Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 2 de abril de 2003
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Cultura

EL ECO Y LA SOMBRA

Ricardo Yáñez

La trampa

UNO CAE EN sus propias trampas. Cuando alguien me dice de un poeta al que no he leído o del cual de plano lo leído no me gusta (gusto no es juicio, conste), pregunto: ''ƑQué verso de él (o ella) recuerdas?" Generalmente no recuerdan. Es extraño, para mí es extraño. Y cuando lo hacen suelo estar de acuerdo: recuerdan un buen verso, o varios, claro. Pero lo extraño no es tan extraño, es para uno extraño. Y luego... cae uno en su propia trampa. Y, esperemos, cobra lucidez.

ƑQUE VERSO RECUERDO yo de Angel González, de Antonio Colinas? Ninguno, ni siquiera sus títulos. Aquí mi mala memoria, más que mi escaso gusto o falta de juicio poéticos, me contradicen. Pero, y adrede no voy a buscar en mi librero sus libros, Ƒpor qué los considero buenos?

NO HAY ARGUMENTO, hay, quizá, fábula. El recuerdo de mi experiencia de su lectura indica que son buenos. Mas no termina ahí.

MIS AMIGOS CONOCEN que subrayo, anoto y hasta ''corrijo", propongo mi versión de poemas que leo (por cierto, eso me ganó un desmentido: Margarito Cuéllar, quien como otros me había oído decir que no leo, llega a mi estudio, palabras casi suyas, y no encuentra libro sin subrayar; hice la broma, ni tanta: subrayo para que la gente crea que leo). ƑCómo me di cuenta, aparte elementos de juicio, aparte el gusto, de que al menos sendos libros de González y Colinas que leí son buenos, por poco y digo impecablemente buenos? Porque no pude hacerles rayón, nota, escolio, subrayado, ni siquiera un dibujito (que también me da por hacer). En blanco están.

OTRO EJEMPLO. DURANTE meses, una o dos veces al mes, Jeannette L. Clariond y yo disfrutamos el reunirnos para ver los poemas que traducía, tradujo de Black Zodiac, de Charles Wright. Atenta como es me permitió opinar, no obstante mi ignorancia del inglés, sobre sus versiones, y ahí nos tienen jugando a las tripas de gato con esos bellos, reflexivos poemas. Y no recuerdo un solo verso de él. Sí imágenes, palabras (más en español que en el idioma original)... evoco melodías, largas melodías. Y armonías (se trata de poemas muy armónicos). Recuerdo, y al recordar revivo, la experiencia poética, el estado poético en que me sumió su lectura.

UNO CAE EN sus propias trampas, al menos en las argumentativas. Llega el momento en que se debe aceptar: ''Ese argumento, tan preciado para mí, no sirve en este caso".

HACE MUCHO TIEMPO, en Jalisco, expresé que la experiencia poética es la primera crítica (jueza) de un poema -la segunda es la crítica. Se pueden hacer muy buenas ''críticas" de poemas o libros de poemas que no transmitan, o casi no (del todo, lo encontraría imposible), experiencia poética. Y esa experiencia o estado, lo que iría, va contra el argumento arriba señalado, los tuve con González, Colinas y Wright.

LA TENGO. NO se va, aun cuando no precisamente se recuerde.Y qué dicha caer así en la propia trampa.

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