GUERRA CONTRA IRAK
La ONU, esencial para dar legalidad internacional
a la ocupación de Irak: Powell
Serán necesarios sacrificios, admite
Bush ante la posible extensión del conflicto
Revelan que Rumsfeld desoyó a estrategas militares
para retrasar la agresión al país árabe
AFP, PL Y REUTERS
Washington, 29 de marzo. El presidente estadunidense,
George W. Bush, reconoció este sábado que las fuerzas invasoras
angloestadunidenses están enfrentando una "feroz resistencia" en
Irak. Admitió no saber cuánto podría durar la agresión
y reconoció que "serán necesarios sacrificios". Expresó
que no aceptará negociaciones ni un resultado distinto de "una victoria
completa y definitiva".
Aseguró que sus tropas están a menos de
80 kilómetros de Bagdad y, al justificar el retraso de éstas
para llegar a la capital iraquí, sostuvo que "estamos peleando ahora
contra las más desesperadas unidades del ejército del dictador.
Los combates son feroces y no sabemos su duración, pero sabemos
el resultado de la batalla: el régimen iraquí será
desarmado y retirado del poder. Irak será libre".
En su lenguaje habitual afirmó que el régimen
que "alguna vez aterrorizó a todo Irak ahora controla una pequeña
porción del país", ya que las tropas anglo-estadunidenses
han mantenido un "sostenido avance". Los bombardeos de sus fuerzas -añadió-
han impedido a los iraquíes defenderse con sus misiles desde sitios
claves en el oeste del país.
Bush,
cuyas fuerzas han lanzado miles de bombas sobre Bagdad y otras ciudades
iraquíes todos los días y durante horas, acusó, en
contraste, a la defensa iraquí de cometer "crímenes de guerra"
como el atentado con un coche-bomba que mató a cuatro soldados estadunidenses
en una carretera de Najaf.
En su mensaje radiofónico semanal desde la casa
de descanso presidencial en Campo David, el mandatario argumentó
que el "moribundo régimen de Saddam Hussein comete decenas de atrocidades"
contra su propia gente y contra prisioneros de guerra. Citó el supuesto
caso de una iraquí que "fue ahorcada por saludar a las tropas" invasoras.
Afirmó que "cada atrocidad ha confirmado la justicia
y la urgencia de nuestra causa". Más aún, sentenció,
"los criminales de guerra serán atrapados y juzgados severamente",
ya que además hay iraquíes que abren fuego contra sus captores
extranjeros bajo la bandera de la rendición.
Bush volvió a llamar al Congreso a que apruebe
más fondos para la guerra contra la nación iraquí,
para la cual requiere de 75 mil millones de dólares adicionales.
Analistas interpretaron ese mensaje como elemento para elevar la moral
y preparar a los estadunidenses para un largo conflicto bélico.
Pese a los contratiempos que las fuerzas invasoras han
afrontado en Irak, una nueva encuesta divulgada por el diario The Washington
Post y la televisora ABC News arrojó que casi tres (74 por ciento)
de cada cuatro estadunidenses apoyan la agresión contra el país
árabe. También admiten que se gesta un conflicto mucho más
largo y sangriento de lo previsto.
Por otra parte, el jefe de la diplomacia estadunidense,
general Colin Powell, admitió que Estados Unidos y Gran Bretaña
necesitan a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para dar
"legalidad internacional" a la ocupación de Irak, pero que el organismo
mundial se niega a administrar el país árabe.
"La ONU ha dejado claro, mediante el secretario general
(Kofi Annan), que no quiere convertirse en la nueva autoridad gobernante
en Irak", citó el diario The New York Times en entrevista
con el funcionario. "Pero -añadió- (la ONU) tiene un papel
que desempeñar de muchas maneras distintas."
Insistió en que la ONU debe servir como sombrilla
de apoyo a las operaciones militares de sus tropas, ya que también
recibirá financiamiento de grupos de ayuda para la reconstrucción
del país. Dijo que ellos están peleando y que su papel es
importante hasta que puedan derrocar al gobierno iraquí y dejar
funcionando otro.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, llegó
a rechazar hasta seis veces en vísperas de la guerra consejos de
estrategas del Pentágono que afirmaban se necesitaría de
más tropas y equipos militares para atacar a Irak, de acuerdo con
la revista New Yorker que comenzará a circular este lunes.
"El pensó que sabía más. Fue él
quien tomó decisiones en cada giro" de la planificación,
indicó una de las fuentes del Pentágono. "Este es el caos
en que se metió Rumsfeld porque no quería tener una fuerte
presencia en el terreno", pues creía que el régimen iraquí
se iba a desmoronar rápidamente y quiso imponer esa opinión.
En el artículo se señala que el secretario
de Defensa rechazó el consejo del comandante de las fuerzas invasoras,
Tommy Franks, que quería demorar la invasión hasta que las
tropas a las que Turquía negó acceso pudieran entrar por
otra ruta, y no calculó bien el nivel de la resistencia iraquí.
Un ex oficial de inteligencia citado comentó que
si la guerra fuera una partida sería "tablas". Más aún,
se menciona que ahora gran parte de los suministros de los misiles crucero
Tomahawk se han gastado, los portaviones se van a quedar sin bombas
de precisión y hay serios problemas de mantenimiento con tanques,
vehículos blindados y otros equipos, y sólo se confía
en la llegada de los refuerzos.
Los diarios estadunidenses más influyentes recalcaron
que el gobierno de Bush fue demasiado optimista al prever una guerra corta
en Irak. The Washington Post tituló una de sus informaciones
señalando que "El tono alegre terminó con la guerra", donde
asienta que antes de comenzar la invasión el 20 de marzo Bush ya
había guardado un gran silencio sobre el costo, duración
y peligros que conllevaría la guerra, aunque altos funcionarios
de su gobierno desataron una avalancha de pronósticos optimistas.
La incógnita de la duración de la guerra sigue siendo Bagdad,
con más de 5 millones de habitantes.