Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 9 de abril de 2003
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Sociedad y Justicia

A mi hija de 14 años la violaron "cuando apenas tenía 24 días de aliviada", narra una madre

Miseria e impunidad, constantes en los casos de asesinadas en Juárez

La CNDH llega tarde, pero qué bueno que ya está aquí, dice dirigente de Casa Amiga de Crisis

VICTOR BALLINAS ENVIADO

Ciudad Jarez, Chih., 8 de abril. Son historias de dolor, angustia, miseria e impunidad. Son los casos de las 233 niñas y mujeres violadas, desaparecidas, torturadas y mutiladas.

Todas eran pobres, morenas, y la mayoría, trabajadoras. Muchas dejaron hijos -incluso de meses- en la orfandad. En un caso documentado, a una niña-madre de 14 años no sólo le arrancaron la vida, también le arrebataron a su hija de apenas 24 días de nacida.

Esa es la historia de Cecilia Covarrubias Aguilar. "Mi hija -cuenta su madre Soledad Aguilar- salió de casa el 26 de octubre de 1995. Llevó a consulta a su recién nacida al centro de salud, y no regresó."

A la semana, agrega, "hallaron el cuerpo de mi hija con dos balas en la espalda. La tiraron por Loma Blanca, en el Valle de Juárez, muy lejos de donde se la llevaron. Allí empezó todo.

"De mi hija sabemos dónde quedó, dónde está sepultada, pero de mi nieta no sabemos nada. Se perdió. Mataron a su madre y se la quitaron, se la robaron. Desde un principio, cuando sólo apareció el cuerpo de mi hija, presentamos denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del estado, pero no investigaron."

Al remover sus recuerdos, Soledad se tensa:

"Lo que más me duele es que la violaron cuando apenas tenía 24 días de aliviada. Eso no les importó. La violaron. La golpearon. La patearon. Le dieron un cachazo de pistola en la frente.

"Apenas iba a cumplir sus 15 años. Aunque pase el tiempo nunca se me va a olvidar esto. ƑPor qué le hicieron tanto daño, si ella no se metía con nadie? ƑPor qué se robaron a mi nieta? Uno tiene que pasar esto, y lidiar con las autoridades, y ahí no se encuentra la justicia."

Con palabras entrecortadas, denuncia: "Cuando fui a reportar a mi hija como desaparecida, llegué afligida, nerviosa y llorando, y me dijo el (agente del) Ministerio Público que no llorara, que mi hija no lo merecía, que mientras yo estaba llorando, ella se había ido con otro. Que era pronto para que la buscara como desaparecida".

Soledad ha recurrido a todo: "Vendimos nuestra casa, nuestro coche, para poder pagar un licenciado, para pagar a alguien que investigara dónde está mi nieta. Me gasté lo poquito que tenía. Me encontré con que no hay justicia. Que no hay que esperarla.

"Mi nieta le fue entregada a una familia. A los tres meses de su desaparición, y de buscarla por todos lados, nos dimos cuenta que una niña había sido regalada a una familia. Fuimos al Ministerio Público y nos engañó. Todo indica que esa niña es mi hija. Busqué a la familia, hablé con el Ministerio Público, y me dijeron que esa niña era hija de una loca. Sé, y la procuraduría también, dónde está y quién la tiene, pero no han investigado, han escondido el caso.

"No me puedo dar por vencida. Quiero que mi nieta sepa que tiene otra familia, que ella decida."

Silvia Arce tenía 29 años cuando desapareció el 11 de marzo de 1998. "Vivía en casa de sus suegros, vendía productos de cocina, café, y hacía demostraciones de belleza, en las que también vendía productos. Salió de casa para ir al bar El Pachanga, iba a cobrar a unas bailarinas que le compraban.

"Supe de la desaparición de mi hija hasta el cuarto día -dice Evangelina Arce-. Mi yerno fue avisarme que ella había salido a cobrar y no regresó. Fui al bar al que me dijeron que había ido, pregunté por ella, y las bailarinas me dijeron: 'Si hablamos nos matan'."

El esposo supo por las bailarinas que un señor de un Cavalier blanco se la llevó. Le dijeron que era un tipo alto, de bigote, moreno y calvo.

Evangelina cuenta que "cuando se difundió la noticia de la desaparición de mi hija, también se conoció la desaparición de una bailarina, de nombre Verónica Rivera Martínez. Cuando apareció dijo que la tenían secuestrada y que la habían golpeado mucho los agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), en esta ciudad. Ella declaró que la habían torturado y que temía que le hubieran hecho algo malo a Silvia. Dio los nombres de todas las personas, pero nunca las llamaron a declarar. En las descripciones que ella dio está el hombre que secuestró a mi hija.

"El expediente de su hija se guardó. La PGR no investigó, lo guardó, y hace apenas unos meses después de tanta insistencia, lo sacaron. Ya son muchos años, pero voy a seguir buscando a mi hija. No hemos encontrado justicia, porque la procuraduría los protege."

Aún tenemos esperanzas, dice Esther Chávez

Esther Chávez, dirigente de Casa Amiga de Crisis, dice: "La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) llega tarde, pero qué bueno que ya está aquí. Eso es lo que importa, porque aún tenemos esperanzas. No podemos perder la esperanza, si nosotras que tenemos 10 años luchando la perdemos, va haber un mayor crecimiento de la impunidad, y va a ser más la satisfacción para la autoridad, porque ya no va haber nadie que les exija justicia".

La presencia de la CNDH nos da aliento, si bien es cierto que no le dieron seguimiento puntual a la recomendación 48/98, ya están aquí. "Tienen interés, como nunca lo tuvieron. Ya nos visitaron, nos han preguntado, e insisten mucho, parece que quieren llegar al fondo", dijo durante un recorrido por Lomas de Poleo, donde fueron encontrados ocho cuerpos de mujeres asesinadas.

En ese lugar, a menos de cinco kilómetros de la línea fronteriza, los asesinos tiraron los cadávares. En los alrededores hay cientos de caseríos esparcidos en lo que fue un rancho, y que ahora se pobló como muchos asentamientos irregulares. Sin servicios, a pesar de que tienen unos 40 años de existir, apenas hace un año introdujeron luminarias. El agua llega en pipas, no hay calles pavimentadas ni drenaje ni vigilancia.

Apenas el lunes, el ombudsman nacional, José Luis Soberanes Fernández, aseveró: "No podemos cerrar los ojos ante la evidencia: en los 233 casos de mujeres asesinadas, las matan por ser mujeres; por ser pobres y estar expuestas al riesgo; por ser morenas, desde una perspectiva racista y por ser trabajadoras".

Ahora, la CNDH investiga las causas penales que se instruyeron o que se encuentran abiertas. "Investiga la intervención de las autoridades tanto del ámbito federal, como estatal y municipal en las averiguaciones de los homicidios de mujeres en esta ciudad".

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