Abrirá su muestra Eklektikos en la galería Itatti
Hablar de nuestro tiempo, deber de los artistas: Tatiana Montoya
JORGE CABALLERO
''La época que vivimos es confusa, pero los artistas tenemos la obligación de hablar de nuestro tiempo que, por desgracia, es bastante sombrío", asegura la pintora y escultora de origen colombiano Tatiana Montoya, cuyo quehacer pictórico abstracto no le impide abordar los acontecimientos políticos y económicos que marcan el pasado siglo: guerra, ambición y muerte.
Durante un viaje a Chile, ''para cambiar de piel", Montoya encontró la antigua mina de salitre Humberstone; ''de ese lugar salió gran parte del mineral que sirvió para hacer bombas y armas en la Segunda Guerra Mundial. Además, allí se realizó una terrible explotación humana, pues los mineros vivían en míseras casas de hojalata. Ahora es un pueblo fantasma".
Este viaje sirvió a Montoya para reflexionar sobre los motivos que han llevado a los seres humanos a explotar de forma indiscriminada los recursos naturales, inclusive recurriendo a la guerra para obtenerlos. De regreso a México, su pintura sufrió una transformación y se cubrió de elementos matéricos (como la hoja de oro y plata, polvos metálicos de cobre y aluminio, así como distintos procesos de oxidación), símbolos de la ambición y la codicia de los poderosos.
Gran parte de este trabajo, titulado Eklektikos, será presentado en una exposición que se inaugurará mañana a las 19 horas en la galería Itatti (Torre Arcos, Paseo de Tamarindos 400, planta baja, local 12, colonia Bosques de las Lomas).
Otro de los motivos principales de Eklektikos, aseguró la artista, ''fue hacer un comentario sobre nuestro tiempo. Creo que vivimos tiempos eclécticos en los que, como en el pasado helénico, tenemos que seleccionar lo mejor de nuestra época y tomar posiciones frente a la enorme diversidad que se nos ofrece".
A Tatiana, como buena escultora, también le preocupa la utilización del espacio. Para ella la pintura no figurativa es una forma de abordar poéticamente el entorno que nos rodea, como en Códices urbanos; también lo que guarda la entraña de la Tierra, como en el cuadro Oro negro. El petróleo, dijo, ''es motivo suficiente para que haya una guerra a principios del siglo XXI. Por ahora nadie piensa que en 30 años va a haber guerras por el oro blanco, es decir, por el agua. Los seres humanos podemos vivir sin petróleo, pero no vamos a sobrevivir sin agua".
En otras pinturas, Montoya alude a las capas geológicas, que son ''metáforas de la experiencia humana". Además, en la superficie pictórica, utiliza grafismos para hablar de la escritura y el conocimiento antiguos, pero también de la implacable destrucción del pasado y la pérdida de la memoria.
Escultura, cerámica, gráfica
Tatiana Montoya nació en Medellín, Colombia, en 1961. Llegó a México en 1991 gracias a una beca de producción de la UNESCO. Dos años después regresó para fijar su residencia en el país, pero antes expuso en Documenta IX, en Kassel, Alemania.
En su faceta de escultora ha tenido éxitos, como la inclusión de dos de sus obras en la exposición que permaneció durante año y medio en el camellón del Paseo de la Reforma, frente al Museo Rufino Tamayo.
También obtuvo mención honorífica en la Primera Bienal de Juguete Arte Objeto, que se realizó en el Museo José Luis Cuevas en 1995; de la misma forma fue reconocida en la Bienal Johnny Walker en 1997, y un cuadro suyo fue seleccionado en la pasada Bienal de Pintura Rufino Tamayo. Desde 1990 ha expuesto de forma individual escultura, cerámica, gráfica y pintura, tanto en México como en el extranjero.