GUERRA CONTRA IRAK
Advirtió al Pentágono que la invasión
podría encontrar fuerte resistencia, filtra la CIA
Insiste la Casa Blanca en que hasta el momento la invasión
marcha bien
EU ha lanzado más de 650 misiles y arrojó
más de 5 mil bombas: general Richard Myers
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 28 de marzo. El presidente
George W. Bush lanzó una campaña de relaciones públicas
para enfrentar crecientes dudas entre algunos militares y periodistas de
que la guerra contra Irak no avanza como se anticipaba, mientras otros
funcionarios luchan contra la impresión de que no analizaron adecuadamente
el nivel de resistencia de los soldados iraquíes contra la invasión
de su país.
"Tropas de la coalición continuaron su constante
avance y se acercan a Bagdad", declaró este viernes Bush durante
una reunión con veteranos de guerra.
"Estamos infligiendo daños severos a las fuerzas
enemigas (...) El régimen que antes aterrorizaba a todo Irak ahora
controla una porción pequeña de ese país", afirmó,
y agregó que "contra este enemigo no aceptaremos ningún otro
resultado que no sea la victoria completa".
Pero
el mandatario republicano no contestó las preguntas de los reporteros,
a las que calificó de "tontas", y cuando otros altos funcionarios
de la administración se presentaron ante los medios de comunicación
enfrentaron agresivos cuestionamientos de los periodistas.
Al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, le preguntaron
varias veces sobre citas publicadas de un general que había sugerido
errores en los cálculos para planear la guerra, y que ahora el conflicto
armado podría durar varios meses.
El jefe del Pentágono respondió que no había
leído los comentarios (estaban en primera plana del Washington
Post), pero apuntó que ese mismo general era uno de los que
aprobaron los planes de batalla.
En la Casa Blanca, al vocero Ari Fleischer le preguntaron
sobre comentarios anteriores del vicepresidente Richard Cheney, quien aseguró
que la guerra duraría "semanas, no meses", y el portavoz respondió
que también había dicho que podría durar más
y el propio presidente había advertido sobre esta posibilidad.
Fleischer insistió en que la guerra seguía
según el calendario previsto, pero no reveló cuál
es ese calendario.
Pero no había duda en Washington de que el gobierno
de Bush había vendido esta guerra al público estadunidense
en parte por su pronóstico de que la llegada de las tropas a Bagdad
no tardaría mucho, e incluso pensaban que podrían producirse
deserciones masivas de soldados iraquíes.
Errores de cálculo
Durante meses, funcionarios del gobierno y figuras conservadoras
cercanas a la Casa Blanca habían insistido en que pocos iraquíes
defenderían a Saddam Hussein una vez que llegaran las tropas estadunidenses
al país árabe.
Los reporteros fueron informados que no tenían
que reservar habitaciones en los ho-teles de Medio Oriente para cubrir
esta guerra por un periodo mayor de 30 días.
El asunto real es que durante muchos meses algunos oficiales
militares y de inteligencia de Estados Unidos habían advertido al
liderazgo político en el Pentágono y la Casa Blanca que una
invasión angloestadunidense apresurada estaría basada en
suposiciones falsas sobre qué tan fácil sería lograrlo.
Ahora, esa misma gente empieza a comentar "se los dijimos".
La Agencia Central de Inteligencia, por su parte, filtró
un informe, publicado hoy por el New York Times, que comprueba que
había advertido a "altos funcionarios del Pentágono", antes
del comienzo de la guerra, que fuerzas iraquíes, y particularmente
las unidades paramilitares, podrían ofrecer una fuerte resistencia
a la invasión.
Varios altos oficiales militares, casi siempre sin permitir
usar su nombre, también han sido citados en los últimos días
argumentando que Estados Unidos debería ha-ber concentrado una fuerza
militar mayor en la región antes de iniciar la invasión.
Claro, la guerra, como lo señaló el presidente
de la junta de jefes militares, Richard Myers, sólo se ha librado
una semana.
Oficiales militares agregaron que Washington ya cuenta
con la "supremacía" del aire -en 95 por ciento del país-
y que ahora también controla hasta 40 por ciento del territorio
iraquí.
El general Myers agregó que en esta primera semana
Estados Unidos ha lanzado más de 650 misiles crucero y arrojado
más de 5 mil bombas de diferentes tipos.
"Dentro de todo, nuestros planes están encarrilados
-dijo-. Vamos a enfrentar una lucha difícil, pero el resultado es
seguro. Desarmaremos a Irak y removeremos al régimen actual del
poder".
Pero el Pentágono afirmó este viernes que
el gobierno de Siria está permitiendo el in-greso por sus fronteras
de pertrechos militares destinados a Bagdad, y que Irán está
autorizando a grupos armados musulmanes ingresar a Irak, los que podrían
interferir en este conflicto bélico.
El peligro para los altos funcionarios en Washington es
que este enfrentamiento militar se transforme en un pantano, término
que fue utilizado en el pasado para describir la guerra en Vietnam.
Sean
cuales sean sus declaraciones ahora, los funcionarios no pueden negar que
du-rante meses antes habían argumentado que Irak era un país
"aterrorizado" por un dictador, por lo que las tropas estadunidenses serían
recibidas como "liberadoras", y no invasoras o fuerzas ocupantes.
Eso aún no ocurre, aceptó Bush hoy, y añadió
que es resultado de que Hussein está empleando tácticas brutales,
como el uso de escuadrones de la muerte y otras medidas para intimidar
a su pueblo y no permitirle dar la bienvenida a los estadunidenses.
Pocos aquí dudan que Saddam Hussein sea un dictador
sin piedad. Pero el gobierno estadunidense parece incapaz de aceptar la
posibilidad de que el pueblo de Irak -al ver más bajas civiles y
la destrucción de su país- podría a la vez odiar a
su propio gobierno y oponerse a una invasión extranjera encabezada
por Estados Unidos.
Como comentó hoy un soldado estadunidense a ABC
News en el desierto iraquí, "no es tan fácil conquistar un
país, ¿verdad?"