Robert Fisk
¿Por qué tomar en serio el discurso de Bush?
Ah, ¡ser un Estado "viable"! La palabra "viable"
ahora se ha convertido en la razón de ser y la finalidad última
de la política estadunidense hacia Palestina. "De su parte", nos
ha dicho el presidente George W. Bush, "esperamos que el nuevo gobierno
de Israel, una vez que desaparezca la amenaza terrorista y la situación
de la seguridad mejore, respalde la creación de un Estado palestino
viable".
Bueno, ya que el primer ministro israelí, Ariel
Sharon, dice que los palestinos po-drían obtener sólo 50
por ciento de la su-perficie de Cisjordania y sus nuevos compañeros
en la coalición de gobierno apoyan la construcción de más
asentamientos en la misma zona, ¿por qué habrían los
musulmanes de tomar en serio lo que dice? Por supuesto que no lo hacen.
Se trata sólo de un juego de palabras para forzar a los árabes
a apoyar -o al menos consentir- la invasión estadunidense a Irak.
En ningún momento pronunció el presidente
Bush la palabra "petróleo" -salvo en una breve referencia al desastroso
programa petróleo por alimentos- aunque sólo hubo
una mención a los "territorios ocupados" (o los "así llamados
territorios ocupados", como dijo Donald Rumsfeld en una ocasión
vergonzosamente célebre). Pero una vez que Estados Unidos ocupe
Irak, ¿qué argumento podrían tener los árabes
contra Israel? Si Cisjordania está bajo ocupación, bueno,
Irak también lo está. Si Estados Unidos ha ocupado Irak para
salvar al mundo del "terror", ¿por qué no iba Israel a ocupar
Cisjordania para salvarse del "terror"? Pocos han reparado en esta peligrosa
ecuación. Deberían.
Mucho del discurso de Bush ante el American Enterprise
Institute fue escrito en el lenguaje de Israel. "Si Irak nos obliga a la
guerra con su negativa a desarmarse, estaremos ante un enemigo que oculta
sus fuerzas militares detrás de los civiles; quien posee terribles
armas y es capaz de cometer cualquier crimen". Este es precisamente el
lenguaje de Ariel Sharon. La ecuación que se espera que otros estados
árabes entiendan está contenida en la ominosa sugerencia
hecha por Bush cuando afirmó que cuando "pase" el régimen
de Saddam Hussein "otros regímenes habrán recibido una clara
advertencia de que el terror no será tolerado".
Básicamente, éste es un mensaje para Siria,
luego para Irán y después para cualquiera que aún
no se haya arrodillado ante los estadunidenses.
Para refrendar esto se nos pide creer -incluso a los árabes
que viven en Medio Oriente- que "en Irak, un dictador está construyendo
y ocultando armas que podrían (sic) darle la posibilidad de dominar
a Medio Oriente e intimidar al mundo civilizado". El mismo hombre "tiene
estrechos nexos con organizaciones terroristas y podría (sic) proporcionarles
los medios terribles para atacar este país". O tal vez no; y éste
es el escenario más probable.
Pero si es de Corea del Norte del que estamos hablando,
podemos olvidar toda esta tontería sobre el "cambio de régimen".
Los árabes estaban, obviamente, interesados en
la "coalición de más de 90 países", hasta que se dieron
cuenta que dicha "coalición" se limitaba a arrestar a sospechosos
de pertenecer a la red Al Qaeda, de Osama Bin Laden, y no tenía
planes de invadir Irak. Y cuando Bush dijo que Estados Unidos ha "arrestado
o se ha encargado de otras formas de muchos comandantes clave de Al Qaeda",
una sonrisa, o dos, deben haber pasado por los rostros de uno o dos dictadores
árabes pro estadunidenses. La frase "encargado de ellos de otras
formas" era para ellos tan familiar como vergonzosa para Estados Unidos.
Así avanzaremos hacia un Irak "libre y pacífico".
¿Pero qué fue lo que nos dijo Bush? "Las vidas y libertades
iraquíes son muy importantes para nosotros", sostuvo.
¿Desde cuándo? En momentos en que hombres
y mujeres iraquíes eran violados en las cámaras de tortura
de Saddam en 1983, Donald Rumsfeld estaba en Bagdad pidiéndole volver
a abrir la embajada de Estados Unidos. La reconstrucción de Irak
"requerirá un compromiso sostenido de muchas naciones" pero "nos
quedaremos en Irak el tiempo que sea necesario y ni un día más".
Qué extraordinario. Porque se trata de las mismas palabras -exactamente
las mismas palabras- usadas por Israel cuando invadió Líbano
en 1982. Le tomó a Israel 22 años y cientos de vidas israe-líes
-además de miles de vidas árabes- poner fin a la ocupación.
¡Ah, luchar por la libertad de un pueblo oprimido!,
eso es lo que quiere Bush para Irak porque, desde luego, no se trata de
los palestinos.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca