teoría: para mejor librar la guerra asimétrica, la Guardia Republicana se disolvió entre la población urbana de Bagdad para luego iniciar la guerra de guerrillas contra el invasor angloestadunidense. Sea lo que fuere, el común denominador de las cinco teorías sobre la presunta causa de la caída de Bagdad sigue siendo la ausencia de resistencia de la Guardia Republicana, que se esfumó en el aire, lo cual permitió el ingreso de los barbáricos marines con sus aliadas mafias trasnacionales del mercado negro del arte (tan negro como el petróleo), que se libraron a una orgía iconoclasta de los archivos primigenios de la humanidad. Y esto último, más que la caída del régimen baazista, no tiene perdón ni remedio.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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