La gimnasta afirma que dejará el precedente
de no temer a denunciar por represalias
"Ya no creo en nadie; me voy con la frente en alto",
expresó Aicela Rosado
Insistió en que el acoso de jueces y la falta
de apoyo de los federativos la orillaron a retirarse
ABRIL DEL RIO
Al poner fin a su etapa competitiva, Aicela Rosado asegura
que se va satisfecha por haber abierto camino en diversas justas mundiales
de gimnasia rítmica en las que nunca antes se habló de México,
y además dejará un precedente para que lo aprovechen las
nuevas generaciones: "denunciar las cosas con las que no estén de
acuerdo, sin temor a represalias.
"Me
voy con la frente en alto, de ninguna manera derrotada", expresó
la yucateca de 18 años, quien acompañada de su madre acudió
ayer al Comité Olímpico Mexicano para despedirse de Felipe
Muñoz, quien como titular del organismo lamentó la decisión
del retiro y sólo pudo ofrecerle respaldo moral en su objetivo de
establecer y dirigir un gimnasio.
La atleta insistió en sus denuncias hacia "los
jueces de mi país que siempre estuvieron en mi contra". Se refirió
a un grupo encabezado por Laura Acosta, actual entrenadora nacional, a
quien responsabilizó de "maltrato sicológico y presiones".
La última de ellas fue la modificación 80
por ciento de las rutinas que presentó en los Juegos Centroamericanos
y del Caribe de San Salvador 2002, donde fue superada por Cinthia Valdés.
"La única medalla de oro individual que gané
en esos juegos fue en la prueba que no me modificaron (pelota)", recordó
la gimnasta, quien se quedó con las preseas de plata en dos pruebas
y compartió la victoria por equipos.
"No me voy superada por nadie. Sucede que lo lógico
es que gane quien lo hace mejor, pero aquí desafortunadamente triunfa
a quien se le caen los instrumentos, y eso, aunado a dificultades, falta
de apoyo y trabas en muchos sentidos me ha desmotivado muchísimo.
Ya no creo en nadie."
La gimnasta, que alcanzó un octavo puesto mundial
en 1997, recordó que durante su desarrollo en Los Angeles, de los
nueve a los 14 años, lapso en el que representó al país,
"de acá sólo recibí un cheque por 700 dólares.
"No me interesa el dinero, pero sí el respeto.
Estoy consciente de que la Federación de Gimnasia ha pasado por
muchos problemas, tuvo a varios dirigentes y el actual (Alejandro Peniche)
no es el único culpable, pero la verdad es que estoy muy cansada
de tantas promesas."
No obstante la fragilidad de niña que aparenta
y la emoción que la embargaba al anunciar su retiro, Aicela se mostró
muy segura, e incluso entusiasta por iniciar una nueva etapa como entrenadora.
"En Yucatán hay mucho talento, y aunque han querido
hacerlo menos esta mafia que tenemos entre nuestros jueces, la calidad
se hará valer por sí misma", sostuvo la atleta.
Por lo pronto, se dedicará a terminar la preparatoria,
a iniciar una vida "normal", esa que no conoce ninguna buena gimnasta que
se precie de serlo.