Los indígenas oaxaqueños, entre los más pobres: ONG
Mixtecos son arrestados en EU por seguir sus usos y costumbres
ANDREA BECERRIL ENVIADA
Oxnard, California, 8 de marzo. Si para cualquier indocumentado mexicano es difícil sortear los riesgos que implica residir en este país -entre ellos la amenaza permanente de deportación-, más lo es para los más pobres entre los pobres, 10 mil indígenas mixtecos que laboran aquí en granjas, ya que además de la limitante de no hablar siquiera español, los oaxaqueños enfrentan el choque de sus usos y costumbres con la cultura estadunidense.
A Moisés Salvador ese choque cultural lo hizo perder la libertad. El indígena, que apenas rebasa las dos décadas de vida, está preso desde hace varios meses; las autoridades lo acusan de sostener relaciones sexuales con una menor, aunque en realidad se trata de su esposa, una mixteca de 14 años. El no comprende por qué lo tienen preso, ya que en su tierra se casan muy jovencitos. Otros han enfrentado cárcel por mecer fuerte a sus niños, por dejar a los pequeños al cuidado de los hermanos mayores mientras ellos van al cultivo o corte de fresa.
La situación para los oaxaqueños es tan apremiante que organismos defensores de derechos humanos de Oxnard los consideran uno de los grupos más pobres de Estados Unidos, por lo que conformaron el proyecto Mixteco-Indígena, con el que se les enseña a hablar primero español y luego inglés; se les da apoyo alimentario y se les explican los riesgos de seguir al pie de la letra sus usos y costumbres, para darles así la posibilidad de una defensa mínima.
Sandy Young, responsable del proyecto, explicó al grupo de senadores mexicanos que realiza un recorrido por California, los alcances del programa, el cual comenzó a operar hace algunos años, al incrementarse el número de indígenas oaxaqueños que trabajan en las mil 236 granjas de cultivo de fresa, apio y otros vegetales.
Oxnard es la ciudad más grande del condado de Ventura y es una de las más pobladas de California; de sus cerca de 200 mil habitantes, 66.2 por ciento son hispanos, en su mayoría mexicanos, de ahí que 80 por ciento de los niños matriculados en las escuelas sean latinos.
Los oaxaqueños, que sólo hablan mixteco y zapoteco, suman ya 10 mil, y viven como los más pobres, con un ingreso
de 6.5 dólares por hora o el equivalente de 1.50 dólares por la recolección de un cajón de fresa, de acuerdo con información del cónsul en Oxnard, Fernando Gamboa.
Durante el encuentro con los legisladores mexicanos, Antonio Flores habló en nombre de los indígenas: "Nos sentimos secuestrados aquí; no podemos vivir juntos desde los 13 años, como lo hacemos en nuestra comunidad; no podemos rezar a la virgen de Guadalupe en nuestro idioma ni mecer a nuestros hijos porque nos meten a la cárcel".
Una de las principales barreras que tienen es el idioma. El proyecto comunitario Mixteco-Indígena surgió cuando un grupo de trabajadoras sociales se dio cuenta que una indígena oaxaqueña gravemente enferma no podía explicar a los médicos su dolencia. Trajeron a alguien del hospital que entendía español, pero la mujer tampoco pudo comunicarse porque seguía sollozando en su lengua.
Sandy Young explicó al respecto que el programa se centró en enseñar a los indígenas a hablar español e inglés, además de orientarlos en aquellas prácticas que en su tierra son cotidianas, pero que aquí se penalizan. En las clínicas locales se contrató a intérpretes bilingües. Cada domingo se llevan a cabo las clases de alfabetización para la comunidad mixteca de Oxnard.
En el caso de Moisés Salvador, el cónsul Fernando Gamboa ha intervenido de manera directa para lograr que sea liberado. Su abogado defensor argumentará que en la comunidad donde el indígena ha residido toda su vida es práctica muy añeja el matrimonio entre jóvenes, inclusive de 13 años.
Otro oaxaqueño, Rutilo Gracida, fue muerto a manos de la policía de Oxnard por oponerse supuestamente a su arresto, aunque en realidad estaba enfermo de sus facultades mentales y tampoco entendía el idioma. Es común que se arreste a los indígenas por dejar a los bebés con los hijos mayores y por mecerlos. Se les responsabiliza de maltrato, de shaking baby (sacudir al bebé).
Al respecto, el cónsul Gamboa dijo que para resolver ese problema, en el consulado han buscado estar cerca de la comunidad mexicana, de los oaxaqueños que trabajan en las granjas agrícolas, para concientizarlos de que sus usos y costumbres, "que en México no llaman a la atención, aquí son motivo de pérdida de la libertad, de cuantiosas multas o la inmediata deportación.
Paralelamente, precisó, se busca hablar con las autoridades estadunidenses para explicarles con antelación lo que se conoce como usos y costumbres, sobre todo porque el trabajo de los mexicanos aquí es muy reconocido.
Durante el encuentro, al que asistieron los legisladores, autoridades de Oxnard, el cónsul Gamboa y organizaciones de la sociedad civil, participó también la cantante de música ranchera Alicia Juárez, quién fuera esposa del compositor José Alfredo Jiménez y ahora radica aquí, dedicada a luchar contra la violencia doméstica.
Ahí Susan Young explicó que no puede hablarse de respeto a los derechos humanos si no se aceptan las lenguas y costumbres de cada pueblo.