VIENTOS DE GUERRA
Francia y sus aliados rechazan en la ONU el ultimátum;
México evita definirse
Estados Unidos da a Irak 10 días para desarmarse,
o atacará
Destaca Blix la cooperación de Bagdad; la eliminación
total de armas, en algunos meses, afirma
No se trata de oponerse a EU, sino a una resolución
con la que no se está de acuerdo, dice Derbez
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 7 de marzo. Estados Unidos
y sus aliados declararon este viernes que Irak cuenta con 10 días
a partir de hoy para desarmarse o habrá guerra, con o sin el apoyo
de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A pesar de que los jefes de inspectores de armas de la
ONU informaron hoy al Consejo de Seguridad que el proceso de inspecciones
está rindiendo frutos por primera vez en una década, y que
una abrumadora mayoría de los países miembros de ese mecanismo
reiteró su preferencia por la "vía pacífica" para
resolver esta crisis, Estados Unidos, Gran Bretaña y España
anunciaron un plazo final para comenzar la guerra.
Los cancilleres de los tres países informaron que
convocarán al Consejo de Seguridad la próxima semana para
que vote una versión enmendada de su resolución conjunta,
que autorizara el uso de la fuerza militar para desarmar a Irak.
La nueva versión establece que "Irak habrá
fracasado en tomar la última oportunidad ofrecida por la resolución
1441, a menos de que el 17 de marzo de 2003, o antes, el organismo concluya
que Irak ha demostrado cooperación plena, incondicional, inmediata
y activa de acuerdo con sus obligaciones de desarme" bajo las resoluciones
de Naciones Unidas.
Esta sorpresiva acción tal vez fue resultado de
que estos tres países anticipaban que los jefes de inspectores presentarían
un informe hoy señalando avances en el proceso de desarme, y que
solicitarían más tiempo para su labor.
La larga ruta de los expertos
El jefe de inspectores, Hans Blix, señaló
este viernes que se necesitan, bajo la suposición de una plena y
continua cooperación de Irak, "meses, no semanas, no años,
pero sí meses" para lograr que Saddam Hussein se deshaga de todas
sus armas de destrucción masiva.
Blix
informó de resultados concretos. "La destrucción (de misiles)
realizada constituye una medida sustancial de desarme, de hecho la primera
desde comienzos de los 90. No estamos observando la destrucción
de palillos. Se están destruyendo armas letales", afirmó.
Con todo, el informe presentado por Blix indicó
una serie de cuestiones de desarme no resueltas y pendientes, pero no hubo
duda de que el jefe de inspectores deseaba más tiempo para este
proceso.
Blix fue seguido por su colega Mohamed el Baradei, jefe
de la Agencia Internacional de Energía Atómica, encargado
de las inspecciones de armas nucleares en Irak.
Como lo ha dicho antes, El Baradei fue muy claro en su
evaluación: "después de tres meses de inspecciones de intrusión,
hasta la fecha no hemos encontrado prueba alguna del reavivamiento de un
programa nuclear en Irak".
Sin embargo, el secretario de Es-tado estadunidense, Colin
Powell, y sus contrapartes de Gran Bretaña y España insistieron
nuevamente que todo esto no era suficiente y que Irak no ha cumplido con
sus obligaciones ante la ONU.
El informe escrito de los inspectores, dijo Powell, era
más bien "un catálogo de la no cooperación" iraquí.
Agregó: "colegas, ahora es el momento para que el consejo envíe
un mensaje claro a Saddam de que sus tácticas no nos han engañado.
Nadie quiere guerra, pero está claro que el avance limitado que
hemos visto, los cambios de proceso, los ligeros cambios sustantivos son
resultado de la presencia de una gran fuerza militar... no es de los inspectores".
Advirtió que "ahora es el mo-mento para que el
Consejo de Seguridad le diga a Saddam que el reloj no se ha detenido por
sus estrategias y sus maquinaciones... El reloj sigue corriendo. Y las
consecuencias de las continuas negativas de Saddam Hussein a desarmarse
serán muy, muy, reales".
Pero la mayoría de países miembros pareció
rechazar la fecha límite del 17 de marzo propuesta hoy por Estados
Unidos y sus aliados; Francia, Rusia, China y Alemania reafirmaron su postura
de que no hay necesidad de una segunda resolución, ya que el informe
de los inspectores señala que las previas resoluciones están
rindiendo resultados, por lo que explícitamente rechazaron cualquier
iniciativa que autorice una guerra.
