GUERRA CONTRA IRAK
Es un predicador fundamentalista, afirman
Severas críticas a Bush de jerarcas católicos de AL
ALMA E. MUÑOZ
La Iglesia católica latinoamericana calificó al presidente George W. Bush de "predicador fundamentalista que se mueve en el esquema maniqueo de que hay un imperio del mal y otro del bien, que representa él".
Los epítetos para el mandatario estadunidense se multiplicaron ayer entre la comunidad eclesiástica reunida en la casa de la Conferencia del Episcopado Mexicano, luego del ataque masivo que inició su gobierno contra Bagdad. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) tampoco estuvo a salvo, y por su determinación de retirar la protección a los iraquíes recibió el calificativo de cobarde.
El arzobispo de Venezuela, Roberto Luckert, condenó que Bush se considere el "sheriff del mundo", momentos antes de que los religiosos rezaran durante un minuto por las víctimas de la devastación. En tanto, los católicos estadunidenses arreciaron las críticas hacia su gobierno y lamentaron que la jerarquía católica no tuviera la capacidad ni fuerza para combatir decisiones violentas.
Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, exhortó a los líderes católicos a retomar su papel de mediación, porque, sostuvo, éste no se confronta con la labor eclesiástica y porque es necesario, sobre todo en las actuales circunstancias, incentivar este trabajo por el bien de la humanidad.
Su discurso frente a representantes de 24 países, participantes en el 15 Congreso Latinoamericano y Caribeño de Cáritas fue crítico por esta circunstancia. "Esta dimensión eclesial desgraciadamente no ha sido entendida por varias personas, incluyendo algunos obispos. La opinión de que son incompatibles la labor de mediación con su propia tarea peca de reduccionismo. La tarea de la paz, de defensa de los derechos humanos y de la mediación es profundamente eclesial y episcopal. En la concepción cristiana, Jesucristo es el mediador por excelencia, de ahí que sus discípulos asuman la tarea de lograr que los enemigos lleguen a ser hermanos".
Hacer valer el liderazgo moral
En los conflictos sociales y políticos que desembocan en levantamientos armados -insistió- es imperativo que los purpurados, principalmente por su liderazgo moral, se empeñen en actividades que favorezcan el surgimiento de estructuras y actores sociales capaces de generar nuevas alternativas. "Si las Iglesias no se asumen como impulsoras de esta nueva etapa estaríamos dejando de atender una de nuestras tareas vitales, que es la defensa de la vida".
La estadunidense Maryanne Cejka, de Pax Christi, continuó con los juicios hacia su presidente, después de que la responsable de Cáritas Estados Unidos, Geri Sicola, sintiera, la víspera, vergüenza y pena por el comportamiento bélico de Bush. "Queremos responder al terrorismo con justicia, sin opresión. Ningún país tiene derecho a destruir a nadie. Nosotros sostenemos ahorita un movimiento para cerrar la Escuela de las Américas, también conocida como el instituto para la seguridad, porque allí se entrenan a soldados, inclusive aquellos que más adelante se convirtieron en dictadores en América Latina como lo fue Manuel Antonio Noriega, en Panamá".
Como representante de la Oficina de Paz y Justicia Internacional, de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Thomas Quigley recordó que en conjunto la Iglesia de su país está en contra de la guerra "injusta", pero no hubo forma de convencer al gobierno de buscar otro camino.
"El problema no es obtener una cita. Hace unos días el presidente recibió al cardenal Laghi en su despacho en tanto que no hace lo mismo con líderes protestantes o de otras Iglesias, incluida la suya, la metodista; y también la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, pidió entrevistas con cinco cardenales. Trataron de influir, pero es obvio que no hay acuerdo sobre los asuntos".
Una respuesta al por qué la institución eclesiástica no tiene oportunidad de influir en las decisiones del mandatario la dio el obispo auxiliar de El Salvador. Gregorio Rosa Chávez sostuvo: "La paz tiene un gesto y a este hombre (refiriéndose a Bush) por ser un predicador fundamentalista no sé quién va a creerle hoy, después de la guerra".
Este religioso también lamentó el papel de la ONU y consideró que hoy la credibilidad recae en el Vaticano y en el rol que desempeñaran los integrantes de la Iglesia católica por buscar alternativas de reconciliación y paz, por medio de un movimiento esperanzador, con redes inclusive dentro de la sociedad civil.