Los demonios del dolor fue publicada
por editorial Grijalbo
Kitzia Nin Poniatowska da a conocer su primera novela
Los diarios de su madre y los expedientes médicos
de su hermano Alejandro sirvieron para estructurar esa obra Acepta que
el libro puede ''incomodar'' a algunas personas
MONICA MATEOS-VEGA
Para ''exorcizar demonios", en un ejercicio de honestidad,
Kitzia Nin Poniatowska (DF, 1966) abre su diario y da a conocer el pasaje
más doloroso en la vida de su familia. Se trata de la historia de
su hermano Alejandro, quien hace 30 años sufrió un accidente
automovilístico que lo dejó cuadrapléjico, pero con
la posibilidad de comunicarse señalando las letras de un pequeño
pizarrón con el leve movimiento de una mano.
El largo y aleccionador camino vivido por quienes rodean
a Titish -como llaman afectuosamente a Alejandro- es plasmado en
Los demonios del dolor (Grijalbo), novela que hizo descubrir a su
autora que la literatura es una forma de ''oxigenar" el alma.
Dos fantasmas
Kitzia
se inicia de manera profesional, con esta novela, en una tradición
familiar: la pasión por ''comunicar cosas". Es sobrina nieta de
Anaïs Nin, sobrina de Elena Poniatowska, y reconoce que ha escrito
con un lenguaje ''completamente lírico", quizá no apto para
rimbombantes premios literarios, con la sola idea de reconstruir los sentimientos
que se fracturaron cuando su madre, Kitzia Poniatowska, decidió
dedicarse por entero al cuidado de Alejandro y emigró a Estados
Unidos, dejando en México a sus otros cuatro hijos.
Kitzia Nin (quien se hace llamar Antolina en la novela)
tenía 9 años cuando empezó a escribir su diario. A
partir de entonces creció al cuidado de su padre, sus hermanos mayores
y sus nanas, con los fantasmas del dolor y la ausencia rondando de manera
permanente.
En marzo de 2001 -cuando murió la abuela materna,
Paulette Amor-, la madre de Kitzia Nin decidió heredar en vida a
sus hijos. Al azar repartió sus
pertenencias y Kitzia-Antolina recibió unas 30
cajas con, entre otros objetos, los diarios de su mamá y los expedientes
médicos de Alejandro. Tener este material, así como una serie
de coincidencias en torno del accidente de su hermano, la hicieron decidirse
a plasmar la historia en una novela.
''Fue una inquietud, pero también una necesidad.
La investigación me llevó cerca de 10 meses. Durante ese
periodo decidí hacer el libro porque volver a vivir esa historia,
que considero excepcional, pude exorcizar mis demonios; entendí
y conocí muchas cosas, por ejemplo, comprendí que en la vida
no todo es éxito ni dinero. Que no hay respuestas para todo. Y si
alguien se siente identificado con esta vivencia, si el relato les mueve
algo, de eso se trata", señala la escritora en entrevista con La
Jornada.
Los demonios del dolor, prosigue, también
es una respuesta ante la frase que la familia ha escuchado hasta el hartazgo:
''¡Pobrecito de Alejandro!, hubiera sido mejor que se muriera". La
autora señala que este testimonio es para dejar claro que inclusive
ante las peores circunstancias, que aun ''en su aislamiento y en su silencio,
Titish posee vida plena, satisfactoria, valiosa".
La escritora reconoce que su libro puede ''incomodar"
a algunas de las personas que ahí menciona -como a la familia Aspe-,
pero asegura que ''no miento, no altero ningún hecho. Se trata de
una novela fundamentada en un ciento por ciento. Quienes se molesten estará
en su conciencia".
Además, ''si tuviera plena conciencia de cómo
puede arder Roma no le hubiera entrado a esto de escribir; entonces, no
le saco y que se arranque el toro. Lo toreamos. Nadie me quitará
la paz, la perspectiva, el crecimiento y la satisfacción que hallé
al hacer la novela que considero un legado para mis hijas, para las hijas
de mis hermanos (Diego, Pablo y Santiago) y para todas las personas que
han estado o están en la misma situación de mi hermano".
Compartir historias personales
Los demonios del dolor es el primero de varios
testimonios de vida que Kitzia Nin Poniatowska dará a conocer por
medio de sus novelas, ''porque creo que vale la pena compartir las historias
de algunas de las personas que conozco, ya sea de mi nana Carmelita o de
los hermanos Nin, Anaïs, Joaquín y Thorvald, mi abuelo. Además,
considero que lo que proyecto como 'mujer totalmente Palacio' -Kitzia trabaja
como coordinadora de relaciones públicas de El Palacio de Hierro-
no aniquila ni le resta credibilidad a mis otras inquietudes. Es decir,
el hecho de que sea vanidosa no quiere decir que no sea interesante y espero
que eso lo perciba quien me lea.
''Sé que es difícil. Pero también
sé que todos tenemos historias que contar, tanto grotescas, como
chistosas o vivificantes. Y lo que he aprendido es que la vida es un fenómeno
tan magnífico que espero llegar a los 95 años con la misma
capacidad de asombro, de humildad y de regocijo para poderla transmitir."
Los demonios del dolor se presentará el
miércoles 2 de abril a las 19:30 horas en el Museo Rufino Tamayo
(Paseo de la Reforma y Gandhi, Chapultepec). Participarán Amparo
Espinosa Rugarcía, Martín Foley y la autora.