Entre humaredas, futbol en Irak; mordaza en la
NBA
Ordena un hijo de Hussein que prosiga el torneo local
pese a los bombardeos
AFP Y DPA
Bagdad, 28 de marzo. El deporte no está
"fuera de juego" en la guerra contra Irak. Mientras las bombas y los misiles
angloestadunidenses continúan cayendo sobre Bagdad y otras ciudades,
el presidente de la federación local de futbol, Udai Saddam Hussein,
hijo mayor del presidente iraquí, ordenó que el campeonato
de primera división continúe pese a los enfrentamientos.
En Estados Unidos, en tanto, la Asociación Nacional
de Basquetbol (NBA) ha reforzado las "indicaciones" a todos los astros
de esa liga que protesten contra la guerra. De hecho, la primera víctima
de la intolerancia generada por la ola de patriotismo es el alemán
Dirk Nowitzki, jugador de 24 años, a quien le gritan "¡nazi
antiestadunidense!" Las restricciones que antes se impusieron a los artistas
y las estrellas cinematográficas ya alcanzaron también a
las figuras de las Grandes Ligas de Beisbol, cuya temporada regular se
inicia el domingo.
En Irak, la orden de continuar con el campeonato de futbol
forma parte de una estrategia para aparentar "normalidad" en la nación
árabe. Encantado por esta decisión, Saad Kazem se trasladó
este viernes hasta el estadio Del Pueblo de Bagdad para asistir al partido
entre su equipo preferido, el Zawra, y el de Samara, una ciudad ubicada
un centenar de kilómetros al norte de la capital.
Este comerciante mayorista de la alimentación,
de 34 años, se sentó junto a sus amigos en una de las tribunas
del coliseo con capacidad para 50 mil espectadores, mientras a lo lejos
se veían las densas columnas del humo negro de las trincheras que,
repletas de petróleo, arden por iniciativa de los iraquíes
en su afán de derrotar a las fuerzas foráneas.
"Es
el primer momento de placer que disfruto este semana", afirmó en
el momento en que hicieron su entrada al campo de juego, cuyo césped
está bastante gastado, las Aguilas del Zawra y los Albinegros del
Samara. Lo único que lamentó fue que la afluencia de público
fuera tan escasa, pese a que las entradas para el partido eran gratuitas.
Esta tarde unas 5 mil personas llegaron al estadio. "Normalmente
los partidos se juegan con las tribunas repletas, pero hoy la gente no
debe haberse enterado de que se jugaba", dijo para excusar a los ausentes.
Todo se desarrolló al igual que en cualquier partido
jugado en otra parte del mundo, detalles más o menos. En las circunstancias
actuales, los hinchas animaron a sus equipos con eslogans políticos
del tipo "¡Abajo Israel, los estadunidenses y sus ancestros!", "¡Hello,
hello, Saddam sigue resistiendo!" o "¡Bush, tus días están
contados!"
El Zawra, tercero en la tabla de clasificación
del campeonato iraquí, dominaba claramente las acciones con un marcador
favorable de 2-0, cuando su delantero Hossam Fawzi se introdujo en el área
del Samara. En ese instante, una explosión cercana desestabilizó
a la zaga visitante y el ariete local aprovechó para marcar el tercero.
Esta vez el Zawra jugó como local en la capital;
sin embargo, la semana pasada realizó un desplazamiento de riesgo
a Basora, en el sur del país, para disputar un partido mientras
los británicos bombardeaban la ciudad con el objetivo de tomarla.
El resultado fue de 1-1.
Por otro lado, el brasileño Jorge Vieira, quien
fue contratado por Udai Saddam Hussein en 1985 con la finalidad de clasificar
a Irak por primera vez a una Copa del Mundo de futbol, aseguró que
con el presidente iraquí "hablaba de asuntos de futbol, de política,
de fiestas. Hacía chistes, muchos chistes. Es un ser humano como
cualquier otro".
Reveló también que el gobernante tiene un
buen dominio del idioma español. "Conmigo el trato fue el mejor
posible. Saddam Hussein cumplió todo lo que prometió. Sé
que es un dictador, un tirano, una persona intransigente, pero no me puedo
quejar del trato que tuvo comigo", dijo.
Al llegar a Bagdad, Vieira se comunicaba con Hussein por
medio de un intérprete de árabe a español. Un día
el gobernante pidió al intérprete que se retirara y comenzó
a hablarle en español. "Le pregunté por qué no me
había hablado así desde el principio. Me dijo que porque
primero quería conocerme. Es que, como todo dictador, es desconfiado.
No confía en nadie".
Por desconfianza es que la Confederación Asiática
de Futbol pidió este viernes en una carta a la FIFA la postergación
del partido previsto para el 5 de abril en Damasco, entre Irak y Vietnam
por la eliminatoria a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
En tanto, los ministros de Relaciones Exteriores de varios
países latinoamericanos y europeos firmaron en la localidad griega
de Vouliagmeni la tregua olímpica para respetar la paz durante la
justa veraniega de Atenas.
Pero el que no tiene tregua es el alemán Dirk Nowitzki.
Su vida como astro de la NBA es un poco más difícil desde
que Estados Unidos atacó a Irak con la oposición de Alemania.
El pasado jueves un aficionado de Los Angeles Clippers
reparó en la postura política del gobierno de Alemania y
lo pagó el alero de Dallas de Mavericks: "¡Tú, nazi!",
le gritó.
"Eso lo gritan de vez en cuando, y duele mucho, porque
es de mentes estrechas. Pero hay que aguantarse", afirmó el jugador
de 24 años de edad.
Nowitzki deja ver su oposición a la guerra cuando
responde con una sonrisa irónica a la pregunta de qué opina
sobre el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. "Mejor no digo nada
de él".
Asegura que las "indicaciones" de la NBA y su equipo respecto
a las manifestaciones sobre la guerra no pueden ser catalogadas de "mordaza.
Somos adultos, nadie puede prohibir una opinión a otro", resalta.
Pero sabe que se mueve en aguas pantanosas. Vive en el
estado de Texas, lugar de origen de Bush, y en un equipo que ya se vio
revuelto cuando el base canadiense Steve Nash lució una camiseta
en la que se oponía a la guerra.
Cuando Nash mostró el slogan contra el ataque,
los teléfonos en la sede de Mavericks comenzaron a echar humo. Innumerables
aficionados texanos mostraron su descontento. Inclusive se produjeron amenazas.
El jefe de prensa de Dallas comunicó a sus jugadores que no debían
decir ninguna palabra más sobre la guerra.
Por eso las referencias de Nowitzki al asunto son sólo
tangenciales, como cuando comenta que la NBA continúe su actividad
mientras el país está en guerra. "Efectivamente es deprimente
lo que pasa en el mundo. El deporte pasa a segundo plano".
Pero no sólo en el basquetbol continúa el
espectáculo. En Miami se anunció que la temporada regular
de las Grandes Ligas del beisbol estadunidense comenzará este domingo.
En el conflicto bélico no participa ninguno de los mil 200 beisbolistas
de los planteles.
En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el torneo
de las Ligas Mayores fue interrumpido porque varios jugadores acudieron
al llamado de las armas, entre ellos los legendarios Joe Di Maggio y Ted
Williams.
Hoy, en las nóminas de 40 jugadores de los 30 equipos
de las ligas Nacional y Americana, no hay enlistados para ir a la guerra
contra Irak.