Aro Tolbukin obtuvo siete galardones;
premian a Elsa Aguirre y a Filmoteca de la UNAM
Triunfo arrollador de El crimen del padre Amaro
en la 45 entrega de los Arieles
"La crisis en el cine nacional no es de talento sino
de recursos", expresa Diana Bracho
JUAN JOSE OLIVARES
Las películas El crimen del padre Amaro
y Aro Tolbukin, en la mente del asesino, fueron las grandes ganadoras
de la 45 entrega de los premios Ariel que otorga la Academia Mexicana de
Arte y Ciencias Cinematográficas, al obtener la primera nueve galardones
y la segunda siete.
El crimen del padre Amaro ganó como mejor
película, mejor dirección (Carlos Carrera), mejor guión
cinematográfico adaptado (Vicente Leñero), mejor vestuario
(María Estela Fernández), mejor actor de cuadro (Ernesto
Gómez Cruz), mejor edición (Oscar Figueroa), mejor coactuación
femenina (Angélica Aragón) y coactuación masculina
(Damián Alcázar) y mejor sonido. Por su parte Aro Tolbukin
ganó en las categorías de mejor actor (Daniel Giménez
Cacho), mejor actriz (Carmen Beato), mejor guión original (Agustí
Villaronga, Lidia Zibermmann e Isaac P. Racime), mejor fotografía
(Guillermo Granillo), mejor maquillaje, mejor diseño de arte y mejores
efectos especiales.
El escritor-guionista Vicente Leñero dedicó
todos los premios que ganó El crimen del padre Amaro a todos
los católicos con convicciones y los católicos de clóset.
Asimismo, se entregaron dos Arieles de Oro, uno para la
actriz con más de 50 años de trayectoria Elsa Aguirre y para
la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). El rector Juan Ramón de la Fuente, quien recibió
el premio junto con Ignacio Solares, director de Difusión Cultural,
e Iván Trujillo director de la Filmoteca, dijo que este premio "nos
distingue y compromete a mejorar nuestro acervo de 35 mil películas
originales". También se entregó un Ariel honorífico
a la maestra Lucía Alvarez. Los otros ganadores de los Arieles fueron
el cortometraje documental Papá Iván, de María
Inés Roqué; el cortometraje de ficción La milpa,
de Patricia Riggel; al mejor largometraje documental Señorita
extraviada, de Lourdes Portillo; a Corazón de fuego como
mejor película Iberoamericana, de Diego Arsuagua; como mejor opera
prima a Gabriel Orozco, de Juan Carlos Martín; mejor
música compuesta para cine para Exxxorcismos, de Omar Guzmán.
Ni la lluvia, ni las protestas de la sección de
D-III del INBA -que otorgó un Ariel, pero del detergente, a Sari
Bermúdez- opacaron la entrega de estos premios que la academia dedicó
a la música en el cine.
La ceremonia, que inició tarde y tuvo algunos problemas
de desorganización, como al que los nominados se les invirtiera
el nombre y el título de su obra, estuvo amenizada por uno de los
mejores comediantes de México, Andrés Bustamante, quien a
lo largo de la entrega y con la ayuda de imágenes de películas
mexicanas aludió a varios temas, entre los que destacaron el peso
en taquilla, el de la guerra, el de la música en el cine, así
como al Santo, El Enmascarado de Plata; no faltaron sus ingeniosos
inventos para ayudar a ver mejor el cine.
En el discurso inicial, la presidenta de la Academia Mexicana
de Arte y Ciencias Cinematográficas, Diana Bracho, comentó:
"el momento del cine nacional es contradictorio, ya que en el mundo exterior
nunca había recibido tantos premios; sin embargo, en el interior
lucha dolorosamente por sobrevivir en pantalla. Sin mantener una distribución
y exhibición equitativas, resalta que su crisis no es de talento
sino de recursos".