GUERRA CONTRA IRAK

Responsabilizan al TLCAN por las bajas ventas

Obsequian productores "flores en vez de misiles" en el Zócalo

MIRNA SERVIN VEGA

"Venimos a dar flores en vez de misiles", manifestaron aproximadamente 700 productores que venden sus plantas en el mercado de flores y hortalizas de la Central de Abasto del Distrito Federal y que ayer por la mañana regalaron más de 200 mil tallos, desde manojos de "nube" hasta flores exóticas, a las personas que transitaban por el Zócalo capitalino.

El obsequio, sin embargo, no fue sólo por la paz del mundo, sino para dar a conocer su inconformidad por las bajas ventas que ha provocado la entrada de flores de otros países con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la extorsión de la que son objeto por policías cuando transportan sus productos y las malas condiciones de higiene y seguridad del mercado donde laboran más de 10 mil personas.

"Cada vez se reducen más nuestras ganancias. Yo llevo más de 40 años de producir flores y mi familia vive como las tamaleras, comiendo puro tamal, por eso nuestros hijos se van a trabajar al norte", se quejó uno de los floricultores.

Provenientes del estado de México, Puebla, Morelos y otras entidades, cerca de las 10:30 horas los productores emprendieron una marcha del Zócalo de la ciudad de México a la embajada de Estados Unidos. En el trayecto repartieron flores en favor de la paz y volantes para promover la defensa del campo mexicano mediante el Consejo Nacional de Floricultores.

Manos mexicanas

Los productores coincidieron en que es necesario tomar medidas en el ámbito nacional y de manera coordinada para rescatar el trabajo de las manos mexicanas que labran la tierra.

Miguel Alberto Linares, productor de gladiolas, habló de su precaria situación: "cultivar una hectárea de esta flor cuesta unos 50 mil pesos, y por esta extensión el apoyo de Procampo es de sólo 800 pesos, dinero que no sirve para costear casi ningún insumo. Sólo el fertilizante cuesta 150 pesos el bulto, pero para una hectárea necesito 3 toneladas.

"A los ingenieros y funcionarios que planean los programas les hace falta darse una vuelta por las tierras para que trabajen sobre la realidad y no nos dejen en un mercado lleno de flores de otros países, de productores que reciben subsidios."

En la marcha por la paz, como ellos la denominaron, Ignacio Beltrán explicó que debido a que su lugar de trabajo carece de las mínimas condiciones para ser atractivo a los compradores y a que "en cualquier supermercado hay flores exportadas", enfrentan bajas ventas o la pérdida del producto, porque en ocasiones deben tirarlo.