Un imperio que sólo vive de su fuerza militar está condenado a durar poco, asegura

EU cava su propia tumba: especialista de Francia

KARINA AVILES

Hamit Bozarslan, investigador de las sociedades del Medio Oriente de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), en París, Francia, expresó que un imperio que, como el estadunidense, sólo vive de su fuerza militar, no tiene duración, pues con sus acciones cava su propia tumba. Sostuvo que cualquier alternativa que no considere a los habitantes de aquella región como los actores de su propio destino y a su dignidad está condenada a fracasar.

Bozarslan estuvo de visita en México para participar en un seminario sobre las teorías de la guerra justa en el siglo XVI. En entrevista con La Jornada, el codirector del Instituto de Estudios sobre Islam y de las Sociedades del Mundo Musulmán de la EHESS, habló sobre los efectos detonados por Estados Unidos con la invasión a Irak y la complejidad de un conflicto que, aclara, no sólo se da en Irak, sino en todo el mundo árabe.

Explicó que el esquema estadunidense de agresión a Irak como preludio a otras guerras, se dificulta porque fracasó la de un conflicto corto y fácil.

Después del 11 de septiembre, dijo, hubo un movimiento en favor de la defensa de Estados Unidos, que se revirtió con la invasión al territorio iraquí. En la actualidad la población global piensa que lo único que le interesa a Washington es la riqueza del Medio Oriente, y "un imperio que sólo da esta imagen depredadora ya perdió mucho". Pero además, con su política "autista", Estados Unidos rehabilitó a Saddam Hussein y a Bin Laden. Al primero, lo transformó en "héroe y tal vez en mártir" cuando ya no tenía ninguna legitimidad. "šEsa es la paradoja de la política estadunidense!"

Antes de la guerra, añadió, la mayoría de los opositores a Hussein quería la intervención de Estados Unidos. Hoy la situación es distinta. Muchos iraquíes en la oposición y en el exilio regresaron para defender no al régimen, sino a su patria. Es decir, hay unanimidad para deshacerse de Saddam, pero no la hay en pro de la intervención.

Bozarslan consideró que pese a lo que digan los invasores, lo más probable es que "no existan planes hechos para remplazar a Saddam", porque no hay una lógica en las acciones de Washington. De esa forma, una vez que acabe la guerra, unos estarán preocupados por el petróleo, otros por el poderío militar y otros por vías políticas. "Así que si se hace un análisis serio, no hay manera de decir cuál será la opción que se impondrá", destacó.

Por otro lado, analizó las posibles reacciones de la población iraquí frente a un gobierno impuesto por Estados Unidos.

Por ejemplo, los chiítas, quienes pertenecen a un conjunto del Medio Oriente que rebasa las fronteras de Irak, no podrán aceptar un gobierno pro estadunidense sin pasar por traidores frente al resto de los chiítas de Líbano e Irán. Lo mismo ocurre con los nacionalistas iraquíes y con los kurdos. En el caso de estos últimos, no aceptarán la sumisión a Estados Unidos porque "si apuestan a los estadunidenses serían considerados un segundo Israel en la zona".

En este contexto, es fundamental considerar que el "metaconflicto" del Medio Oriente y del mundo musulmán es Palestina. Mientras no se resuelva esa problemática no habrá diálogo posible de los musulmanes con lo que se llama Occidente, concluyó.