DOUDECIMA ETAPA / DISTRITO
FEDERAL/II
Pidió a cambio la extradición de algunos
vascos, aunque no fuesen etarras
Político español asesoró
a Zedillo para destruir la legitimidad zapatista: Marcos
Así se fraguó la matanza de Acteal Se
cancela el viaje del EZ a la península ibérica
¿Fue Felipe González quien habló
con el entonces presidente sobre paramilitares?, pregunta
DICIEMBRE: DISTRITO FEDERAL, LA DUODECIMA ETAPA
(Imagen Segunda:
México DF, el Diciembre de Acteal o el porqué
del País Vasco)
Siguen piedra y nube recorriendo la ciudad y las obras
que, se adivina, se encaminan a levantar otra ciudad para los poderosos,
una que subordine a las otras ciudades.
Para asegurar esto, del norte revuelto y brutal López
Obrador ha importado el llamado Plan Cero Tolerancia (y con él vienen
el Robo Cop Giuliani y su guardia pretoriana). El plan se basa en
un artículo de los criminólogos G. I. Kelling y J. Q. Wilson,
de 1982: "Cristales rotos". Según esto, existen situaciones que
favorecen la aparición y desarrollo del crimen: "Hay un terreno
abandonado, crece la mala hierba, alguien rompe los cristales, los adultos
ya no riñen a los niños que hacen ruido, y éstos,
así animados en sus andanzas, se vuelven rebeldes, se van las familias,
se va acumulando la basura, la gente empieza a beber frente a las tiendas,
un borracho se cae en la acera y puede quedarse ahí hasta que se
recupere, los mendigos se dirigen molestando a los transeúntes,
y si hay mendigos, mañana llegarán los ladrones y pasado
los asesinos".
¿Siguió la lógica? Con este impecable
razonamiento la policía no persigue a los grandes criminales, sino
a los niños y jóvenes que pudieran convertirse en mendigos
y borrachos, que pudieran a su vez convertirse en ladrones y asesinos.
Si usted encuentra alguna semejanza con la doctrina de guerra preventiva
que alienta la guerra de Bush-Blair-Aznar contra Irak, es porque es usted
un mal pensado, ya que ésta es la ciudad de la esperanza.
Aunque, claro, con este plan se verán reducidas las garantías
individuales, avanzará el pensamiento conservador y toda solidaridad
vecinal que no pase por el Ministerio Público será sospechosa
de delincuencia organizada.
De lo que se trata, finalmente, es de construir un cerco
de seguridad en torno a la ciudad del Poder, un cerco preventivo
que deberá, para cumplir su labor, excluir o recluir a los pobres
de esta ciudad, que son quienes hacen que la urbe viva y camine.
Junto a esto, López Obrador trabaja en otra construcción:
la de un acuerdo con los grandes capitales de la industria y el comercio.
Para obtener su beneplácito, el jefe de Gobierno oferta una ciudad
bajo control social y policiaco, además de la infraestructura necesaria
para la nueva metrópoli donde los ricos no serán los primeros,
sino los únicos.
Estos son los pasos: primero se señala que es necesario
parar la construcción de viviendas en las delegaciones de la periferia
del DF; luego se dice que es indispensable repoblar las delegaciones del
centro; inmediatamente se crea el patronato Centro Histórico, encabezado
por Carlos Slim Helú; luego se promueven tres megaproyectos: el
corredor financiero (la calle de Reforma), el proyecto Alameda y
el proyecto Centro Histórico; finalmente se anuncia que Carlos Slim
está comprando terrenos y viejos edificios de toda esta zona. Así,
la construcción de vivienda popular se parará, bajo el pretexto
de que ya no es posible seguir creciendo hacia la periferia. Al mismo tiempo,
tres delegaciones serán modelos de lo que será la Ciudad
Global. El nivel de ingresos, educación, servicios médicos,
servicios de comunicación y, desde luego, seguridad pública,
serán muy otros en comparación con el resto de las delegaciones.
Carlos Slim Helú, el hombre más rico de
México y de América Latina, no está detrás
de todo esto, sino al frente. En una especie de biografía no autorizada
(Carlos Slim. Retrato inédito. Ed. Océano), el periodista
José Martínez Mendoza (que antes escribió la semblanza
de Carlos Hank González) da un perfil del señor Slim, quien
se precia de ser un self made man, un hombre que ha cultivado con
esmero la imagen de haber empezado desde abajo. Pero probablemente se refiera
a la planta baja de su mansión, porque Slim entra a la lista de
los grandes millonarios después de comprar Teléfonos de México
(Telmex) en 400 millones de dólares, siendo que su valor era de
12 mil millones de dólares. ¿Quién fue el vendedor?
