José Steinsleger
Privatización del genocidio
Y tras la invasión de los bárbaros, los mercenarios llegaron a Bagdad. Contratado por el gobierno de Estados Unidos, el primer contingente (26) de mil 200 "consultores" de la Dyncorp (una de las grandes empresas privadas que Washington no quiere admitir que se ocupan de su seguridad y de su defensa) tiene como objetivo la misión (Ƒposible?, Ƒimposible?) de "ayudar a restablecer el orden en Irak".
ƑNo basta con 400 mil soldados y oficiales del imperio en la región mesopotámica? Negativo. Pues al parecer estos efectivos serían combatientes regulares de la "democracia" que acaso podrían guardar escrúpulos humanitarios antipragmáticos, mientras mercenarios como los de Dyncorp son expertos en tortura y asesinos probados que funcionan de acuerdo con la eficiencia, la calidad, el éxito y otros principios de la iniciativa privada y el libre mercado.
"Nuestra misión es construir la democracia en todo el mundo", asegura Dyncorp en su página de Internet. "Imagine la tecnología con un toque de humanismo. Dibuje un mundo de posibilidades con la palma de su mano. Conozca a un equipo de expertos que trata la alta tecnología como una forma de arte", rezan sus folletos. ƑY qué importa si Christine Dolan, fundadora de la campaña humanitaria internacional Contra la Explotación de Niños-niñas, con sede en Washington, acusó a Dyncorp de tráfico sexual de menores en la guerra contra Yugoslavia?
"Durante cinco décadas (la empresa se fundó en 1946) hemos demostrado nuestra fuerza y estabilidad para ayudar a nuestros clientes a triunfar", añade Dyncorp, que asegura contar con una red de 17 mil 500 "empleados" en el mundo. En la base de Manta (Ecuador), por ejemplo, el coronel Juan Maurtúa, jefe del Puesto de Avanzada de Operaciones de Estados Unidos, y la embajada de Washington en Quito han señalado que desde el 15 de marzo del año pasado la empresa tiene una plantilla de 134 personas y se ocupa de los "servicios de administración, mantenimiento de instalaciones, limpieza de la pista, alimentación, protocolo, combustible, transportación..."
La casa matriz de Dyncorp radica en Reston, Virginia, y su base de operaciones en Cocoa Beach, Florida, se dedica al entrenamiento e incorporación de individuos que, si son de origen cubano, se convierten en disidentes o balseros por gracia de "periodistas" como Andrés Oppenheimer, agentes de la CIA como Carlos Alberto Montaner y escritores "liberales" como Mario Vargas Llosa.
La carta de presentación de Sandline, otra firma de mercenarios, es más escueta: "En la batalla de El Alamo se trazó una línea en la arena para separar a los valientes de los cobardes. Ahora, en el actual campo de batalla, Sandline está trazando una línea en las arenas de los negocios".
ƑSe acuerda de El Alamo, aquella población fortificada de Texas que el 7 de marzo de 1836 cayó en poder del general Santa Anna? No hubo prisioneros. Los 200 sitiados de la plaza, casi todos mercenarios a sueldo de los partidarios de la independencia de Texas, murieron en combate o fueron fusilados, como Davy Crockett, o pasados a degüello por el Ejército mexicano. šAh, qué tiempos aquellos!
En 1998, Sandline promovió el regreso al poder en Sierra Leona del depuesto presidente Ahmed Tejan Cava, violando el embargo de armas impuesto por la ONU, en una clásica operación de mercenarios que aún salpica al gobierno británico, investigado actualmente por el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes. En 1997, la misma compañía fue contratada por el gobierno de Papúa Nueva Guinea para eliminar a los secesionistas de la isla de Bouganville.
"Aplícase a la tropa que por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero", dice el diccionario de la Real Academia. Pero Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, que no entiende español (ni árabe), señaló que los "responsables policiales y judiciales" de Dyncorp estarán bajo el mando de la "Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria" (sic), dirigida por el general retirado Jay Garner. Mira, tú.
En tanto, el lunes pasado, la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la ONU aprobó el primero de los diez proyectos de una resolución auspiciada por Cuba: "...la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la autodeterminación".
El embajador cubano Rodolfo Reyes pidió a "...todos los estados que ejerzan el máximo de vigilancia contra todo tipo de reclutamiento, entrenamiento, contratación o financiamiento de mercenarios por empresas privadas que ofrezcan servicios internaciones de consultoría militar y de seguridad".
La exhortación pide a los países que "...impongan una prohibición concreta de que tales empresas intervengan en conflictos o acciones armadas para desestabilizar a los regímenes constitucionales"; 37 países votaron a favor, nueve en contra y siete se abstuvieron. El Pentágono está avisado.