Una vez más, el discurso del canciller francés
fue el más elocuente y apasionado en contra de la opción
bélica. Dominique de Villepin fue tajante al subrayar que "no podemos
aceptar un ultimátum" y una propuesta que lleva a "la lógica
de la guerra".
En estos momentos, insistió, se debe responder
a la interrogante planteada por "pueblos de todo el mundo: ¿Por
qué deberíamos en-trar en una guerra con Irak? ¿Por
qué destruir instrumentos que acaban de comprobar su efectividad?
¿Por qué deberíamos desear continuar, a cualquier
precio, con la fuerza cuando podemos tener éxito pacíficamente?
La guerra es siempre el reconocimiento de fracaso".
Para De Villepin la conclusión del informe presentado
por los inspectores era que Irak "ahora representa un peligro menor al
mundo que en 1991, y de que podemos alcanzar nuestro objetivo de desarmar
efectivamente a ese país".
Respondiendo a la propuesta anglo-estadunidense, dijo
que "no podemos aceptar un ultimátum en tanto los inspectores estén
reportando avances. Eso implicaría guerra. Llevaría a que
el Consejo de Seguridad abandonara sus responsabilidades. Al imponer una
fecha límite de sólo unos cuantos días, ¿nos
reduciremos a buscar un pretexto para la guerra? Como miembro permanente
del Consejo de Se-guridad, lo repito, Francia no permitirá la aprobación
de una resolución que autoriza la automaticidad del uso de la fuerza.
Mejor consideremos la angustia y la espera de la gente por todo el mundo,
en todos nuestros países, de El Cairo a Río de Janeiro, de
Argel a Pretoria, de Roma a Yakarta".
Esta decisión transciende el caso de Irak, destacó
el canciller:. "Veamos esto con lucidez: estamos definiendo un método
para resolver las crisis. Estamos optando por definir el mundo en que queremos
que vivan nuestros hijos".
Respondiendo directamente a las justificación y
proclamaciones del presidente George W. Bush en días recientes,
De Villepin afirmó que si se trata de cambio de régimen,
"la fuerza ciertamente no es la mejor manera de crear la democracia. Alentaría
a la peligrosa inestabilidad, ahí y en otras partes".
Si es para luchar contra el terrorismo, agregó,
la guerra sólo lo intensificará, y advirtió no entrar
en el juego de "aquellos que de-sean el enfrentamiento de civilizaciones,
de religiones".
Agregó: "Para quienes creen que la guerra sería
la manera más rápida para desarmar a Irak, yo digo que establecerá
abismos y creará heridas que durarán mucho en curarse. ¿Y
cuántas víctimas resultarán, cuántas familias
enlutadas?".
Tras manifestar que se entiende "el sentido profundo de
inseguridad con el cual han vivido los estadunidenses desde la tragedia
del 11 de septiembre de 2001", señaló que no hay ninguna
prueba de que exista un vínculo entre el régimen de Irak
y Al Qaeda, y preguntó si el mundo sería un lugar más
seguro después de una intervención militar en Irak. "Les
quiero decir que la convicción de mi país es que no".
En los próximos días, concluyó, el
consejo enfrentará una decisión esencial, "desarmar Irak
por la guerra o la paz. Y ésta es una decisión crucial que
implica otras: la capacidad de la comunidad internacional de resolver crisis
actuales y futuras, una visión del mundo y un concepto del papel
de la ONU".
Así, sorprendió con su propuesta: a esta
votación se deberían presentar los mandatarios de los países
miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para asumir esta responsabilidad.
Esta iniciativa fue rechazada luego por Estados Unidos
y otros países alineados con Washington. Pero el mensaje fue claro:
esto tiene que ver con el nuevo orden mundial y con quién, cómo
y mediante qué medios se establecerá.
México, la incógnita
En un día en que se establecían en su forma
más definida las posturas entre las opciones de paz o guerra en
el Consejo de Seguridad, México decidió evadir. Sin adoptar
una posición clara y definitiva sobre las propuestas en la mesa,
el canciller Luis Ernesto Derbez sólo afirmó que México
favorece buscar todas las opciones para resolver esta crisis de manera
pacífica, e instó al consejo a hacer todo lo posible para
alcanzar un consenso.