Carlos Salinas de Gortari. Desde 1984, cuando se asoció con otros
empresarios en Libre Empresa SA (LESA), que compraría las paraestatales,
Slim trabajó en la amistad con los políticos. Y después
no limitó su círculo a los priístas, sino que lo amplió
incluyendo a panistas y perredistas, a intelectuales críticos y
artistas, a directores de medios de comunicación.
De
la misma inteligencia y pragmatismo, Slim y López Obrador pronto
hicieron el click que no suele abundar entre políticos y
empresarios. Pero ambos saben que lo suyo no es amistad. Son vecinos en
Cuicuilco, tienen intereses comunes, se ofrecen intercambios y, como comerciantes,
fingen cordialidad mientras revisan celosamente sus cuentas y, al final
de cada reunión, buscan en sus bolsillos para ver si no falta nada.
No son pocos los intelectuales y políticos que
se precian de tener la amistad de Carlos Slim Helú. Algunos de ellos
se vanaglorian de asesorar al señor más poderoso de
Latinoamérica. Pero el señor Slim no tiene asesores
ni amigos, tiene empleados. Sólo que algunos de ellos no
lo saben.
Uno de ellos es el señor Felipe González
Márquez, ex presidente del gobierno español y ahora edecán
de los grandes capitales europeos. El señor González realiza
frecuentes viajes a México para compartir con su amigo Slim
su gusto por la buena mesa, el cultivo de bonsáis, la fotografía
y el billar. Pero fue años antes, en 1995, y de la mano de Slim
Helú, que Felipe González, siendo presidente del gobierno
español, hizo amistad con otra persona: Ernesto Zedillo Ponce
de León. Para llegar a esos tiempos, vayamos antes al pasado inmediato:
En el mes de septiembre del año 2002, horas antes
de que el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre
la contrarreforma indígena se hiciera público, el EZLN (Ejército
Zapatista de Liberación Nacional) supo cuál sería
el resolutivo y su significado: los tres poderes de la Unión se
habían unido para decretar la cancelación definitiva de la
vía del diálogo y la negociación para la solución
del alzamiento zapatista.
Empezamos a trabajar en una de las opciones que habíamos
contemplado desde finales de 2001: intentar a nivel internacional lo que
había fracasado a nivel nacional. Así, el EZLN enviaría
una delegación a Europa, con el fin de apelar ante los organismos
internacionales y, apoyado en quienes en México y en el mundo simpatizan
con la causa indígena, tratar de conseguir el reconocimiento de
los derechos y la cultura indígenas. Se trataría de una marcha
semejante a la de 2001, pero con algo fundamentalmente diferente: si en
la movilización de 2001 el EZLN se limitó única y
exclusivamente al tema indígena, en la marcha internacional se ligaría
ese tema a las luchas que existen en el mundo, en particular las que tienen
que ver con el reconocimiento de las diferencias, las resistencias y rebeldías,
y muy especialmente con las oposiciones a los preparativos guerreros que
ya se habían echado a andar contra Irak.
Pensábamos que Europa era un terreno donde el belicismo
internacional podría ser contrarrestado sacándolo de su lógica,
y que esto pudiera irradiarse al resto del mundo. No era que nos sintiéramos
con la capacidad de provocar ese movimiento internacional, pero sí
con las posibilidades de contribuir, junto con otras fuerzas que ya se
movían en la Europa social, a que algo se echara a andar. Pensábamos
que era la oportunidad de participar más directamente en la construcción
de un mundo donde quepan todos los mundos. En resumen, no iríamos
a Europa de bien portados, sino que nuestra palabra sería
de rebeldía. El problema era, claro, cómo y cuándo
ir. En esas estábamos cuando el 2 de noviembre de 2002, el Día
de Muertos, una persona hizo contacto con la Comandancia General a través
de un propio.
Cumpliendo con lo acordado, no podremos decir mucho acerca
de esta persona, sólo que estuvo muy cercana a los círculos
del poder político y económico entre los años 1993
y 1996. Luego de poner las condiciones en cuanto a discreción y
secreto, el mensaje de la persona decía, palabras más, palabras
menos, que tenía información que podía serle útil
al EZLN. Y ahora cito textualmente: "Si les interesa, díganme. Se
trata de Acteal". No era la primera vez que gente disidente del gobierno
nos hacía llegar información, a veces cierta, a veces falsa,
así que le mandamos decir que podía enviarnos lo que supiera.
