TUMBANDO CAÑA
Ernesto Márquez
Benny Moré /I
AL CUMPLIRSE 40 años de la muerte de Benny
Moré (19 de febrero de 1963) muchos abrieron una botella de ron
y dirigiéndose hacia un rincón derramaron las primeras gotas
para los orishas diciendo: "¡Por el Benny!"
LA FECHA, ADEMAS de importante para la historia
musical, fue motivo para recordarlo, para oírlo, para comentar sus
cosas, porque Benny Moré, se sabe, ha sido el cantante afroantillano
más popular de todos los tiempos, y a la vez el que más mitos
y misterios encierra.
LA VIDA DE Benny es muy rica en anécdotas
y pasajes interesantes, que, a pesar de lo que se ha escrito de él
en libros y artículos periodísticos, todavía tiene
mucho de enigma.
SU
BIOGRAFIA OFICIAL, Benny Moré, de Amín E. Nasser,
editada en 1985 por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de
Cuba, es realmente una hagiografía tan valiosa como incompleta;
Bolero, la novela coral de Lisandro Otero, sugiere un perfil más
rico y turbio, pero se sitúa en las nieblas de la ficción;
Oh, vida, de Abilio Estévez, está inscrito en una
serie de relatos sobre La Habana al igual que la cita de Cabrera Infante
en Tres tristes tigres, mientras que Yo conocí a Benny
Moré, de Félix Contreras, es una compilación de
textos sueltos hechos por encargo o rescatados de publicaciones periódicas
cubanas que, si bien aportan rasgos históricos de su vida y nos
ayudan a comprender el "fenómeno Moré", no alcanzan a ser
la obra esperada en la que se inscriba de una vez por todas el momento
más importante en la trayectoria del bardo de Lajas: su estadía
durante seis años en tierra mexicana.
ENTRE LA AHORA abundante bibliografía sobre
Benny se encuentran también los libros Elige tú qué
canto yo, del musicólogo Leonardo Acosta, quien tocó
en algún momento el saxofón en la orquesta de Moré,
y Ofrenda criolla, del investigador José Reyes Fortún,
referidos, el primero, a ubicar a Benny Moré en su real dimensión
musical y, el segundo, a un recuento discográfico. Pero ninguno,
insisto, aportan datos relevantes acerca de lo que sucedió artísticamente
con el cantor de Santa Isabel a su paso por nuestro país.
ES DE TODOS conocido que México fue el país
donde se forjó y proyectó internacionalmente la carrera de
Benny Moré, pero son pocos los trabajos dedicados a resaltar ese
periodo. De lo que más hablan los textos publicados sobre el Bárbaro
del ritmo es de su periodo posmexicano, cuando siendo artista famoso
regresa a Cuba y organiza su Banda Gigante.
EL ANIVERSARIO LUCTUOSO de este año es ocasión
propicia para hablar de ello, aunque de manera sucinta, ya que el espacio
no lo permite, pero se intenta crear conciencia y provocar el estudio y
la integración de esta historia a las ya tantas veces contadas.
LA HISTORIA DE Benny Moré en México
arranca en La Habana, cuando es descubierto por Miguel Matamoros, quien
fuertemente impresionado por el bello timbre de su voz le propone integrarse
a su popular conjunto, con el que está a punto de salir a cumplir
compromisos en nuestro país y España. Así es como
Moré llega el 21 de junio de 1945 a esta ciudad capital, se hospeda
en el hotel Fornos y actúa con Matamoros en las radioemisoras XEW,
XEG y los cabaret El Patio y El Follies.
AL CONCLUIR MIGUEL Matamoros su compromiso en la
ciudad de México, Benny decide no continuar la gira y quedarse aquí.
Al parecer Matamoros se molesta y le retiene sus documentos. Entonces Moré
no tiene más remedio que pasar por el viacrucis habitual del clandestino.
Anduvo de un lado a otro pernoctando donde le caía la noche, comía
en casa de amigos, cantaba por tres pesos y el porvenir lo vislumbraba
poco halagüeño.
CON EL OBJETIVO de resolver su situación
acudía a la calle de Meave (Centro Histórico), donde se reunían
artistas, deportistas y residentes cubanos. Allí se encontró
a su viejo amigo Clemente Piquero, Chicho, bongocero que había
llegado con el grupo folclórico Jungla Africana de Armando Barreto
y que al conocer su situación procuró brindarle todo tipo
de ayuda: le consiguió una pensión decente donde dormir,
un permiso provisional del sindicato de músicos para trabajar en
nuestro país y la oportunidad de hacerlo en el cabaret de Pancho
Aguirre, el Río Rosa.
BENNY COMENZO ALLI con una de las mejores agrupaciones
musicales de aquella época, el Son Veracruz, que tenía cantante
a Lalo Montané, con el que forjó gran amistad y formó
un excelente dúo de música antillana.