El conservadurismo de Nuevo León, el
PRI y su propio partido le han cobrado la factura
Fustigan a Mauricio Fernández por proponer la
legalización de drogas
El asunto del narcotráfico en la entidad desata
guerra sucia entre priístas y panistas
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 7 de abril. Directo, desparpajado
en el hablar, y pese a las recomendaciones de sus asesores, abierto a tocar
temas tabú en una sociedad tan conservadora como la regiomontana,
el candidato panista a gobernador, Mauricio Fernández Garza, se
ha metido ya en varios problemas, pues sus posturas, como la de proponer
la legalización de las drogas o aceptar que durante su juventud
una vez probó mariguana y no le gustó, le han valido numerosas
críticas y censuras hasta de sus propios compañeros de partido,
lo que al final quizá le signifique pérdida de votos, en
momentos que más necesita revertir la desventaja que, según
diversas encuestas, tiene frente al priísta José Natividad
González Parás.
A su vez, el abanderado tricolor, González
Parás, con un estilo mesurado que parecería más cercano
al perfil deseable de un candidato blanquiazul, así como
el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Abel Guerra
Garza, que ha jugado el papel de rudo, han aprovechado las polémicas
actitudes de Fernández Garza para presentarlo ante la opinión
pública como poco confiable y representando una amenaza para la
estabilidad neoleonesa.
Ante
la creciente presencia del narcotráfico en la entidad, que se hizo
más evidente a partir de la administración de Fernando Canales
Clariond, Mauricio Fernández declaró a principios de año
estar dispuesto a reunirse a platicar con los capos de las drogas
si esto sirviera para terminar con la violencia en el estado.
La declaración ha dado pie a los priístas
para señalar, en cuanta oportunidad se ha presentado, que ellos
no están dispuestos a negociar con los narcotraficantes, y González
Parás tiene entre sus frases favoritas de campaña la de "cero
tolerancia al narco y la delincuencia".
Más aún, el 16 de febrero, Guerra Garza
propuso la aplicación de exámenes antidoping a todos
los candidatos a puestos de elección popular.
Como si se diera por aludido, Mauricio Fernández
Garza respondió que estaba investigando al dirigente priísta,
pues le ha-bían pasado "chismes" en el sentido de que tenía
relaciones cuestionables con personas extranjeras, entre ellos un colombiano,
y que desde hace varios años ha recibido "apoyos económicos"
de los aludidos.
Guerra consideró que Fernández Garza "se
puso el saco" en su propuesta para que todos los candidatos a gobernador,
alcalde y diputados locales se practicaran una prueba antidoping, pero
lamentó que contestara con ofensas y calumnias basadas en chismes.
El mismo Guerra se presentó a un laboratorio a
practicarse la prueba por consumo de estupefacientes, que resultó
negativa. Mauricio Fernández dijo que aunque no tiene nada qué
ocultar, tampoco hará caso a las "tonteras" de Guerra y solamente
se sujetará a los requisitos que imponga la Comisión Estatal
Electoral.
Además, consideró un show la actitud
del priísta, pues algunos especialistas le han dicho que previo
periodo de desintoxicación, cualquier consumidor de drogas puede
salir airoso de tales inspecciones.
Luego de llamados del gobernador Fernando Elizondo Barragán
y del propio priísta González Parás a dejar de lado
los ataques personales y la guerra sucia, el 23 de febrero, Mauricio
Fernández, ante la pregunta de un televidente durante un programa,
admitió haber consumido mariguana cuando tenía 17 años.
El panista comentó que no le gustó la cannabis y sólo
esa vez probó un churro al participar en una fiesta juvenil.
Argumentó que entonces era como una moda, durante la época
de los hippies y la música de los Beatles.
Sin embargo, la postura de Mauricio Fernández en
torno de las drogas, propició que fuera descalificado por el líder
estatal panista, Carlos Domínguez Ahedo, quien manifestó
que las propuestas al respecto "no forman parte de la plataforma del PAN".
Y en otro capítulo más de la guerra sucia, en las
defensas de algunos vehículos se observan calcomanías con
la leyenda: "Di no a las drogas, di no al PAN".
Pero si Natividad González Parás tiene en
Abel Guerra a su principal golpeador político contra los
panistas, el ex presidente de la Camára de Comercio (Canaco) de
Monterrey, Arturo Garza y Garza, se estrenó en la función
de pegarle al PRI por parte del equipo de Fernández Garza. Emulando
la campaña proselitista del aspirante blanquiazul antes de
que fuera candidato, de colocar mensajes en las bardas con la leyenda "Reservada
para Mauricio", Garza y Garza llevó hasta el penal del Topo Chico
un cartelón donde se leía "Reservado para Abel", hecho que
el priísta interpretó como una amenaza del PAN-gobierno.
En columnas políticas se ha especulado que, entre
otros, los ex delegados de la Procuraduría General de la República,
Víctor Torres Moreno y Marcelo Garza y Garza (hermano del ex líder
de la Canaco), trabajan para el candidato panista, con el propósito
de investigar antecedentes delictivos de los dirigentes o candidatos priístas,
incluyendo "deslices" en su vida privada.
Uno de los primeros "frutos" de esa labor indagatoria,
que vino a fortalecer el intercambio de ataques y golpes bajos, habría
sido la resurreción de una nota periodística del tres de
febrero de 1986, que implicó en el tráfico de drogas a Mario
Ríos Gutiérrez, precandidato del tricolor a una diputación
federal por el distrito dos.
El incidente ocurrido hace 17 años, del que el
implicado quedó absuelto por desvanecimiento de pruebas, permitió
a Domínguez Ahedo "alertar" sobre la posibilidad de que el narco
se haya infiltrado en el PRI.
Mauricio Fernández volvió a la polémica,
al declarar el 19 de marzo estar en favor de la legalización de
las drogas, como forma para acabar con el narcotráfico, así
como en su momento se legalizó la venta de alcohol en Chicago, Estados
Unidos, para terminar con las matanzas entre las mafias.
Churros con impuestos
Según Fernández, es preferible que "si ya
estás grandecito, con bigotitos, te puedas echar un churro",
y así "hasta pagas impuestos y cuidas a la niñez".
Pero con estas declaraciones se le vino el mundo encima
al panista, pues su propuesta fue criticada no sólo por los priístas,
sino hasta por la dirigencia de su partido.
Una semana después tuvo que "retirar" su propuesta,
con el argumento de que recibió numerosas opiniones que desaprobaron
la medida, y le hace honor a su slogan de campaña de estar
"cercano a la gente".
Pero a sabiendas de que Fernández desató
el rechazo ciudadano, en un debate ante los organismos del sector privado,
celebrado el 3 de abril, González Parás aprovechó
que su contendiente lo criticó por plantear la "cero tolerancia"
cuando los estados no tienen facultades para combatir tales actos ilícitos
ni para legalizar el uso de drogas, a lo que el priísta le espetó
que fue el mismo panista quien planteó tales supuestos de los que
ahora reniega.