Con la aparición del MTV la imagen dejó
de ser auténtica y devino prefabricada
Wolman: la industria del rock redujo a los fotógrafos
a meros publicistas
Comparte con La Jornada vivencias como testigo
privilegiado de la evolución del género
Anoche se inauguró la colectiva Rolling Stone
40 X 20 en el Auditorio Nacional
ARTURO GARCIA HERNANDEZ /I
Un instante puede ser eterno. Lo demuestra aquella fotografía
que Baron Wolman le tomó a Janis Joplin en su casa, un día
de noviembre de 1967. Ella tenía 24 años y en sus ojos ya
asomaba su alma turbulenta, su pasión, su fuerza, conservadas con
impactante elocuencia. Es una de las fotos imprescindibles en la iconografía
mundial del rock.
Su autor, ex editor fotográfico de la revista Rolling
Stone en su época dorada, se encuentra en la ciudad de México,
donde anoche asistió a la inauguración de la exposición
fotográfica Rolling Stone 40 X 20, proveniente de las galerías
Govinda, de Washington, y Madison Fine Artes, de Nueva York, conmemorativa
de los 40 años de la banda inglesa. Wolman es uno de los 20 fotógrafos
cuyos trabajos conforman la muestra (en la que también participa
el mexicano Fernando Aceves), que se presenta en el Auditorio Nacional.
La real intimidad
Testigo
privilegiado de uno de los movimientos culturales más importantes
del siglo XX, Baron Wolman repasa en entrevista con La Jornada los
cambios en la forma de ver y vivir el rock.
-Usted ha visto parte importante de la historia del rock.
-Sí, la época más importante, la
de finales de los años 60, cuando el rock se volvió extraordinariamente
popular.
-¿Ha cambiado de entonces a la fecha la manera
de ver a los iconos del rock? ¿En qué sentido?
-Definitivamente, sí. Al principio, cuando tomaba
fotos podía acercarme todo lo que quisiera al personaje, tomar su
rostro y lograr una foto real. Pero cuando empezaron los tiempos de MTV,
la imagen de los personajes dejó de ser auténtica para convertirse
en elaborada, una imagen prefabricada.
-¿Quiere decir que el fotógrafo pasó
de ser descubridor, revelador de iconos a simple reproductor de la imagen
que las estrellas de rock querían dar de sí mismas?
-Al principio, los fotógrafos convivíamos
e inclusive éramos amigos de quienes estaban en los grupos. Cuando
la industria de la música creció, nos convertimos en máquinas
que les ayudaban a impulsar sus carreras.
-¿Eso condicionó la creatividad de los fotógrafos?
-La condicionó tanto que preferí retirarme
del negocio, porque mi creatividad consiste en destacar el alma y la verdadera
personalidad de la persona a la que fotografío.
-¿Tenía conciencia de que las fotos que
tomaba se volverían testimonio histórico?
-No tenía ni idea. Era muy joven y para mí
era pura diversión estar con las bandas, abrazar a las mujeres que
iban con los músicos, escuchar los conciertos, pero pensaba que
un día iba a tener que trabajar en serio para ganarme la vida.
-En una foto captó a Jeff Beck dormido. ¿Qué
diferencia hay entre esa foto y lo que hoy hacen y buscan los paparazzi?
-Tomé esa foto porque estaba de viaje con la banda,
comía y conversaba con ellos. Convivía con ellos. Los paparazzi
no tienen oportunidad de desarrollar intimidad con los artistas, son más
bien como un león escondido esperando a su presa. La diferencia
es absoluta, no hay real intimidad.
-¿La fotografía de rock constituye una especialidad?
-Es probable que cualquier buen fotógrafo puede
tomar una buena foto de rock ocasionalmente, pero para tener buenas fotos
con regularidad se tiene que amar la música, amar a los músicos,
tienes que escucharlos. Es otro tipo de oficio.
-¿Los fotógrafos están en condiciones
de seguir generando una iconografía del rock?
-Si vas a un puesto de revistas, verás que muchas
personas se las llevan, recortan las fotos, es decir, siguen siendo importantes,
pero siempre y cuando el fotógrafo tenga oportunidad de acercarse
un poco a las bandas y a los músicos, tener contacto íntimo.
No sé si alcance para seguir creando una iconografía, pero
por lo menos habría una aportación.
Dilución de una idea original
-A
la distancia, ¿cómo ve el papel de la revista Rolling
Stone en la creación de una iconografía del rock?
-Existían otras revistas que tocaban el tema, pero
Rolling Stone fue la primera publicación profesional que
tomó en serio al rock; teníamos excelentes escritores, fotógrafos,
diseñadores. El creador de la revista, y los que empezamos jóvenes.
El fundador, Jann Wenner, hizo realmente un gran esfuerzo por llevar la
realidad del rock a la revista. Antes de Rolling Stone había
publicaciones dedicadas a la música, pero eran lo que llamamos publicaciones
internas, para la gente que estaba dentro de la industria. Wenner tenía
entonces 21 años.
-Usted, ¿cómo se integra a la revista?
-Yo era un viejo, ya tenía 27 años. Una
ocasión en una pequeña universidad de San Francisco se hizo
un simposio sobre rock, por primera vez se realizaba algo así. Me
enteré y me atrajo porque iban a asistir grandes personalidades
del medio. Quería cubrirlo porque me dedicaba al fotorreportaje.
Le llamé a un compañero para que fuéramos, pero no
le interesó, sin embargo me habló de un tipo que se llamaba
Jann Wenner al que seguramente le iba a interesar. Así lo conocí.
Después de esto Wenner me llamó y me dijo que iba a empezar
una revista de rock, me invitó a participar. Le dije que era una
gran idea. El me preguntó si tenía 10 mil dólares
para prestárselos, le dije que no pero accedí a tomar las
fotos de la revista sin cobrar, siempre y cuando me diera parte de las
acciones. El resto es historia. Pero Rolling Stone de hoy no es
lo que fue en aquellos tiempos.
-¿Para bien, para mal? ¿Por qué?
-Para mal. Pero debemos entender que desde joven Wenner
era un hombre de negocios, tenía una mira comercial, quería
triunfar en los negocios. Además, al principio éramos muy
inocentes, muy ingenuos, muy politizados. Pero conforme avanzaba la revista,
se hizo popular y devino negocio. Entonces se diluyó la idea original.
Muchos de nuestros mejores escritores y editores se alejaron de la publicación
cuando Wenner dijo, por ejemplo, no más política en la revista.
Pero si se revisan los primeros 20 años de Rolling Stone
y se analizan cuidadosamente, se verán largos artículos sobre
política, temas sociales, con puntos de vista muy honestos sobre
cuál era la posición política de Estados Unidos desde
finales de los años 60 hasta finales de los 80. Escritores como
Tom Wolfe y fotógrafos como Sebastião Salgado se interesaron
mucho en el proyecto, porque tenía una visión social y política.
Hoy lo único que le interesa es la producción y cuánto
se vendió.