Los "arranques" del senador, porque ve minada
su influencia, responden del gobierno
Responsabiliza Fernández de Cevallos a Presidencia
de campaña en su contra
Desde hace tiempo hay diferencias entre el legislador
y Rodolfo Elizondo: Bravo Mena
ANDREA BECERRIL, GEORGINA SALDIERNA Y JUAN MANUEL VENEGAS
El senador panista Diego Fernández de Cevallos
acusó directamente a la Presidencia de la República de orquestar
una campaña en su contra. A su manera, siguiendo con las parábolas
bélicas, señaló que "el fuego amigo" se abrió
desde Los Pinos. Amagó con que está "investigando" quién
o quiénes lo ordenaron y ofreció a la prensa que, en cuanto
lo sepa, lo hará público.
A los arranques del abogado contestó el dirigente
nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, quien deslindó tanto a
la Presidencia como a su partido de los ataques que percibe el legislador,
y consideró "absolutamente incorrecta" la actitud de Fernández
de Cevallos.
Sin embargo, a pregunta expresa, el dirigente panista
aceptó que entre el senador y el vocero presidencial, Rodolfo Elizondo,
existen diferencias desde hace tiempo. "Hay ahí una situación
(sic) desde hace muchos años y de vez en vez se activa (...) pero
mi deber como presidente del partido es ser responsable en cualquier cosa
y no atizar ninguna inquina en ningún miembro del partido", dijo.
Elizondo, sin embargo, evitó entrar en la disputa.
Buscado por la prensa en Los Pinos dijo que no está "en guerra con
nadie", y consideró que sería el PAN el que, en todo caso,
tendría que responder a las acusaciones del senador. A la insistencia,
entre risas, sólo añadió: "no me extraña mucho,
no me sorprende" la actitud de Diego.
Con amigos como Korrodi, "Fox ya no necesita más"
Fernández de Cevallos sostuvo que la información
que La Jornada y otros medios han publicado sobre su doble papel
de legislador y litigante -sobre todo en el controvertido caso que su despacho
ganó a la Secretaría de la Reforma Agraria- proviene de la
residencia presidencial.
Rechazó que tanto él como su socio Antonio
Lozano Gracia hayan cometido algún delito. Inclusive retó
a quienes hablan de tráfico de influencias a que lo demanden. "Los
desafío a que vayan con la autoridad". Insistió en que es
víctima de fuego amigo, término de guerra, explicó,
dicho "cuando los misiles inteligentes caen sobre los de casa".
-¿Por qué cree que es objetivo del fuego
amigo? -No lo sé, pero lo estoy investigando y tan pronto sepa
algo les informaré. -¿Los misiles, el fuego amigo,
vienen de Los Pinos? -Sí.
De refilón, se refirió al final a las declaraciones
de Lino Korrodi en torno al caso Amigos de Fox, y señaló
que "con los amigos que tiene el señor Presidente, ya no necesita
uno más".
Fracturada la alianza del jefe con Creel y Bravo
Mena
El "problema" de Fernández de Cevallos -cuentan
tanto en el partido como en el gobierno- es que empieza a ver "minada"
su influencia.
Es así a tal grado que, se asegura, podría
hacer realidad su decisión de renunciar a la coordinación
de los senadores panistas, tal y como ya se los anunció a varios
de sus colegas en la sede legislativa de Xicoténcatl.
Los "arranques de Diego" contra la Presidencia y la dirigencia
del partido tienen explicaciones: primero, el 17 de marzo pasado, su amigo
Lozano Gracia fue rechazado por la mayoría de los integrantes del
Comité Ejecutivo Nacional del PAN entre sus propuestas para las
candidaturas plurinominales a la Cámara de Diputados.
Ese rechazo fue precedido por el compromiso que le había
hecho Bravo Mena de que su candidatura no tendría problemas a la
hora de la votación que perdió frente a Juan Molinar Horcasitas,
panista de nuevo cuño. Esto fue interpretado por Diego y Lozano
como "juego sucio" de Bravo Mena.
Más reciente, el caso Amigos de Fox, provocó
otra fractura en las alianzas de Fernández de Cevallos, ahora con
el secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien terminó
por operar toda la estrategia para que Lino Korrodi y Carlos Rojas se safaran
del asunto -y con ello protegieran la figura del Presidente- y toda la
responsabilidad de las presuntas irregularidades en el financiamiento foxista
de 2000 recayera en el partido.
Fernández de Cevallos rechazaba esta postura. Quería
deslindar a la asociación foxista del panismo. Y no lo logró.
La interpretación del gobierno y el partido sobre la actitud del
senador es que se convenció de que tanto Creel como Bravo terminaron
por "alinearse" con los intereses de Fox y eso "debilita, mina" su influencia.