VIENTOS DE GUERRA
Unas 3 mil personas presenciaron la comedia de Aristófanes en el jardín Centenario
La paz de Lisístrata cautivó en Coyoacán
JAIME AVILES
Y sucedió: en el tercer día del tercer mes del tercer año del tercer milenio, mientras visitaba más de mil tablados en 59 países del mundo, Aristófanes descendió al jardín Centenario de Coyoacán y con la fuerza de su Lisístrata congregó a 3 mil personas que durante una hora y 40 minutos siguieron su comedia maravilladas, riendo con sus agudos chistes, aplaudiendo su ingeniosa protesta contra la guerra, militando por la paz.
Desde las siete de la noche, una hora antes de que empezara la comedia, la gente abarrotó las sillas plegadizas que bajo un ancho toldo dispuso la delegación Coyoacán, y cuando Jesusa Rodríguez -directora y promotora del proyecto en el DF- empuñó el micrófono para dar la bienvenida y contar lo que estaba sucediendo en el resto del planeta, los espectadores se apiñonaban en los corredores paralelos al inmenso baldaquín e invadieron las jardineras enrejadas con tal de no perderse una línea de la obra.
''šChingue a su padre George WC Bush!'', clamó Jesusa y la gente respondió con una ovación. De inmediato las luces bañaron las mamparas de triplay forradas con papel kraft cara blanca, sobre las cuales Gonzalo Rocha había dibujado con grafito el coro de las mujeres a la izquierda del escenario, el de los hombres a la derecha y en el centro las siluetas de Lisístrata, Cleonice, Mirrina y El Viejo, sobre las cuales fueron abiertos agujeros ovalados para que asomaran a recitar sus papeles los integrantes del cuerpo actoral, que sostenían sus libretos con las manos a través de hoyos que, en el caso de los personajes masculinos, fueron horadados a la altura de los genitales, convirtiendo así los brazos en potentes y elocuentes miembros viriles, permanentemente erguidos a causa de la hambruna sexual.
Pese a los pocos ensayos, a la incomodidad que les suponía el hecho de sacar únicamente el rostro por esas angostas ventanillas, los intérpretes lograron que desde la primera línea la lectura fluyera con un ritmo sensacional, bien sazonado por los matices y contrastes que impusieron, llenas siempre de gracia, viejas lobas del arte escénico como Isela Vega, Margarita Isabel, Julieta Egurrola, Arcelia Ramírez y Sasha Sokol, en tanto que en el bando opuesto brillaron especialmente Tito Vasconcelos, con una solidez actoral a la altura del virtuosismo, y el carismático Jesús Ochoa, que sin duda se robó el corazón del público al que desternilló hasta las lágrimas durante la escena del ''hombre caliente'', que, desnudo en la cama y con los huevos azules a causa de la huelga sexual de su mujer, sufre una nueva privación por negarse a votar en la ONU en favor de la paz.
''Yo no sabía que los griegos fueran tan pinches albureros'', comentó un muchacho que vendía golosinas entre la multitud. Seres humanos de todas las edades, una señora en silla de ruedas en primera fila, niños que no lloraron ni sacaron del teatro a sus mamás, el público fue víctima de la prolongada hipnosis de los figurantes, para los cuales no era cualquier cosa estar ahí sabiendo que en otras latitudes y casi al mismo tiempo esos mismos papeles eran representados por Kevin Bacon, Julie Christie, Vanessa Redgrave y muchos célebres y universalmente conocidos histriones más.
Bajo un cielo delicioso, la asamblea -que ''por primera vez en la historia del mundo atestiguó cómo el teatro se levanta con las armas de la palabra en defensa de la paz'', como dijo Jesusa en el prólogo de la función- terminó con un compromiso, sugerido por Margarita Isabel, de ''no beber Coca Cola ni ver una sola película estadunidense'' durante los meses de marzo y abril. Pero si bien todo era jolgorio y aplauso, por ejemplo cuando se supo de otras Lisístratas que estaban presentándose en el interior del país -en Gómez Palacio, a cargo de Ofelia Medina; en Monterrey, por cuenta de María Eugenia Llamas, la entrañable Tucita de las películas de Pedro Infante; en Morelia, en el Guanajuato foxista-, la reunión cambió de tono cuando Jesusa habló de otra guerra.
''Hagamos algo, pronto y urgente, para detener esa guerra interna que lleva más de diez años en Ciudad Juárez, donde siguen muriendo mujeres sin que Vicente Fox ni la beata de Celaya, mejor conocida como Marta Sahagún, hagan algo por impedirlo'', afirmó, bravía, la Rodríguez. Enseguida puso a consideración del respetable la iniciativa de organizar ''una manifestación a la que todos vayamos encuerados y con manchas de tierra, como los cuerpos de las mujeres asesinadas, y lleguemos a la oficina de Martita a leer la Guía de padres'', pero aunque hubo muchos aplausos no se logró el consenso esperado y el asunto quedó en el aire.
Fue sorprendente, a este respecto, el abigarrado número de obras de teatro que se escenificarán estos días en diversos rumbos de la ciudad para presionar a la ''pareja presidencial'' en pos de una solución en Ciudad Juárez. Por último se recabaron firmas para una carta dirigida a Fox, con la exigencia de que vote contra Estados Unidos en la ONU, y antes de retirarse la gente brindó un cálido aplauso a los primeros diez escudos humanos mexicanos que mañana miércoles partirán hacia Bagdad. En el taxi de regreso al periódico, un viejo taxista que mostró su aprobación por el mensaje de Lisístrata dijo, pronto y reflexivo: ''A Bush yo creo que ya no se le para. Eso hubiera servido mejor en los tiempos de Clinton''.
