GUERRA CONTRA IRAK
Presentan 127 querellas contra Aznar por ser cómplice
en una guerra de agresión
Protestas masivas antibélicas en Europa, América
Latina, Medio Oriente y Asia
Exigen paz 40 mil alemanes con una cadena humana entre
Muenster y Osnabrueck
AFP, DPA, Y PL
Madrid, 29 de marzo. Multitudinarias manifestaciones
volvieron a efectuarse hoy en numerosas ciudades españolas en rechazo
a la guerra de agresión angloestadunidense sobre Irak, mientras
que el jefe de gobierno José María Aznar fue denunciado ante
la justicia por haber hecho entrar a España en una guerra sin el
aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ni del rey
Juan Carlos, jefe del Estado y los Ejércitos de España.
Un total de 127 denuncias individuales fueron presentadas
contra Aznar este sábado ante el Tribunal Supremo de Madrid, que
acusan al gobernante de violar la Constitución y el Código
Penal, en respuesta a llamados en ese sentido de organizaciones pacifistas,
como el Centro de Defensa y Estudio de Derechos Humanos, Ecologistas en
Acción y la Asamblea de Colectivos contra la Guerra.
En las querellas se argumenta que Aznar ha "vulnerado
lo establecido en la Constitución española, en concreto el
artículo 63.3, por el cual corresponde al rey el envío de
fragatas, aeronaves militares y unos 900 soldados a la guerra en Irak.
"Por cuanto ha enviado tropas del ejército a colaborar en una guerra
de agresión, el denunciado actúa como cooperador necesario
o cómplice", apunta.
"Se
trata de una guerra de agresión, en la que participa España
directamente mediante apoyo logístico convencional, como ha reconocido
y avalado el presidente de Estados Unidos (George W. Bush) en su discurso
en el Comando Central de Tampa", añade.
Aznar envió al golfo Pérsico un buque de
asalto anfibio equipado para funcionar como barco-hospital, así
como una fragata, un petrolero y unos 900 efectivos militares en "misión
humanitaria". Sin embargo, para los denunciantes no se trata de tal ayuda,
sino de apoyo logístico a los ejércitos angloestadunidenses
agresores y reclaman su retorno.
En ese contexto, el sábado unos 30 mil españoles
se manifestaron en Santander, convocados por la Asamblea de Colectivos
contra la Guerra, con gritos en pro de la paz y consignas antibelicistas
condenando a Aznar y Bush. La marcha cerró con una cadena humana
ante la sede del gobierno regional.
Acciones similares ocurrieron en Santa Cruz de Tenerife,
en el arhipiélago de las Canarias, donde fue acordonada la sede
del gobernante Partido Popular (PP), la única formación política
en España que apoya la intervención extranjera contra el
pueblo iraquí. La cadena humana se extendió hasta la subdelegación
del gobierno central en la isla y el consulado de Gran Bretaña,
con lo que denunciaron a "los agresores del pueblo iraquí".
Unas mil 500 personas protestaron en la ciudad de Talavera
de la Reina y ante la base aérea del mismo nombre, en rechazo a
la autorización dada por España a Estados Unidos para que
ese complejo sea utilizado en la guerra contra Irak. Otra movilización
se desarrolló ante la base aeronaval de uso conjunto hispano-estadunidense
en la ciudad de Rota, donde se hallan ya los primeros soldados estadunidenses
heridos en la guerra, en tanto que al menos 14 miembros de la plataforma
local contra la agresión iniciaron una huelga de hambre que culminará
este domingo.
Otros cientos de miles de ciudadanos emprendieron movilizaciones
de protesta en grandes ciudades como Valladolid, Salamanca, Pamplona, Murcia
o Palma de Mallorca. A la fecha, 92 por ciento de los españoles
se opone a la guerra, e inclusive 71 por ciento de los votantes del PP
se han pronunciado en contra.
Ante la creciente oposición que enfrenta el régimen
español, se informó que el juez Baltasar Garzón podría
ser sancionado por haber criticado a Aznar en un artículo-carta
publicado el 4 de marzo pasado en el diario madrileño El País,
en el que cuestionó el apoyo del gobernante a Washington en la invasión
contra Irak, según el Consejo General del Poder Judicial que propuso
abrirle un expediente disciplinario.
Otras vigorosas protestas se desarrollaron en numerosos
países de Europa, América Latina, Medio Oriente y Asia.
