La novela de Martín Casillas se basa en apuntes sobre su familia
Las batallas del general, reconstrucción del XIX
Presentan la obra en la sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes
RENATO RAVELO
La novela Las batallas del general nació del apunte de una novela familiar. Martín Casillas novelaba la vida de su abuela Maclovia y en algún momento, entre la investigación y el relato, contó que ella le leyó la mano al general Ramón Corona, en una feria en Guadalajara, a beneficio del hospicio Cabañas, y le advirtió que sería traicionado. Anotó: ''investigar a Corona''. Luego de cinco años ofrece lo que Vicente Quirarte denomina "una reconstrucción del siglo XIX".
Uno se pregunta, señaló Quirarte en la presentación, celebrada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, "cómo estos caudillos civiles, de pronto, se convirtieron por la necesidad en grandes estrategas militares. La novela de Las batallas del general contesta con los mismos argumentos por los que se planteaba la superioridad de Juárez sobre Maximiliano: porque el primero, al haberse criado en la montaña, siempre miraba donde pisaba''.
En el acto además participaron Javier García Galiano y Amilcar Leis Márquez. El primero destacó que la novela es también la reconstrucción de una ciudad, entrañable, que no necesariamente es la turística. "Guadalajara para iniciados", confirmó Quirarte. Estuvo también presente René Solís, por editorial Planeta.
La novela, destacó por su parte Leis Márquez, es una reconstrucción a su vez de una historia sentimental de actualidad: un historiador, José María Reyes, decide emprender un estudio sobre Ramón Corona, comandante en jefe del ejército que derrotó a Maximiliano.
Casillas explicó que es de hecho una suerte de desdoblamiento personal, un alter ego, y para argumentarlo acude a una cita del escritor Tomás Eloy Martínez: "en las ficciones somos lo que soñamos y lo que hemos vivido y, a veces, somos también lo que no nos hemos atrevido a vivir".
La utilización de un historiador como hilo narrativo, destacó Quirarte, ''nos hace pensar en el Felipe Montero de Aura, porque quizás solamente ese personaje, que llega a la calle de Donceles, sería capaz de poder seguir el sentido de aquella historia ejemplar. Martín Casillas logra, sin nombrarla, esa reconstrucción íntima y regional, porque como decía Mallarmé, no se tienen que nombrar las cosas sino el efecto que producen".
Casillas es también autor del libro de crónicas La villa de Chapala, sitio que escogió para ambientar su novela, porque "es un lugar en donde puede suceder cualquier cosa".
Cuando terminé Confesiones de Maclovia, señaló, "me di a la tarea de documentar la vida de Ramón Corona, ministro plenipotenciario de México en España y Portugal, gobernador de Jalisco: nuestro Centurión de Occidente".
