Monsiváis impartió un seminario sobre el tema
Gobierno, partidos y medios soslayan la propagación del sida
ARTURO JIMENEZ
Ante el predominio del prejuicio, ni el gobierno federal ni los partidos políticos ni los medios de comunicación han enfrentado de manera resuelta el problema de la cada vez mayor propagación del sida, que en México suma ya al menos 600 mil personas infectadas y lo convierte en la ''mayor tragedia" y en el caso ''más grave de derechos humanos" en el país, dijo el escritor Carlos Monsiváis.
Al ofrecer el seminario ''Medios, miedos y fobias: el lenguaje cotidiano de los medios como vehículo central de la discriminación en México", organizado en un hotel de Polanco por el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Monsiváis advirtió: ''Los derechos humanos están a prueba con el sida como en ningún otro caso. Y en la medida en que siga la política de ocultamiento, seguirá una campaña contra los derechos humanos que alcanza el nombre, ya acumulativo, de genocidio".
Monsiváis describió: mientras el gobierno informa de manera insuficiente, los jóvenes siguen infectándose y los migrantes mexicanos continúan contagiando a sus compañeras. De los partidos políticos, dijo, el PAN mantiene gran intolerancia, el PRD no se compromete con el asunto y el PRI se dedica más bien ''a defenderse".
En el caso de los medios de comunicación, señaló que en general la prensa escrita ha marcado distancia del tema o lo ha abordado sólo ''como estadística", tendencia que predomina. En tanto, el asunto del sida ha quedado casi excluido de la televisión y de la radio.
Los medios, abundó, no han dado un seguimiento sistemático ni han presionado, por ejemplo, a los secretarios de Salud, de Gobernación o al Presidente de la República para insistirles en que no hay campañas masivas de prevención ante el avance de la enfermedad. En tanto, el clero y la derecha han ''inmovilizado el proceso informativo" sobre el sida.
Los tiempos terribles
Monsiváis hizo un recuento desde el surgimiento de la enfermedad en 1984, cuando se llamaba de manera discriminatoria ''cáncer gay" y la jerarquía católica llegó a considerarla ''castigo de Dios". Fueron años de un ''dominio terrible del prejuicio", señaló Monsiváis, y recordó el caso de 500 trabajadores infectados en el banco de sangre de Pemex, a quienes se despidió pero la prensa casi no dio seguimiento. Este asunto, consideró, es más grave que el Pemexgate.
Pese a algunos cambios de mentalidad en casi dos décadas, debidos a la ''globalización del tema", Monsiváis señaló que todavía no se ha consolidado un ''compromiso moral" para combatir y prevenir la enfemedad, así como para apoyar a las personas afectadas.
Y entre esos avances mencionó la consolidación en el uso del término ''gay" como no discriminatorio, así como el logró que representa que haya desaparecido la "noción de pecado" y que el sida sea considerado una enfermedad.
En la primera parte de su exposición, Monsiváis hizo un recuento de los prejuicios en la historia de México como elemento de la discriminación. Y dijo que si antes el planteamiento era el de que una persona era ''menos", porque su contraparte era ''más", ahora se ha invertido y esa contraparte es ''más" en virtud de que la otra persona es ''menos".
Entre 1952 y 1994, dijo, ningún anuncio comercial en los medios presentó a un indígena como protagonista, lo cual ha cambiado tras el levantamiento zapatista. En 1994 el racismo se debió actualizar, aunque algunos sectores consideraban a los zapatistas ''no indígenas", porque traían rifles y el ex presidente Carlos Salinas los consideraba ''manipulados".