Luis Javier Garrido
El bombardeo
El gobierno de Estados Unidos se ha situado al margen del orden jurídico internacional al atacar a Irak, y junto con los gobiernos de Gran Bretaña y de España tendrá que afrontar su responsabilidad histórica, lo que no exime de ello a otros regímenes, como el de Vicente Fox, quien durante meses sostuvo en un discurso hipócrita la tesis de que había que persistir en la vía pacífica para destruir al régimen de Irak, y ahora habla de la ayuda de México en la reconstrucción de un Irak que sea "neoliberal" (20 de marzo).
1. El bombardeo de Bagdad -la ciudad de Scherezada y de Las mil y una noches- y de todo el territorio iraquí, ordenado por el presidente estadunidense George W. Bush al margen y en contra de la decisión de las Naciones Unidas (19 de marzo), constituye un verdadero parteaguas de la historia moderna, pues Estados Unidos, siguiendo en la misma línea que mostró en Afganistán, ha evidenciado que al no poder controlar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prefiere dar un golpe definitivo al organismo internacional antes que someterse a sus reglas, abriendo así un porvenir incierto para el mundo.
2. El uso que hace Estados Unidos de la fuerza en contra de la voluntad de los pueblos y de la mayoría de los estados no ha podido, a pesar de todo, ser encubierto con argumentos, y las mayorías saben que el presidente estadunidense miente al mundo: que el régimen de Irak no representa peligro alguno, que la vía seguida por la ONU para desarmarlo era la correcta y que Estados Unidos sólo ambiciona dominar Asia central y Medio Oriente para controlar sus recursos estratégicos, imponer el control de las multinacionales sobre esa región y en nombre del neoliberalismo destruir la cultura islámica y fortalecer su hegemonía.
3. La guerra no es consecuencia, como muchos suponen, del 11 de septiembre: estaba planeada desde mucho antes. No es la decisión de "un loco" (a pesar de los evidentes desequilibrios de Bush), ni es tampoco una más que libra el imperialismo estadunidense, sino una guerra decisiva para el control del mundo en los años que vienen y que se libra, por lo mismo, contra todos los pueblos y en todos los frentes, empezando por la información.
4. Y tras ella subyace una disyuntiva: Ƒla humanidad va a vivir en un orden de derecho o bajo el dictado del imperialismo estadunidense?
5. Los paralelos entre Adolfo Hitler y George W. Bush que han hecho algunos autores y caricaturistas no son excesivos como muchos quisieran creer. Ambos han sido personajes en extremo mediocres, encaramados al poder por vías tortuosas, que han actuado como instrumentos del gran capital y que han pretendido que el destino de su pueblo es llevar la paz al mundo mediante la dominación, y a los que por lo mismo no les ha importado cometer crímenes masivos. Hitler buscaba apoderarse de la heartland de Europa para desde esa área pivote controlar el mundo, y Bush trata de apoderarse de la heartland de Asia para los mismos fines.
6. No extraña por ello que un individuo sin principios como Fox dijese en su mensaje televisado del 17 de marzo que comparte con Bush, Blair y Aznar "valores, metas y propósitos", es decir, el derrocamiento del régimen iraquí y el control geopolítico del centro de Asia por Estados Unidos para entregarle sus riquezas a las multinacionales, mientras repite como perico la palabra "paz". Si de verdad este demagogo pretendiese la paz, se hubiera opuesto con claridad a la intervención armada y habría argumentado las razones de México para defender la soberanía de Irak, en vez de avalar todo mandando primero a Castañeda y ahora a Derbez y a Aguilar Zinser a seguir descalificando al régimen iraquí repitiendo los seudoargumentos del general Powell, y a esconderse atrás de la palabra "paz". Si en realidad pugnase por la paz ahora debería exigir el cese incondicional del fuego, el respeto a los derechos de Irak y de Naciones Unidas, y el retorno a la vía diplomática, y no andar diciendo de manera cómplice y cobarde, como lo hizo ayer, que estaría dispuesto a aportar ayuda humanitaria para reconstruir un Irak entregado, desde luego, a las multinacionales.
7. La retórica de Fox sobre "la paz" no lo sitúa, sin embargo, del lado correcto, como cree en su perversidad, pues la paz la evocan todos los gobernantes y por sí misma no puede definir una posición ante el conflicto. Bush, Blair y Aznar hablan también de "la paz", pero muy claramente establecen que, según ellos, Saddam Hussein constituye el principal obstáculo para ella y que para alcanzarla hay que destruir su régimen haciendo la guerra.
8. Las posibilidades de que el actual orden jurídico internacional sobreviva a la decisión de Washington de atacar Irak son muy escasas, pues se necesitaría que, conforme a su propia legalidad, Naciones Unidas actuara de inmediato y tuviera la autoridad moral y política, así como la fuerza material para detener la agresión de Estados Unidos y el genocidio que se está cometiendo, a) ordenando el cese absoluto de fuego para retomar la vía diplomática y b) consignando a Bush y a sus colaboradores, así como a Blair y a Aznar al Tribunal Penal Internacional para que sean juzgados por los crímenes cometidos contra la humanidad, como harían con los gobernantes de cualquier Estado agresor que violase de tal manera la legalidad internacional. Para ello sería menester, sin embargo, que los integrantes del Consejo de Seguridad, en vez de especular, como ahora lo hacen, asumiesen su responsabilidad histórica y tuvieran la talla para enfrentarse a la mayor potencia militar de la historia erigida en un Estado agresor que se burla de los principios de la convivencia internacional.
9. Las lecciones de la historia parecen haber sido olvidadas, pues la Sociedad de las Naciones, creada en 1920 tras la Primera Guerra Mundial, resultó incapaz de frenar a las potencias del Eje y no sobrevivió luego de 1939, quedando como una entelequia hasta desaparecer. ƑQuién puede creer ahora que Naciones Unidas tenga alguna utilidad cuando Estados Unidos, en contra de la decisión del Consejo de Seguridad y desafiando al mundo, se arroga el derecho de intervenir en otro Estado miembro considerándose un Estado sobre todos los demás? ƑQuién puede creer en lo sucesivo que la ONU sea un espacio eficaz para dirimir los conflictos entre los estados si es incapaz de someter a Estados Unidos a la legalidad internacional?
10. La guerra de Estados Unidos contra Irak envía un solo mensaje al mundo: en el siglo xxi no prevalece la legalidad, sino la fuerza, y que para hacer frente a las ambiciones de dominio y explotación de las multinacionales y del gobierno de Washington, los pueblos deben luchar por otras vías si quieren hacer valer sus derechos.