VIENTOS DE GUERRA
Ayer se realizó el primer acto teatral masivo
por la paz en la historia
El coro globalizado de Lisístrata gritó
''no a la guerra'' en 59 países
Lecturas y representaciones en esquinas, teatros, escuelas,
estaciones de metro y parques
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 3 de marzo. Un coro griego
mundial exclamó hoy ''no a la guerra'' desde más de mil esquinas,
teatros, escuelas, metros y hogares donde se realizó, afirman, el
primer acto global teatral por la paz en la historia.
Se realizaron mil cuatro lecturas o producciones teatrales
de la comedia Lisístrata, de Aristófanes, en 59 países,
incluyendo actos en cada uno de los 50 estados de Estados Unidos, informó
este lunes el Proyecto Lisístrata.
Lisístrata narra la historia de las mujeres
de dos países en guerra interminable, que se unen para obligar a
los hombres a bajar sus espadas y con ello termina el conflicto. El arma
secreta de la paz fue negar a los hombres relaciones sexuales hasta que
se rindieran ante tal brutal castigo.
El Proyecto Lisístrata fue concebido en enero pasado
por las actrices neoyorquinas Kathryn Blume y Sharron Bower, quienes decidieron
convocar a todos a adelantar más de 2 mil años el contexto
de esta comedia griega, escrita aproximadamente en el año 350 AC,
y darle voz ante la amenaza de la guerra estadunidense contra Irak.
La lección de Aristófanes en Nueva York
Este martes, en Nueva York se realizaron decenas de actos
de lectura y actuación de Lisístrata. Un grupo presentó
una versión de la obra en las estaciones del metro de la ciudad,
otros la interpretaron en parques y plazas, y algunos más presentaron
la obra en hospitales, bibliotecas, antros nocturnos e incluso en sus centros
de trabajo.
Por
otra parte, un grupo de maestros de la preparatoria pública Satellite
Academy High School dio una lectura de la obra, mientras otros la pusieron
en escena con títeres a las afueras de la sede de la Organización
de Naciones Unidas (ONU).
Un grupo de segundo de secundaria dio voz a Lisístrata,
que también fue leída en la Grand Central Station (la terminal
de ferrocarriles), en una esquina de Harlem, y un grupo de trabajadores
de un programa televisivo de moda suspendió su emisión durante
una hora para declamar Lisístrata. Actores de la famosa telenovela
nacional The guiding light (La guía luminosa) informaron
que interpretarían la obra, y también lo hizo una organización
de homeless (sin techo), quienes pusieron en escena la obra.
Lisístrata también se interpretó
en pequeños y grandes teatros por toda esta ciudad. Aquí,
toda la actividad culminó con la lectura de la obra en la Brooklyn
Academy of Music, con la participación de reconocidos actores como
F. Murray Abraham, Kevin Bacon, Kyra Sedgwick, Bill Irwin y Mercedes Ruehl,
entre otros.
En Los Angeles, esta noche se programó un evento
estelar, después de varios actos a lo largo del día, donde
estaba programada la participación de Julie Christie, Eric Stoltz,
Alfred Woodard, Christine Lahti y José Zúñiga. ''Por
lo menos, que se registre en la historia que hicimos saber que existen
millones y millones que se oponen a esta guerra'', afirmó Christie,
según un boletín de prensa del proyecto.
En Washington, los participantes realizaron cinco lecturas
y presentaron una breve versión de la obra frente a la Casa Blanca,
esta mañana. En el teatro Warehouse, la producción fue acompañada
por una exhibición de fotos sobre Irak. Los participantes en todos
estos actos fueron invitados a reunirse esta noche para una manifestación
contra la guerra.
Asimismo, en Londres se convocó a cientos de los
miembros de la comunidad teatral de Inglaterra para reunirse en la Plaza
del Parlamento y formar un ''coro griego masivo'', que dio lectura a un
fragmento de la obra. Entre los artistas que participaron estaban Vanessa
Redgrave, Alan Rickman, Lindsay Duncan y David Hare.
''Si se oponen al ataque, díganlo en voz alta''
Kathryn Blume, una de las impulsoras de este esfuerzo,
declaró que ''antes de iniciar esto, no podíamos más
que sentarnos y contemplar con horror cómo el gobierno de George
W. Bush nos llevaba hacia un ataque unilateral contra Irak''.
Sharron Bower, cofundadora del proyecto, agregó
que ''mucha gente nos escribió para contarnos qué tan angustiados
se sentían con la guerra. Ahora sienten que pueden hacer algo y
fomentar el diálogo en sus propias comunidades''. Blume subrayó:
''nuestro propósito es dejar muy claro que el presidente Bush no
habla a nombre de todos los estadunidenses. Nuestro mensaje es simple:
si se oponen a la guerra, díganlo en voz alta''.
El coro griego alzó la voz en múltiples
idiomas por todo este país y el mundo. Las mujeres amenazan y con
ello, cuenta Aristófanes, floreció la paz. Algunos dicen
que esta obra fue la primera en esgrimir el célebre mensaje: ''Haz
el amor, no la guerra''.
Para mayor información sobre esta iniciativa y
obtener versiones de la obra (desde una de cinco minutos para dos actores
en cualquier oficina hasta adaptaciones más completas) ver: www.lysistrataproject.com