Arnoldo Kraus
La especie humana
La especie humana es, de acuerdo con Charles Darwin, descendiente de los monos. En cambio, según las versiones de la mayoría de los dioses, nuestra especie no sólo es creación divina, sino propiedad perenne de los cielos. Científicos como Aleksandr Oparin han pensando diferente y no concuerdan con las versiones del Génesis y sus vasallos -aun cuando no habían nacido-, ya que consideraron que el origen de la vida proviene de algunos de los gases de la atmósfera de esta casa que solemos llamar Tierra.
En Irak los niños y niñas amputados deben estar convencidos de que las bases de la especie humana emanan de clones tipo Bush, variedad Hussein. Eso somos: monos, dioses, gases, científicos, vidas truncadas y los bushes y los husseins del siglo xxi.
Un siglo preñado desde su inicio de las inmensas contradicciones surgidas del conocimiento y el horror provenientes de la misma fuente: la especie humana. Y de sus dioses, y su ciencia y su tecnología. Un siglo que se inicia inmortalizando a André Malraux, quien afirmó que "este siglo será religioso o no será".
La situación actual del mapa mundial pinta bien la afirmación del escritor francés, pero deja abiertos los caminos para especular acerca del "no será". ƑQué implica el "no será" de Malraux? ƑLa asonada de Bush o el cinismo de Hussein? ƑLa emergencia de nuevas pandemias como la neumonía atípica y el incremento de cáncer hasta en un 50 por ciento en los próximos años de no modificarse los hábitos de vida? O bien, las predicciones no desde la ciencia ficción, sino a partir de la filosofía que sostienen que la tecnología destruirá la vida y que las actividades de los seres humanos acabarán por menguar el balance, ya de por sí precario en muchas partes de la Tierra, entre humanos y ecología.
El "no será" se relaciona también con "el valor y el uso" del conocimiento científico, con el peso y trascendencia de la cultura, con el significado de la opinión pública, con la necesidad de un resurgimiento de la moral y con la posibilidad de que exista un vínculo entre palabra y mundo, entre razón y seres humanos. A esos valores agrego las voces de los millones de personas que han marchado en todo el mundo en contra de Bush y sus gorilas.
A pesar del escepticismo que nos asuela cada vez con mayor crudeza, sigo "recargándome" en el valor de las palabras -Ƒqué otra cosa podemos hacer?- como mínimo antídoto contra la barbarie del belicismo. Robo de Robert Antelme el título de este escrito y algunas reflexiones.
Antelme publicó La especie humana en 1957, pero lo "escribió" entre 1944 y 1945, periodo en el que fue detenido por la Gestapo y confinado en campos de concentración.
La especie humana es el retrato perfecto de la condición humana contemporánea. Su lectura duele, y su relectura, en tiempos desprovistos de moral, donde las razones de Bush, Blair y Aznar chocan contra las "del resto de la humanidad", debería ser imprescindible. El testimonio de Antelme es una vívida reflexión sobre el ser humano en situaciones extremas y sobre la sociedad dominada por el miedo y la sinrazón. Es un testimonio doloroso, profundo. Entresaco algunas citas:
"La opresión total, la miseria total pueden llegar a relegar a cada uno a una cuasi soledad. La conciencia de clase, el espíritu de solidaridad son la expresión del resto de la salud que les queda a los oprimidos (...) Se pueden quemar niños sin que la noche se inmute. Está inmóvil alrededor de nosotros, que estamos encerrados en la iglesia. Las estrellas están en calma también, arriba de nosotros. Pero esa calma, esa inmovilidad no son ni la esencia ni el símbolo de una verdad preferible. Son el escándalo de la indiferencia última (...) Si nos reímos, es de lo que a ellos los hace palidecer. Si ellos se ríen, es de lo que nosotros odiamos (...) El error de la conciencia no es 'degradarse', sino perder de vista que la decadencia debe ser de todos y para todos (...) El muerto es más fuerte que el SS. El SS no puede perseguir al compañero en la muerte."
De Antelme quedan las ideas, la experiencia del horror. Queda, para el clon bushhussein, el mensaje, "comprendan bien esto: ustedes han hecho que la razón se transforme en conciencia. Ustedes han vuelto a hacer la unidad del hombre. Han fabricado la conciencia irreductible". Y a la humanidad le corresponde materializar a Anteleme: "...se nos da todavía por comportarnos como si estuviéramos dispuestos a creer que cuando un hombre está en peligro, todos los demás deben tratar de salvarlo".