En Alemania se formó una cadena humana de 50 kilómetros,
que unió las ciudades de Muenster y Osnabrueck con unas 40 mil personas
que se dieron la mano. Esta muestra estuvo cargada de gran simbolismo,
pues ambas ciudades fueron las sedes en 1648 de la firma de la Paz de Westfalia,
tratado que puso fin a la Guerra de los Treinta Años y sentó
las bases para la convivencia entre estados soberanos y la tolerancia religiosa
en Europa.
En Berlín se manifestaron otras 50 mil personas
y en Hamburgo 40 mil, en las mayores concentraciones de los días
recientes. Los grupos participantes pidieron al canciller federal Gerhard
Schroeder mantener su pacifismo, pues 75 por ciento de la población
alemana rechaza la guerra.
En la capital francesa la manifestación de ayer
concentró a unas unas 60 mil personas. También hubo movilizazciones
en Marsella y Lyon. Asimismo, hubo grandes manifestaciones en ciudades
de Italia y frente a bases estadunidenses en ese país.
Otras marchas cimbraron Grecia, Polonia, Hungría
y Suiza, en cuya ciudad de Ginebra se concentró la atención,
pues la protesta se desarrolló ante la sede de la Organización
Mundial de Comercio (OMC) y la encabezó el activista francés
José Bové. "La OMC mata a los agricultores, las bombas a
los iraquíes, no hay diferencia", coreaban los marchistas.
Las expresiones de rechazo abarcaron países árabes
como Yemen, Siria, Jordania, Egipto, Arabia Saudita y Líbano. En
Riad 120 intelectuales sauditas rechazaron una invitación a reunirse
con representantes de la embajada estadunidense, cuando "asisten a la muerte
de civiles inocentes y a la destrucción de infraestructuras en Irak".
A mediados de marzo otros 200 intelectuales sauditas condenaron la guerra.
En Beirut se suscitó un incidente cuando un hombre
con un cinturón de explosivos atado a su cuerpo tomó como
rehenes a unos 30 empleados y clientes de una sucursal bancaria británica
y amenazaba con hacerse volar con todos. El secuestrador libanés
se rindió después diciendo "lo hice por Irak y por Palestina",
y que quería ir a luchar junto con los iraquíes.
En Bangladesh se desató la violencia durante las
protestas. Al menos 15 personas resultaron heridas en un choque entre activistas
musulmanes y la policía frente a la embajada estadunidense en Dacca.
En Boston, la mayor manifestación en 30 años
En lo que historiadores y observadores consideraron la
mayor protesta en Boston en unos 30 años, decenas de miles se manifestaron
contra la guerra en Irak este sábado. Estudiantes, profesores, familias,
jubilados, religiosos y trabajadores corearon "Así se ve la democracia"
al marchar por las calles céntricas de la ciudad. "Esta guerra me
parece errónea, injusta, inmoral y ciertamente no de lo que se tratan
los valores estadunidenses", comentó la ex militante republicana
Susan Hughes a la agencia Reuters al marchar. "Bush inició esta
guerra para derrocar a un dictador, pero ahora nosotros tenemos un gobierno
que actúa como la dictadura que estamos tratando de derrotar."
En el resto del país se produjeron protestas más
pequeñas. En Nueva York marcharon cientos de manifestantes en solidaridad
con la causa palestina y contra la guerra en Irak, por Broadway, desde
Times Square hasta Union Square.
Las marchas y actos diversos de protesta contra los invasores
angloestadunidenses sobre Irak continuaron en América Latina. En
Cuba se llevó a cabo la primera gran marcha con unas 10 mil personas
congregadas en la plaza del poblado de Minas, cerca de La Habana.
En esta protesta, encabezada por el vicepresidente Juan
Almeida, se corearon lemas antibelicistas y se criticaron los bombardeos
indiscriminados sobre las ciudades iraquíes. Washington pretende
imponer al mundo su "barbarie", se dijo, por lo que se hizo un llamado
a la unidad de los pueblos para rechazar esta guerra "inmoral, injusta
e innecesaria".
Renovadas marchas contra la "agresión", la "invasión"
y el "genocidio" en Irak se efectuaron en las capitales de Chile, Venezuela,
Uruguay, República Dominicana y varios países centroamericanos.
En Santo Domingo la policía reprimió a los marchistas, que
entregaban una carta de condena en la embajada estadunidense.
En la Universidad de Montevideo se emitió una declaración
que califica de "acción genocida" la invasión sobre Irak.
Por su parte, el presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, se pronunció
por la paz y contra la agresión al país árabe.