Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 29 de marzo de 2003
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Cultura
Rememoró Bei Dao la censura oficial contra esa revista emblemática

La poesía publicada en Jintian cambió la historia de la literatura china actual

Después de la matanza de Tiananmen, desde el exilio se revivió ese proyecto, señala

El escritor participó en el ciclo Cartas del destierro que se realiza en Bellas Artes

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

La poesía puede cambiar el mundo. Esa sería una conclusión de la historia de la revista china Jintian, contada por uno de sus fundadores, el poeta Bei Dao, durante su participación dentro del ciclo literario Cartas del destierro, en el Palacio de Bellas Artes.

Presentado por David Huerta como ''uno de los mejores poetas del mundo", introductor del uso de la primera persona en la poesía China, Bei Dao (1949) se remontó a los años en que trabajaba en la industria de la construcción, a las afueras de Beijing, en la década de los 70: ''Cada día, después de un trabajo agotador regresaba al hogar que compartía con unos cien trabajadores. Leer y escribir en la semioscuridad me daba un placer infinito. Encontré un mundo secreto que nada más me pertenecía a mí. Durante los largos y letárgicos meses del invierno, la mayoría de los jóvenes que estaban en el campo regresaban a Beijing e intercambiaban libros y pensamientos. Y por tanto se crearon toda clase de salones culturales. Mis amigos y yo nos reuníamos e intercambiábamos nuestros textos. Eramos amigos pero también lectores, éramos escritores pero también críticos".

En cierta medida, ''escribía nada más para mis amigos". Ahí ese grupo de amigos tuvo su primer encuentro con la literatura occidental moderna. La lista de lecturas prohibidas incluía a Kafka, Camus, Sallinger, Kerouac y Beckett, entre otros: ''Varios de sus libros se publicaron antes de la Revolución Cultural; por primera vez sistemáticamente introducían la literatura occidental moderna, así como la reciente de la URSS y de Europa del Este, a pesar de que nada más un número limitado de ejemplares se publicaban y que nada más tenían acceso a ellos altos funcionarios".

Efervescencia de la poesía en China

En el otoño de 1974, dentro de un cuarto para revelado fotográfico, Bei Dao escribió su primera novela, que hablaba sobre la depresión y el abandono en que se sentía toda su generación. La obra circuló de mano en mano por canales no oficiales: ''La policía empezó la búsqueda y pronto uno de mis mejores amigos se vio arrestado. El coleccionaba escritos clandestinos. La policía encontró todos los manuscritos de su casa. Mis poemas y mis historias estaban ahí también. Esperábamos lo peor. Eso fue una espera terrible y larga. Afortunadamente la policía no pudo entender nuestros trabajos, aun los expertos que invitaron de la academia literaria no los podían comprender porque no podían traducir nuestro código de lenguaje que era muy distinto de la literatura convencional. Escapamos del desastre gracias a esto".

Varios de los jóvenes escritores que compartían con Bei Dao inquietudes literarias publicaron a finales de 1978 las revista Jintian, emblemática de la literatura clandestina: ''El equipo era un mimeógrafo viejo muy primitivo y bajo la luz tenue de un solo foco, siete jóvenes se atarearon durante tres días y durante tres noches; estaban muy lejos de pensar que esa publicación iba a cambiar la historia de la literatura china contemporánea. El 23 de diciembre de 1978 la revista se pegó en las paredes de las universidades de Beijing, en las paredes de los edificios administrativos y de las editoras y otros espacios públicos".

''Cada mes los debates atraían a gran número de lectores, sobre todo estudiantes universitarios. Algunos de ellos iban a descubrir una vocación literaria después. En la primavera y el otoño de 1979 organizamos dos lecturas de poesía en un parque de Beijing, bajo el ojo vigilante de la policía. Mil personas apreciaron los trabajos de poesía y eso nos provocó gran entusiasmo. Fue la primera vez desde que los comunistas llegaron al poder que algo así ocurría en China.''

Esta situación ''ideal" no duró mucho tiempo. Una vez que ''la luna de miel entre el partido y la democracia terminó", las autoridades prohibieron cualquier tipo de expresión literaria que no fuera la autorizada oficialmente:

''En diciembre de 1980 la revista cesó todas sus actividades. El aspecto más sobrecogedor era que pese a no poder ser publicada, la mayoría de los poemas que se difundieron ahí fueron reproducidos en las revistas oficiales importantes. Se clasificaban bajo la etiqueta de poesía oscura, y eran el centro de un gran debate nacional."

La represión logró un efecto contrario al buscado por los censores y aumentó el impacto de la nueva literatura entre el público: ''Las escuelas poéticas se multiplicaban y algunos lectores empezaban a escribir poesía, a publicar sus propias colecciones. Esta efervescencia en el mundo poético, continuaría durante toda la década. Después de la matanza en Tiananmen, en 1989, muchos escritores chinos nos encontramos en Oslo, exiliados durante la primavera de 1990 y decidimos revivir la revista".

El primer número de la nueva versión de Jintian apareció el verano de ese año y desde entonces la revista tiene cuatro números por año. El consejo editorial fue de Oslo a Estocolmo, luego a Nueva York y ahora está en Los Angeles. Los ocho editores están diseminados en siete lugares de Europa y en Estados Unidos, y se imprime en Hong Kong. Esas características, subrayó Bei Dao, ''la convierten en un caso singular en los anales de las publicaciones internacionales. Han pasado décadas desde el primer número y desde el segundo nacimiento la revista es una metáfora para la literatura china contemporánea. Una vez salido de la botella, al genio ya nunca más se le puede encerrar ahí."
 

(Cartas del destierro continuó la tarde del jueves con la mesa redonda El poder de la palabra, en la que participaron Christian Salmon, Carlos Monsiváis y Benjamín Mayer. La clausura del ciclo estará a cargo del dramaturgo, poeta y novelista nigeriano Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura 1986. El acto tendrá lugar el próximo miércoles en la sala de murales del Palacio de Bellas Artes, a las 18 horas.)

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