Anuncian exposición a propósito
de la gramínea en el Museo de Culturas Populares
La historia del maíz debe servir para ''construir
un México con justicia''
Abandonarlo sería como disolvernos, señala
Griselda Galicia, funcionaria del CNCA
''Como el pueblo de México, la planta ha sido
menospreciada'', considera Ery Camara
CARLOS PAUL
''La historia del maíz debe servir de guía
para construir un México ecológicamente sensato, económicamente
factible y socialmente justo", expresó Griselda Galicia García,
titular de la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, luego de dar a conocer
los detalles de la exposición Sin maíz no hay país,
que será inaugurada en el Museo Nacional de Culturas Populares y
en la que se reflexiona sobre la historia y la manera en que la gramínea
es usada en la industria, la medicina, la cultura y sus implicaciones en
la economía y la política.
México no podría ser entendido sin pensar
en el maíz. Nuestras fiestas, ritos, mitos, origen, gastronomía,
giran en torno a esta planta con más de 60 variedades tan sólo
en el territorio nacional.
Contra la homogeneización
''Debemos dejar de lado políticas y proyectos de
país que marginan al maíz y a las culturas populares e indígenas
y basarnos en sus necesidades para diseñar un nuevo modelo de desarrollo
que las incluya. Para esto se requiere apoyar a las comunidades e investigadores
que buscan generar proyectos o tecnologías favorables a la conservación
de rasgos culturales, a la consolidación de solidaridad y diálogo
entre los habitantes del campo y los consumidores, y a la promoción
de una conciencia ecológica a todos los niveles", se apunta en una
de las fichas de la exposición, propuesta con la que concuerda Galicia
García.
''La
historia del maíz debe servir de guía para construir un México
ecológicamente sensato, económicamente factible, socialmente
justo y culturalmente admirable", destacó la funcionaria.
A lo largo de la muestra participarán productores,
organizaciones civiles y ambientales, comunidades populares e indígenas
y académicos, entre otros, para debatir ampliamente sobre esos temas.
''En la actualidad -agrega Galicia García-, la
mayor problemática se centra en la devaluación de la producción
del maíz criollo. Una de nuestras divisas puede ser el gusto culinario,
el sabor de cada una de las 60 especies que existen en el país.
Lo que deberíamos estar vendiendo es esa variedad de sabores, no
la homogeneización y la estandarización de un solo maíz.
Abandonar esta planta, fundamento de las culturas que somos, significaría
disolvernos."
Durante nueve meses que durará la exposición
(la apertura será el próximo jueves a las 18 horas) se realizarán
conferencias, debates, talleres y muestras gastronómicas, en las
que participarán académicos y organizaciones civiles. Además
se grabará una serie de discos compactos con música relacionada
con el maíz y un libro sobre el origen y el sentido de la exposición.
Para Gustavo Esteva, coordinador de este último
proyecto, ''el maíz puede ser la opción más sana y
eficaz que puede sustituir al petróleo, pues es una de las plantas
con mayores posibilidades tecnológicas por sus aplicaciones en la
industria.
''La cuarta parte de lo que se consume en un supermercado
tiene derivados del maíz y hoy ya existen empaques, plásticos
biodegradables, ropa y hasta combustibles, como el etanol empleado en motores
que antes usaban gasolina."
Metáfora del país
No obstante, apunta Ery Camara, curador de la muestra,
''la soberanía alimentaria que por muchos años distinguió
a México ya empieza a verse afectada. Actualmente el país
importa alrededor de 6 millones de toneladas al año. Este es un
problema económico con implicaciones políticas y sociales,
por lo que en la exposición incluimos una sala para debatir sobre
el maíz transgénico y sus repercusiones en el campo mexicano.
''La historia del maíz es una metáfora de
lo que pasa en el país, porque es una planta que ha sido menospreciada,
como lo ha sido el pueblo mexicano", añadió el curador.
Para festejar 25 años de ser instituida la Dirección
General de Culturas Populares e Indígenas y los 20 del Museo Nacional
de Culturas Populares se presenta la exposición Sin maíz
no hay país, en la que se expone que ''el maíz no sólo
es tortilla, tlacoyo, sope, pastel o pozole, sino también ciencia,
economía, política, arte y cultura".