VIENTOS DE GUERRA
Manifiesto de escritores e intelectuales
Al parecer, el gobierno de Estados Unidos decidió no prestar oídos a las voces que en todo el mundo y en todos los idiomas dicen NO a la guerra y, con una elocuencia devastadora, prepara la invasión a Irak. Ningún argumento presentado por ese gobierno acerca de la peligrosidad de Saddam Hussein ''para el mundo'' convence. Mejor aún: no hay argumentos.
La palabra es memoria que se pronuncia en presente. Pero el gobierno de Estados Unidos no quiere memoria. Sólo habla en presente, y en nombre de éste invoca a un Dios particular, a un Dios del presente al que reduce a ser sólo coyuntura. Pero la vocación del gobierno de Estados Unidos no parece ser, tampoco, de presente si por presente se entiende al tiempo que construye la posibilidad del futuro.
El lenguaje de la imposición genera impotencia. El lenguaje de la prepotencia vacía la palabra. Ambos casos son expresiones del silencio, que es la antesala del crimen.
Nosotros, escritores, intelectuales, practicantes de la palabra en la cual pusimos nuestras vidas, no podemos ser cómplices del exterminio de miles de vidas humanas, a quienes no se les permite expresarse.
La pluralidad del mundo demanda pluralidad de lenguajes, de idiomas, de hablas, de palabra. No queremos ser cómplices del silencio, tampoco del aniquilamiento del lenguaje en nombre de una acción cuyo significado es prepotencia, imposición y sometimiento, fin de la memoria y muerte de la palabra. Nosotros decimos: SI A LA PALABRA, NO A LA GUERRA.
José Agustín, Mario Bellatin, Rosa Beltrán, Juan García Ponce, Juan Gelman, Margo Glantz, David Huerta, Bárbara Jacobs, Josú Landa, Fabrizio Mejía, Eduardo Milán, Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor, Verónica Murguía, Alvaro Mutis, Philippe Ollé-Laprune, Cristina Pacheco, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Elena Poniatowska, José Manuel Prieto, Alberto Ruy Sánchez, Daniel Sada, Guillemo Samperio, Enrique Serna, Ignacio Solares, Conrado Tostado y Juan Villoro