Esto es lo que reveló:
En los meses posteriores a febrero del año de 1995,
fracasada la traición de Zedillo al EZLN junto con la ofensiva militar
que la acompañó, y agotado el teatro de la detención
de Raúl Salinas de Gortari, los generales Renán Castillo
(jefe militar y gobernador de facto en Chiapas) y Cervantes Aguirre
(secretario de la Defensa Nacional) insistían en la necesidad de
activar a grupos paramilitares para enfrentarlos a los zapatistas (Renán
Castillo había estudiado con los norteamericanos y Cervantes Aguirre
estaba en tórrida luna de miel con su homólogo estadunidense,
así que la opción que entonces llamaban Colombia tenía
el respaldo del Departamento de Estado norteamericano).
Sin embargo, Zedillo no acababa de decidirse. En ese mismo
año de 1995, aparece un personaje del gobierno español. "Intimo
del Presidente", dice quien nos pasó la información, "asistió
a reuniones que no eran estrictamente sociales, sino que en ellas se tocaban
asuntos de Estado".
En una de esas reuniones, Zedillo comentó sobre
los zapatistas y el problema que representaba acabar con ellos, pues tenían
a la opinión pública de su lado. El personaje del gobierno
español dijo entonces que lo que había que hacer era destruir
la legitimidad de los zapatistas y después dar el golpe. Zedillo
le recordó al personaje la historia del 9 de febrero y sus consecuencias.
El español aclaró que no se refería a eso, sino a
que, si los zapatistas luchaban por los indígenas, pues había
que hacer que lucharan contra los indígenas. En España, dijo
el de ese país, hemos creado unos grupos para contrarrestar el independentismo
vasco. Zedillo dijo que sabía de los GAL (Grupos Antiterroristas
de Liberación) y que había una investigación para
deslindar responsabilidades gubernamentales en los secuestros y asesinatos
de etarras. El español no se apenó y señaló
que matar y secuestrar a asesinos no es un crimen, sino un favor que se
le hace a la sociedad. Agregó que los GAL hacían más
cosas, como realizar atentados que luego se le atribuían a ETA.
Zedillo preguntó si el rey sabía de eso. El español
respondió: "El rey sabe lo que le conviene y finge que no sabe lo
que no le conviene", y añadió que no pasa nada, que apenas
unos días de escándalo en la prensa y ya, que nadie va a
profundizar cuando los muertos son terroristas, que hay decisiones graves
que deben tomarse por razones de Estado.
Zedillo señala que eso no sirve aquí, porque
los zapatistas no son terroristas. "Hágalos terroristas", dice el
español, y prosigue: "Lo que hay que hacer es crear un grupo armado
de indígenas, hacer que se enfrente a los zapatistas, se pelean,
hay muertos, entra el ejército a poner en paz a todos y ya". El
español continúa: "nosotros podríamos echarles la
mano con algunos consejos, en fin, algo de experiencia. Claro que esperamos
de su gobierno alguna cooperación a cambio, como la extradición
de etarras que viven en su país". Zedillo dice que no es seguro
que sean etarras. "Eso no es problema -dice el español-, nosotros
nos encargamos de que lo sean". El español agrega que su gobierno
podría apoyar también al gobierno mexicano en las negociaciones
comerciales con Europa, y termina su argumentación con una frase:
"Hombre, Ernesto, si en algo somos expertos los españoles es en
exterminar indígenas".
Hasta aquí la información que nos llegó.
El resto se infiere rápidamente: Zedillo ordena la activación
de los grupos paramilitares, el gobierno español da asesoría,
y el gobierno mexicano incrementa la extradición de supuestos etarras.
El 22 de diciembre de 1997, un grupo paramilitar marcha
a enfrentarse con los zapatistas. Estos se repliegan para evitar un choque
entre indígenas y avisan a los no zapatistas de la amenaza. En Acteal
quedan Las Abejas, desarmados y confiados en que, siendo neutrales, nada
les pasará. La carnicería empieza y termina, mientras policías
y militares esperan pacientemente para entrar a "poner paz" en el "enfrentamiento"
entre indígenas. La verdad se descubre casi inmediatamente gracias
a los medios de comunicación. La noticia da la vuelta al mundo y
conmociona a todo ser humano noble. En Los Pinos, Zedillo sólo repite:
"¿Por qué niños y mujeres?"