Cuando a su salida se le preguntó si México
podría considerar votar contra Estados Unidos, Derbez respondió:
"México no puede decir no a Estados Unidos, sino a una resolución
con la cual no está de acuerdo".
-¿México estaría dispuesto a condenar
una acción militar unilateral de un miembro del Consejo de Seguridad
contra un miembro de la ONU? -se le preguntó al canciller.
Derbez evitó responder directamente, al señalar
que "esa es una pregunta hipotética". Al parecer no había
escuchado los comentarios del presidente Bush anoche, cuando reafirmó
que Estados Unidos tiene el derecho de usar la fuerza militar contra otro
país con o sin el "permiso" o la autorización de la ONU,
declaración que, de acuerdo con algunos especialistas, por definición
viola la Carta de la ONU.
Tras insistir en que México desea ampliar el diálogo
dentro del consejo, "ampliar el espectro de fórmulas para lograr
el desarme efectivo de Irak" y abrir "este espacio a más opciones
e ideas que preserven la vía diplomática para atender" este
asunto del desarme, Derbez señaló que la división
y polarización sobre el tema está generando daños
en el ambiente político y económico internacional.
Así, junto con Chile, instó nuevamente a
redoblar el esfuerzo para lograr un mayor consenso dentro del consejo y
la ONU. "Este es un momento definitorio, por lo que México desea
resaltar la importancia de no desmayar en la búsqueda del consenso
más amplio entre los miembros" del Consejo de Seguridad.
Reiteró: "México está convencido
de que hay que explorar todas las vías, hay que recorrer todos los
caminos, hay que aprovechar todas las oportunidades para resolver esta
cuestión por la vía pacífica".
Pese a todo, Derbez evitó sumarse a la posición
de Francia, Rusia, China y Alemania, que explícitamente proclamaron
que no podían apoyar la opción bélica mientras no
se agoten todas las opciones de una solución pacífica. Así,
dejó en duda si la próxima semana votará en favor,
en contra o se abstendrá de la resolución estadunidense-británica-española.
Sin embargo, al declararse en favor de una solución
pacífica y multilateral, no diferenció la posición
mexicana de la estadunidense y la británica, que siempre han insistido
en que prefieren la paz y que esta instancia multilateral cumpla con sus
"responsabilidades".
En su intervención ante el consejo, Derbez también
dedicó un tiempo notable -comparado con otros miembros- a las advertencias
y críticas contra Irak.
"México desea manifestar su amplia preocupación
ante la situación en Irak y la falta de una cooperación activa,
inmediata y efectiva por parte del régimen que gobierna ese país",
afirmó.
El énfasis siempre fue sobre la necesidad de mayor
cooperación por parte de Irak y menos sobre si el uso de la fuerza
está descartado por México en favor de dar más tiempo
al proceso de inspecciones.
El día terminó con el mundo más cerca
de la guerra en Irak. Ahora hay una fecha límite y ello implica,
según entienden casi todos, que la guerra comenzará unos
cuantos días después del 17 de marzo, si no hay sorpresas,
con o sin el apoyo de Naciones Unidas.
La jornada también terminó con el mismo
conteo de votos con el que empezó. Del lado de Estados Unidos, los
únicos que se han atrevido a expresar su apoyo a la opción
bélica son Gran Bretaña, España y Bulgaria. Del lado
que rechaza esta opción y está en favor de dar más
tiempo al proceso de inspecciones están Francia, Alemania, Rusia,
China y Siria.
Los llamados "seis de en medio" o los "indecisos" reiteraron
sus posiciones en favor de presionar más a Irak para que cumpla
con sus obligaciones impuestas en las resoluciones, aunque también
expresaron en general su preferencia por una solución pacífica
de este conflicto. Estos son: México, Chile, Pakistán, Guinea,
Camerún y Angola.
Entre los observadores y diplomáticos se calcula
que los últimos cuatro tendrán poco margen de maniobra al
llegar la votación y se supone que se verán obligados a votar
con Estados Unidos.
Eso dejaría a los dos países latinoamericanos
que se han unido en favor de un mayor consenso entre los países
permanentes, como los que podrían definir si Estados Unidos logra
una mayoría para su resolución (aunque si todo queda igual,
ésta sería nulificada por un veto de Francia y tal vez Rusia).
Si nada cambia de manera dramática, el mundo queda
avisado: la guerra podría comenzar en cualquier momento a partir
del 17 de marzo.