En 10 años los atentados suicidas pueden convertirse en armas de exterminio, señala
Crecerán terror y extremismo después del ataque, dice Hassan, príncipe de Jordania
Cualquier nuevo liderazgo en Bagdad tendrá que respaldarse en Washington, señala
REUTERS
Amman, 8 de abril. El terror no terminará con el fin de la guerra contra Irak, pues el ataque hará crecer el extremismo árabe, y la transición a la democracia será obstaculizada por un aumento en el terrorismo y los conflictos en las próximas décadas, advirtió el príncipe Hassan, de Jordania.
"En menos de 10 años los terroristas individuales pueden convertirse en armas de exterminio", por lo que el proceso de "sanar" va a ser mucho más difícil ante la continuación de asesinatos al estilo de los promovidos por Osama Bin Laden, pues "la guerra por sí misma producirá extremismo".
En entrevista con la agencia Reuters, el tío del rey jordano Abdullah agregó que la pobreza y la falta de respeto a la dignidad humana son medios de reclutamiento de los suicidas. Ahora, acotó, lo esencial es trabajar para asegurar que Irak no se fracture en una "democracia militarizada".
"Creo que esta democracia militar para librar la guerra es comprensible. Pero en la lucha por la paz va a ser muy difícil entender si el nuevo gobernante de Irak va a ser el ministro de Defensa... funcionarios o embajadores estadunidenses asesorados por exiliados iraquíes", apuntó.
Hassan, quien asistió a reuniones entre los fragmentados grupos opositores iraquíes en el exilio para discutir sobre una era post Saddam Hussein, afirmó que cualquier nuevo liderazgo en Bagdad, visto como una creación de los estadunidenses, obviamente tendrá que respaldarse en Washington para mantenerse en el poder.
"Doble actuar" estadunidense
Miembro de la dinastía hashemita en Jordania, que también gobernó Irak por medio de su primo el rey Faisal hasta 1958, cuando fue derrocada por el ejército de Bagdad, 10 años antes del arribo de Hussein al poder, restó importancia a informes de que él tiene ambiciones de asumir el mando en Irak, y señaló que ese país debe ser administrado por los mismos ciudadanos. Tampoco se abstuvo de criticar el doble actuar de Estados Unidos en Medio Oriente. Recordó una famosa frase del ex presidente Franklin Roosevelt, cuando dijo que el déspota nicaragüense Anastasio Somoza era "un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta".
Reuters recogió una serie de comentarios de ciudadanos árabes que expresaron una mezcla de ira y desafío ante la entrada de tanques y tropas estadunidenses a Bagdad, como un signo de barbarie de un país dominando a otro, pero con la creencia de que esto podría derivar en una lucha de guerrillas hasta expulsar a los invasores.