Marchas y mítines en Culiacán, Texcoco y Monterrey

En Acapulco, turistas de EU protestan contra la guerra

Junto con canadienses, se unieron a la manifestación popular

DE LOS CORRESPONSALES

Un solo objetivo aglutinó a diversas expresiones de protesta. Con música, poesía, trova, murales, tambora, rap, oraciones y hasta mentadas de madre, estudiantes, políticos e integrantes de la sociedad civil demandaron ayer en diferentes estados, una vez más, el cese de hostilidades en Irak.

''Bush, fascista, tú eres el terrorista'', ''Bush, cochino, eres un asesino'', fueron algunos de los epítetos dirigidos al promotor y ejecutor de la acción bélica.

En Acapulco, alrededor de mil 500 estudiantes, profesores, políticos, indígenas, autoridades municipales e inclusive turistas estadunidenses participaron en la marcha por la paz, la cual partió del Parque Papagayo. En ella, además de pancartas y mantas en las que se exigía el fin de la guerra, se quemaron banderas del vecino país y una fotografía del presidente George W. Bush.

Turistas de Estados Unidos y Canadá se dieron tiempo para hacer un alto en sus vacaciones y exigieron al mandatario estadunidense poner fin a la invasión.

En Culiacán, Sinaloa, alrededor de 2 mil estudiantes universitarios y normalistas, así como integrantes de organizaciones no gubernamentales marcharon para exigir el fin de la invasión angloestadunidense a Irak. En un mitin frente a la catedral de Culiacán, el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Gomer Monarrez, dijo que en la lucha por la paz y la conciliación entre los países ''no debe darse ni un paso atrás''. Al tiempo que a ritmo de tambora y rap se rompió una piñata que representaba a Bush.

Por otro lado, en Texcoco, poco más de mil estudiantes, profesores y trabajadores administrativos de la Universidad Autónoma de Chapingo, además de alumnos de primaria y preparatorias efectuaron una marcha por el centro de este municipio y un festival cultural para condenar el ataque. La manifestación fue amenizada por grupos musicales de trova y de música latinoamericana, lectura de poesía y pintas colectivas. En Monterrey empiezan a proliferar los automóviles que portan leyendas de rechazo a la guerra. Aquí, la marcha convocada tuvo escasa participación, ya que sólo unas 150 personas se presentaron a protestar por el ataque a Irak.