Riesgo de que se cancele recuperación mundial, advierte
Prevé Hacienda ingresos adicionales por $44 mil 600 millones por venta de crudo
ANTONIO CASTELLANOS ENVIADO
Cuernavaca, Mor., 6 de marzo. El secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, afirmó hoy aquí que el gobierno federal tendrá ingresos adicionales por 44 mil 600 millones de pesos este año, provenientes del aumento en el precio del petróleo que se calcula será de 24 dólares por barril, en promedio para todo el año. Un escenario de guerra empujaría los precios hasta el doble de los niveles actuales de 29 dólares por barril, dijo el funcionario.
Al comenzar la 181 Reunión de la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales manifestó que de los recursos adicionales, 15 mil 440 millones de pesos se destinarán a gasto no programable, en el que se incluirá el aumento en el costo financiero de la deuda interna por el incremento en las tasas de interés y la depreciación del peso frente al dólar. Dijo que 7 mil 30 millones de pesos se derramarán entre estados y municipios para la inversión en infraestructura.
El titular de las finanzas nacionales explicó a los funcionarios fiscales que otros 7 mil millones de pesos se canalizarán el pago de la deuda y a fortalecer el fondo petrolero, de acuerdo con el artículo 21 del Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado por el Congreso de la Unión. Los gastos menores que no fueron ajustados por el Congreso de la Unión por impuestos eliminados serán compensados con 14 mil millones de egresos excedentes, de los cuales la mitad serán para infraestructura en los estados.
Gil Díaz rehusó responder preguntas de los reporteros; entró y salió de la reunión a empujones y protegido por sus guardaespaldas, que agredieron a los reporteros. Sobre la depreciación del peso sólo respondió: ''Es un asunto que compete al Banco de México''. Ante los funcionarios fiscales había afirmado que la depreciación es un reflejo del tipo de cambio dólar-euro.
Es muy importante, recalcó, tener en cuenta esta relación para no darle una interpretación distinta al comportamiento del tipo de cambio. Esta semana, por ejemplo, que se ha venido debilitando todavía más el dólar respecto al euro, el peso se ha depreciado por ese motivo.
En su improvisada alocución, el funcionario dio a entender que el fantasma de un recorte en el gasto público prácticamente se eliminó por el incremento en los ingresos petroleros, pero aceptó que habrá presiones por el debilitamiento del peso frente al dólar y el incremento en las tasas de interés.
Gil Díaz expuso que el entorno internacional sigue siendo incierto y han aumentado los riesgos de que se materialicen algunos de los problemas geopolíticos: nuevamente se está detectando un debilitamiento en la economía de Estados Unidos, aunque hay consenso entre los analistas de que no caerá en la recesión.
Además, señaló, los mercados financieros internacionales están deprimidos y un precio del petróleo internacional sumamente elevado, que traerá ingresos adicionales a los presupuestados, puede inhibir la recuperación de la economía internacional e incluso cancelarla.
Por ese motivo, agregó, se han bajado los pronósticos de crecimiento que existían para los principales bloques económicos. Todos estos son pronósticos que se tenían hace algunos meses y conforme avanza el año se van revisando y se estiman tasas cada vez más menores. Para Estados Unidos es apenas de 2.5 por ciento; poco menos de 1.5 por ciento para la zona euro y prácticamente cero para Japón.
Luego abundó sobre el tipo de cambio y recordó que en el presupuesto se estableció un promedio para el año de 10.10 pesos. En la medida en que el tipo de cambio está más depreciado en promedio que esos 10.10 pesos, se tendrán más ingresos por encima de lo que está en el presupuesto.
El secretario de Hacienda dijo no saber qué va a ocurrir con el precio del petróleo. De lo que suceda entre Estados Unidos e Irak se van a desprender diversas posibilidades: si no hay guerra, es posible que bajen los precios, pero para la mezcla mexicana el precio promedio sería de 24 dólares por barril.
Esto se debe a que Japón está teniendo problemas con sus centrales eléctricas y está importando alrededor de 350 mil barriles diarios adicionales de petróleo. Otra cuestión es el peligro de una guerra civil en Nigeria, que está alterando también el precio internacional y, que si llega a dar, seguramente tendría un efecto directo, ya no únicamente sobre expectativas en el precio del petróleo.
"Si hubiera guerra, no hay una proyección clara. No se sabe qué va a pasar, porque se desconocen los daños en los campos petroleros tanto iraquíes como de sus vecinos. Tampoco se sabe cuánto va a durar la guerra y si dura mucho o los daños que puedan producirse. Si existe destrucción de campos petroleros, los precios podrían irse hasta el doble de los niveles en que están ahora", concluyó.