Aún fresca la sangre de Acteal, entrevistado por
el periodista mexicano Luis Hernández Navarro (La Jornada,
10 de marzo de 1998), Felipe González se expresaba así de
la matanza: "Eso siempre crea una tremenda conmoción. Vivimos en
esa globalización mediática que genera impactos. México
tiene la grandeza de que una cosa así es una noticia explosiva y
que preocupa. Situaciones muchísimo más graves en otras latitudes
no merecen portadas de periódico, o no llegan a pasar esas barreras
de la comunicación". Así que todo es un problema de exageración
de los medios...
¿Era Felipe González Márquez la persona
que platicó con Zedillo sobre los GAL, los paramilitares y la extradición
de vascos? ¿Era alguien de su gobierno? Algunos recuerdos arrancados
de calendarios anteriores:
1995: en España, el Tribunal de Conflictos faculta
al gobierno de Felipe González a no entregar documentación
vinculada con los Grupos Antiterroristas de Liberación. Fundados
el 6 de julio de 1983, los GAL tienen responsabilidad en cuando menos 40
atentados con 28 muertos, entre 1983-1987. En octubre de 1995, Ernesto
Zedillo se reúne en privado con Felipe González en Bariloche,
Argentina, en ocasión de la quinta Cumbre Latinoamericana.
En 1996, enero: los acusados por la guerra sucia
contra ETA se quejan de que todo el asunto de los GAL es una conspiración
para "derrocar" al entonces presidente Felipe González. El PSOE
(Partido Socialista Obrero Español) mantiene a José Barrionuevo,
ex ministro del interior procesado, junto con el ex secretario para la
seguridad del Estado, Rafael Vera, por su actividad terrorista, en la lista
de candidatos a diputados. Ernesto Zedillo Ponce de León viaja a
España en su primera visita de Estado a ese país.
En febrero: es detenido Jaime Iribarren, parlamentario
de Herri Batasuna, acusado de quemar una excavadora. También en
esos días es detenido Jon Idígoras, líder de Batasuna,
por órdenes del juez Baltasar Garzón, que lo quería
vincular a la organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA). Entre los
antecedentes "criminales" de Idígoras está el haber entonado
una canción nacionalista durante una visita del rey Juan Carlos
a Guernica, en 1981. Circula un video donde integrantes de ETA plantean
una propuesta negociadora con el Estado español. Felipe González
desestima los sondeos que dan ventaja al Partido Popular (PP) sobre el
PSOE. En marzo, el PSOE de González pierde las elecciones frente
al Partido Popular de Aznar. El cantante hispano Raphael manifiesta sus
esperanzas en Aznar: "Estoy seguro que sabrá hacer justicia a la
memoria de Franco".
Julio de 1996: la justicia española condena a 122
años de cárcel a José Koldo Martín Carmona,
deportado por México en noviembre de 1995. Junto con Lourdes Churruca,
Koldo fue acusado de tres atentados que no produjeron víctima alguna.
En esas fechas tres jóvenes vascos eran juzgados por haber incendiado
una camioneta de la policía. Las penas pedidas para ellos oscilaban
entre los 111 y los 592 años de prisión.
En este año sale a la luz el libro Roldán-Paeza,
la conexión suiza, del periodista Juan Gasparini. El libro revela
algunos aspectos de la corrupción al interior del gobierno de Felipe
González, en particular sobre Luis Roldán, ex director de
la Guardia Civil. Entre las empresas corruptoras está la compañía
Siemens. Uno de sus abogados, Ulrich Kohlí, además de venderle
minas antipersonales a Saddam Hussein, lavó dinero para la
familia Salinas de Gortari. Felipe González sale en defensa de su
amigo Carlos Salinas de Gortari elogiando sus políticas.
1998, julio: José Barrionuevo y Rafael Vera, vinculados
a los GAL, son condenados a 10 años de prisión. Durante el
proceso Felipe González compareció como testigo y aludió,
en repetidas ocasiones, a la razón de Estado como justificante de
determinadas decisiones graves en situaciones críticas.
En marzo de 1999, una foto periodística (La
Jornada. Pedro Valtierra) presenta a Zedillo saludando a Felipe González
bajo la mirada complaciente del ex primer ministro israelí Shimon
Peres.
En octubre del año 2000, Zedillo come con Felipe
González en un lujoso restaurante de la colonia Polanco, en la ciudad
de México.
