Se efectuó mesa redonda sobre los fenómenos sociales llevados al teatro

El abandono de los niños es el flagelo más grave en la sociedad neoliberal

Karina Avilés se manifestó por generar ''conciencia crítica y social'' ante esa realidad

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

En el teatro pocos son los que se atreven a hacer a un lado los temas sencillos, los que llaman al gran público, para presentar en el escenario aspectos sociales difíciles como es el de los niños de la calle, coincidieron los participantes en la mesa redonda Los fenómenos sociales llevados al teatro, realizada este martes en el contexto de la presentación de la obra Scapino, ángel de la calle, que se estrena hoy en el teatro Julio Jiménez Rueda.

La obra, una coproducción entre Francia, Mali, México y Martinica, se basa en textos de Adam Guevara, Ina Césaire y Carlos Fuentes, así como en el libro Los niños de las coladeras, de Karina Avilés y Françoise Scarpit (La Jornada ediciones), y presenta al público un problema que no es exclusivo de México, sino un fenómeno mundial, ''sin la pretensión de conmover o causar lástima, sino de decir esto existe en nuestra sociedad", expresó el dramaturgo Adam Guevara.

Tema social de grandes efectos

Se trata ''de un tema social de grandes efectos", expresó Karina Avilés, reportera de este diario, quien hizo un llamado para evitar el conformismo y en favor de ''hacer militancia, no en cuestiones políticas sino de una conciencia crítica y social"; y para no caer en el error de ''asumir que estos temas no van a tener una buena recepción en el cine, la televisión o el teatro. Esto ha sido un error que ha creado una especie de conformismo, de decir 'como esto no atrae al público, como no interesa, no deja dinero, entonces nos retiramos'".

Para el director de esa puesta en escena, Gäel Rabas, las coproducciones que realiza la compañía Teatro de Versant permiten presentar problemas contemporáneos. ''Con los africanos -con quienes realizó Le fripon divin, primera parte de la trilogía- fue la migración y la pérdida de la identidad cultural, mientras que ahora, al colaborar con México y las Antillas, uno se encuentra frente a la tragedia de los niños de la calle.

''No es un problema sólo mexicano, es universal, que sin duda dentro de 50 años será el más importante en el mundo. Por medio de este espectáculo enfrentamos un problema humano profundo. Se habla de la globalización y es esta sociedad neoliberal la que lleva consigo esta enfermedad, para mí la más grave: el abandono de los niños.''

Guevara lamentó que los creadores teatrales busquen el lucro, en lugar de dar pie a la reflexión: ''Cuando buscamos conscientemente ir a la reflexión, confrontarnos y confrontar a los demás, generalmente tenemos miedo de tratar ciertos temas, porque nos laceran, nos comprometen, porque mirar a los ojos a un desconocido es no olvidarlo jamás. Por eso caminamos y preferimos no ver a los niños de la calle.

''Hay que ver qué hay detrás de una sociedad que tiene a un grupo de seres humanos como desecho, que no entra en las cuentas alegres que hacen los gobiernos. Niños que carecen de identificación oficial o de una tumba, porque son llevados a la fosa común."

La obra no pretende ser un espectáculo más destinado sólo a divertir. La intención es que el público reflexione y no ignore a los niños de la calle, problema que sólo puede solucionarse con educación y trabajo, y no dándoles monedas, finalizaron Guevara y Avilés.

Scapino, ángel de la calle se presenta desde hoy y hasta el 20 de abril en el teatro Julio Jiménez Rueda (Plaza de la República 154, colonia Tabacalera). El 21 de abril en el teatro San Francisco, en Pachuca (Hidalgo), y el 26 en el Faro (Zaragoza, Unidad Habitacional El Salado, a dos cuadras de la estación Acatitla de la línea A del Metro).