No existe razón que justifique el voto del gobierno de Fox contra La Habana, afirma
Gobiernos de AL no tienen autoridad moral para acusar a Cuba: Pérez Roque
Callan ante los atropellos de Washington, en especial contra migrantes mexicanos, acusa
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 18 de abril. El canciller de Cuba, Felipe Pérez Roque, dijo este viernes que su país "no reconoce autoridad moral a ningún gobierno" latinoamericano que se manifieste sobre la situación de los derechos humanos en la isla, pero que a su vez guardan silencio frente a los atropellos que comete Estados Unidos, "de manera especial contra migrantes mexicanos".
El ministro de Relaciones Exteriores ratificó la inconformidad de la nación caribeña respecto del respaldo de México y otros países de la región al proyecto de resolución sobre Cuba que aprobó el jueves anterior la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Ginebra.
En conferencia de prensa, Pérez Roque contestó una pregunta sin emplear los calificativos punzantes con los que dos declaraciones oficiales criticaron el jueves la posición de México en la comisión ("hi-pocresía y doble moral"... "serviles vasallos de la gran potencia"... no hacen "nada para evitar la anexión" latinoamericana por Estados Unidos).
Sin embargo, mantuvo la dureza en la reclamación: "Quien se siente ofendida es Cuba, (porque) considera que no existe una razón, siquiera, que justifique que los go-biernos de México y Chile apoyen una resolución que implante un monitoreo sobre la situación interna de Cuba, cuando eso no ocurre contra ningún otro país de nuestra región donde hay violaciones de derechos humanos, incluidos México y Chile".
La resolución pide a Cuba que acepte la visita de la ya designada representante personal del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, la jurista francesa Christian Chanet.
El gobierno cubano considera inocuo y no condenatorio el documento, pero lo re-chaza por tratar de singularizar a la isla como un caso de atención humanitaria, en contraste con el resto del continente, y porque el acuerdo se ha convertido en el argumento vigente para la política de coerción económica de Estados Unidos.
De los 11 países latinoamericanos miembros de la CDH, sólo votaron en contra de la resolución Cuba y Venezuela; se abstuvieron Argentina y Brasil.
El proyecto fue presentado por los gobiernos de Costa Rica, Perú y Uruguay, que además tuvieron los votos de Chile, Guatemala, México y Paraguay.
Pérez Roque evitó con una broma manifestarse sobre si el voto mexicano tendrá impacto directo en las relaciones bilaterales: "No soy adivino. Sólo soy un ministro de Relaciones Exteriores".
Incluso hizo patente que mantiene una puerta abierta: "Cuba esperó siempre y es-pera todavía que sus hermanos latinoamericanos adopten una posición de defensa de un pequeño país latinoamericano, implantado en el centro de la región y sobre el cual hay más de cuatro décadas de violaciones, de agresión y bloqueo".
Pero no dejó duda de la irritación cubana: "En América Latina ningún país ha levantado su voz para condenar las violaciones a los derechos humanos en Estados Unidos, incluso de manera especial contra migrantes mexicanos y de otros países".
Por tanto, afirmó, "Cuba no reconoce au-toridad moral a ningún gobierno de la región que hacen silencio ante las violaciones de derechos humanos en Estados Unidos, para entonces pronunciarse sobre lo que ocurre en Cuba".
El gobierno del presidente Fidel Castro "considera que no existe una razón que ex-plique una posición en la que se sabe de antemano que favorecerá el interés estadunidense de construir un pretexto con el cual seguir justificando el bloqueo y la agresión".
Pérez Roque también salió al cruce del argumento del gobierno del presidente Vicente Fox, de que mantiene su voto contra el bloqueo en otra circunstancia, apoyando la resolución condenatoria de Estados Unidos que promueve Cuba anualmente en la Asamblea General de la ONU, mientras en la CDH se manifiesta sobre las garantías básicas en la isla.
"Falso -replicó-, porque si usted está en contra del bloqueo a Cuba, debería oponerse a la maniobra que se fabrica para intentar perpetuarlo. Es una hoja de parra para encubrir la incapacidad de tener una posición independiente en relación a Cuba, que yo reconozco es muy difícil para los países de nuestra región, en medio de la compleja y contradictoria relación con un vecino tan poderoso como es Estados Unidos".