VIENTOS DE GUERRA
"Seguiremos con nuestros velos y nuestros vestidos,
pero con el fusil en la mano"
Quiero vivir viendo a mi país de pie, sostiene
una universitaria iraquí
Shukran (gracias), expresan tras el mensaje de
paz de la misión mexicana en su campus
BLANCHE PETRICH ENVIADA ESPECIAL
Bagdad, 3 de marzo. En medio del barullo de la
cafetería de la universidad, Rasha Ayub y su amiga Soad Hussein
platican y toman té. Cientos de jóvenes van y vienen entre
las mesas, listos para los días feriados por el año nuevo
que inicia mañana. Visten, como casi todas las muchachas, a la usanza
tradicional, faldas grises hasta el tobillo y chaquetas largas, negras;
velos que les cubren la cabeza y el cuello. Los muchachos también
van de colores oscuros, muy formales.
Pero ellas dos destacan por sus velos rosa encendido y
el maquillaje exquisitamente aplicado. La primera estudia letras árabes
y la segunda física. Ambas tienen 20 años. Rasha es de provincia,
de Mosul, a 400 kilómetros de aquí; la segunda es capitalina.
A pesar de su aire discreto y serio, acceden con franqueza a platicar sobre
la guerra.
"¿Cómo me veo a mí misma dentro de
tres o cuatro semanas?", corrobora con el intérprete si ha entendido
bien la pregunta. "Aquí, en mi escuela, estudiando y también
defendiendo a mi país. Sabemos que dentro de dos o tres semanas
Estados Unidos nos va a atacar. Queremos decirle al mundo que queremos
vivir; yo quiero seguir viendo a mi país de pie."
-¿Y dentro de dos o tres años?
-Hombre, pues segura de que todos mis sueños se
van a hacer realidad.
Soad la secunda. Las dos hablan del entrenamiento militar
que han recibido, de su disposición a tomar las armas en caso necesario,
de su confianza "en nuestro líder" y en las garantías que
les ofrece el régimen para concluir sus estudios en esta institución.
El
servicio militar, como en casi todo el mundo, es sólo para varones.
Pero las mujeres de esta generación, en Irak, también se
entrenan en el uso de armas y técnicas de combate.
Las dos universitarias repiten casi textualmente las expresiones
de la mayoría: que van a salir a repeler la invasión estadunidense
si es necesario con cuchillos, que están seguras del triunfo y de
su disposición a ir al frente si son llamadas a ello.
-¿Entonces cambiarán, quizá, su ropa
tradicional por un uniforme militar, con pantalones?
-¡Nooo! Vamos a seguir con el velo y el vestido,
pero con el fusil en la mano -responden las dos con tal naturalidad como
si estuvieran hablando de modas y no de una decisión de vida o muerte.
Cuando hablan dejan ver con cuánta tenacidad se
aferran las familias iraquíes a una normalidad que en cualquier
momento puede saltar en pedazos.
"Mis padres -cuenta Rasha- viven en Mosul, son profesores
en la universidad de esa ciudad (la segunda en importancia en el país).
Pero dos hermanos míos viven en Babilonia, también dos estudiantes.
Yo y una hermana vivimos en Bagdad. ¿Ustedes creen que una familia
va a permanecer dispersa en varias ciudades si tuviera miedo?"
Intriga esa seguridad que se constata en muchos sitios,
en muchos ciudadanos. Soad intenta una explicación: "Es que tenemos
paciencia, armas, capacidad y ciencia".
La misión mexicana en la Mustansiriya
Es la Mustansiriya la casa de estudios superiores más
importante del país. Y tiene una raíz histórica de
respeto: fue fundada, con ese mismo nombre, en 1226. Es la universidad
más antigua del mundo islámico y cuna de grandes filósofos,
teólogos, matemáticos y astrólogos del mundo antiguo.
En el campus donde ellas estudian se encuentran las facultades
de Ciencias, Lengua y Educación. Se imparten cerca de diez carreras.
La Mustansiriya tiene además otros campus en distintos puntos de
Bagdad. Es una de las cinco universidades públicas de la capital.
Además, cada entidad del país (18) tiene su universidad estatal.
Este es un campus moderno y su corazón es la cafetería.
Sin programa prestablecido, esta mañana se apersonó ahí
la misión mexicana de paz, dispuesta a conocer el sentir de jóvenes
universitarios sobre la guerra que se avecina.
No tardan mucho los jóvenes en dar la bienvenida
a los integrantes de la delegación, en invitarlos a sus mesas, en
hacer una larga hilera de sillas para facilitar un diálogo complicado
por la barrera del idioma. A modo de las asambleas estudiantiles mexicanas,
a nombre del grupo de mexicanos, Mario Saucedo, del PRD, se pone de pie
y arranca un pequeño discurso. Explica el propósito de esta
incursión al ámbito universitario y habla de la situación
de México.
"Estamos preocupados de que México pueda apoyar
a George W. Bush y traicione las tradiciones pacifistas de nuestro pueblo",
dice. Cuando los traductores terminan de hacer llegar el mensaje se levantan
algunas voces de desaprobación. "Queremos decirles, y por eso venimos
hoy aquí, que apoyar una agresión contra el pueblo de Irak
no es la voluntad del pueblo de México."
-¡Shukran, shukran! (gracias) exclaman
los estudiantes. Al fin, un puente se ha tendido.