El 25 de octubre de 2001, el periodista Raúl Trejo
Delarbre, en "Sociedad y Poder", señala que PRISA (española)
y Televisa (mexicana) formalizaron la incursión del dinero español
en la radio mexicana. Asisten el presidente Fox y los presidentes de Televisa
y PRISA, además de Carlos Slim Helú, Felipe González
Márquez y Lino Korrodi. Se violó así el artículo
31, inciso VI, de la ley federal. Estuvo también presente Juan Luis
Cebrián, autor del libro sobre Felipe González, El futuro
ya no es lo que era, y consejero delegado de PRISA.
En febrero de 2000, Zedillo realiza su segunda visita
oficial a España. En la cena con Aznar, Zedillo recuerda su encuentro
con el ahora presidente del gobierno español a finales de 1994 y
agradece el apoyo de España en las negociaciones del Acuerdo de
Libre Comercio entre México y la Unión Europea. El rey y
Aznar agradecen a Zedillo la "colaboración" de México en
la extradición de presuntos etarras.
A lo largo del sexenio de Ernesto Zedillo, 1994-2000,
varios ciudadanos vascos fueron deportados a España acusados de
pertenecer a ETA, hay testimonios en Amnistía Internacional de que
fueron torturados.
En diciembre de 2002, el juez Baltasar Garzón sale
en defensa del rey, Felipe González y José María Aznar,
a quienes define casi como "próceres de la democracia".
En febrero de 2003, Aznar viaja a México para entrevistarse
con Vicente Fox. Los medios manejan que el viaje se debe a que el español
tratará de convencer al mexicano de que apoye la guerra en Irak.
La verdad es otra: Aznar viene a México para convencer a Fox de
que no deje a los zapatistas viajar a España.
(Informaciones tomadas del periódico mexicano La
Jornada, años 1996-2003, periodistas Pedro Miguel, Luis Javier
Garrido, Marcos Roitman, Kyra Núñez, Jaime Avilés,
Armando G. Tejeda, Rosa Elvira Vargas y Luis Hernández Navarro.
Agencias informativas: Afp, Ansa, Efe, Reuters, Ips, Ap.)
Cotejadas las informaciones, el EZLN decide que el proyecto
de ir a Europa debe iniciar en territorios del Estado español y
tocar el tema del País Vasco. Pensaba así plantear las interrogantes
obvias que se derivan de esto y las responsabilidades del gobierno español.
Queda así respondida la pregunta que muchos se
hacían: "¿Por qué el EZLN se mete en el tema del País
Vasco?" Fue el gobierno español el que metió el tema vasco
en la lucha indígena en México, no nosotros.
Los zapatistas consideramos entonces nuestro deber ir
a España para demostrarles al rey, a Felipe González, a José
María Aznar y Baltasar Garzón que mienten con eso de que
"si en algo son expertos los españoles es en exterminar indígenas",
puesto que seguimos vivos, resistiendo y rebeldes.
Nosotros no podíamos provocar una matanza en España,
pero sí un debate. Así pensamos en la iniciativa Una oportunidad
a la palabra. Estaba, además, el problema de que el tema vasco
era tabú entre las fuerzas progresistas y sólo podía
ser tocado para condenar el terrorismo de ETA, olvidando cuidadosamente
dos cosas: una, el terrorismo de Estado, y otra, que ETA no es la única
fuerza que lucha por la soberanía de Euskal Herria.
No ignoramos entonces que tocar el tema vasco podía
causar resquemores, pero consideramos que era nuestro deber hacerlo. Además,
los zapatistas teníamos otras preguntas que esperaban respuestas.
El 17 de noviembre de 2002, en la presentación de la revista mexicana
Rebeldía, advertimos sobre el deber e insinuamos a dónde
se dirigía nuestra palabra. Días después lanzamos
una provocación que tenía como objetivo principal a Felipe
González. Fallamos en provocar a González, pero en su lugar
cae, herido en su ego, el juez Baltasar Garzón. La carta al Aguascalientes
de Madrid señalaba ya la intención zapatista de ir a
Europa y tocaba el tema vasco. Después pasó lo que pasó.
El EZLN nunca se propuso mediar en el conflicto vasco,
ni mucho menos decirle a los vascuences lo que deberían de hacer
o dejar de hacer. Sólo pedimos una oportunidad para la palabra.
Nuestra propuesta pudo haber sido torpe o ingenua o ambas
cosas, pero nunca fue deshonesta, ni quiso ser irrespetuosa. No es nuestro
modo.
Esa fue la intención zapatista, sin dobleces ni
acuerdos en lo oscurito. La información que recabamos pensábamos
hacerla pública cuando avanzáramos en las demandas penales
ante los organismos internacionales.
Por eso, frente a las críticas que de todos lados
nos hicieron, señalando que por qué nos metíamos en
algo que desconocíamos, respondimos que sabíamos más
del asunto vasco que lo que muchos pensaban, a saber, la conexión
País Vasco-Chiapas, es decir, la conexión entre el terrorismo
de Estado español y el mexicano, el terrorismo internacional pues.
Si ahora revelamos esto que sabemos es porque hemos decidido
cancelar nuestro viaje a la península ibérica.
Nuestra iniciativa era limpia y honesta (como aval moral
tenemos a nuestra propia historia), pero pronto se vio rodeada de la condena
y la incomprensión de quienes se dicen progresistas, los cuales,
presionados por los medios, no quisieron esperar a ver el desenlace. Para
ellos sólo tenemos un sentido reproche y nada más, porque
el rencor no se alimenta contra quienes, pudiendo ser mezquinos, han sido
generosos en otras ocasiones.
La derecha hizo su trabajo y benefició a la propuesta
pues, a fuerza de satanizarla y satanizarnos, la dio a conocer y provocó
un debate que no tenía precedentes.
Del lado de la izquierda alguien se atrevió,
de manera ruin y mezquina, a sugerir que el deslinde que el EZLN hizo frente
a ETA era una condición del gobierno español para permitir
el viaje de la delegación zapatista a tierras ibéricas. Nuestro
deslinde del terrorismo de izquierda no es nuevo, viene desde la fundación
del EZLN, hace casi 20 años, y aun de antes.
Si debemos abstenernos de participar en el encuentro Una
oportunidad a la palabra, no es porque nos desvelen las críticas,
reproches o acusaciones mezquinas. Se debe a que no podemos, en términos
de nuestra ética, participar en un encuentro que no contará
con el aval de TODAS las fuerzas nacionalistas del País Vasco y
que corre el riesgo de convertirse en un tribunal que juzgue a los ausentes,
en lugar de ser un espacio de discusión y reflexión sobre
los caminos del País Vasco.
La responsabilidad de no haber logrado convocar a las
fuerzas vascas es única y exclusiva del EZLN, en particular de quien
es su vocero: Marcos (sin el grado militar, para quienes no gustan de eso).
Nuestras palabras (o nuestro modo, como decimos nosotros), en lugar de
convocar, hirieron a muchas personas honestas y nobles en el País
Vasco. Aunque no fue nunca nuestra intención, eso ocurrrió.
Lo lamentamos de veras.
Queremos pedirles una disculpa sincera a todas las personas
del País Vasco a quienes lastimamos. Ojalá y algún
día puedan honrarnos con su perdón, porque el perdón
entre hermanos no envilece.
Respecto al reto a debatir que nos lanzó el juez
Garzón, hemos esperado el tiempo suficiente. El juez Garzón,
a pesar de ser el retador, prefirió guardar silencio. Así
demostró que es bueno para interrogar a prisioneros torturados,
para fotografiarse con los familiares de víctimas del terrorismo
y hacer campaña de autopromoción para el Premio Nobel de
la Paz, pero que no se atreve a debatir con alguien medianamente inteligente.
Y no porque uno sea más hábil con la palabra, sino porque
Garzón aduce leyes donde faltan las razones. Antes acusamos a Garzón
de ser un payaso grotesco. No era cierto. Es sólo un hablador y
un cobarde.
Queremos agradecer especialmente a las organizaciones
de la izquierda abertzale, Herri Batasuna y Askapena, que fueron las únicas
que respondieron positivamente a nuestra iniciativa (o, cuando menos, las
únicas que nos lo hicieron saber), así como a las personas
que a título individual o en colectivos, en el País Vasco,
en el Estado español, en Italia y en México, acogieron con
interés y honestidad nuestra propuesta.
Tal vez algún día nuestras palabras aprendan
a reflejar el cariño, el respeto y la admiración que sentimos
por el pueblo vasco y por su lucha política y cultural.
Tal vez algún día se pueda realizar ese
encuentro y, dándole una oportunidad a la palabra, se encuentren
los caminos al mañana de independencia, democracia, libertad y justicia
que el pueblo vasco, y todos los pueblos del mundo, se merecen.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos
México, 24 de febrero del 2003.
Día de la Bandera Mexicana.