En casi dos horas se resumieron 35 años
de música
Status Quo cumple expectativas de los roqueros de Minezota
GABRIEL LEON ZARAGOZA ESPECIAL
El histórico primer concierto que ofreció
la noche del sábado la banda inglesa Status Quo en ciudad Nezahualcóyotl
se volcó en un apoteósico viaje musical de 35 años
de cadencioso boggie-rock ante nueve mil fanáticos, quienes durante
una hora y 40 minutos permanecieron atónitos con los acordes guitarrísticos
y potentes golpeteos a las percusiones de la quinteta.
Magistralmente secundados por los cincuentones Andrew
Bown, en los teclados y ocasionalmente en la lira; John Rhino Edwards,
en el bajo, y Matt Letley en la batería, Francis Rossi y Rick Parfitt
protagonizaron una exitosa presentación con sus habilidosas maneras
de tomar las guitarras y sus estruendosas, pero melódicas, formas
de cantar.
En
lo que antaño fue un depósito de basura y ahora es la sede
del estadio de futbol de Neza, el combo londinense dio forma al anhelante
ambiente musical que los roqueros de Minezota esperaron por décadas
y que por años recrearon en las legendarias tocadas callejeras que
los sonideros organizaban en la mítica calle Zopilote Mojado, o
en las aledañas al Palacio Municipal.
Portadores de negros atuendos y largas cabelleras o cortes
punketos -distintivos de identidad para quienes gustan del rock en las
zonas marginales-, desde las 16 horas los melómanos formaron una
larga fila a la espera de la apertura del único acceso al lugar;
para mitigar la sed, gran parte de ellos ingería bebidas alcohólicas.
No obstante el ambiente etílico, durante el concierto
no hubo incidentes, salvo el vuelo de cálidos y espumosos líquidos,
el vómito de decenas de personas o los largos peregrinajes a los
sanitarios portátiles.
Los organizadores tuvieron la espontánea idea de
seleccionar al azar a una veintena de jóvenes de entre la incuantificable
fila. Los elegidos tuvieron la suerte de convivir con los cinco músicos.
Los afortunados no dieron crédito a la sorpresa de dialogar o por
lo menos estar cerca de sus estrellas.
En punto de las ocho de la noche con 20 minutos y ante
la incesante rechifla por la tardanza del inicio del espectáculo,
finalmente apareció Parfitt para dejar oír los primeros acordes
de Caroline. Aquello se volvió un frenético asentamiento
de cabezas, imperceptibles danzas y brincoteos ante la apretujada convivencia
y un ensordesodor coro de México-Status-México-Quo.
En opinión de los fieles seguidores de Status,
las 19 canciones interpretadas por la banda fueron una síntesis
de la historia musical de 32 álbumes, que comenzó en 1968
con el disco de Matchstickable messages from the Status Quo y que
continúa con Heavy traffic, la más reciente producción.
En escenario, Ku, como afectivamente sus seguidores
llaman a los ingleses, preparó un set list especial para
los dos conciertos que ofreció en Neza. La presencia de tan distinguidos
visitantes motivó de tal manera a la concurrencia, que ésta
prefirió ver y escuchar a sus míticos dioses que distraerse
con los slams que usualmente arman con los cadenciosos temas de
Status.
Energía y virtuosismo
Quincuagenarios de apariencia pero veinteañeros
de corazón, los ingleses hicieron que los chavos banda quedaran
sorprendidos con la energía y virtuosismo con que se pararon en
el escenario para cantar Wonderer, Something about your baby,
Don't waste my time, 4500, Rain, All stand up,
Solid gold, Heavy traffic y Medley.
El momento en el que Status de plano dejó sin aliento
a los asistentes fue cuando interpretó Gurd und ulla, Big
fat mama, Roll over lay down, Down down y las esperadas
Whatever you want, Rocking all over the world, Buming
bridges y Waltz.
La banda de los olvidados, como llaman a Status Quo los
del oriente de la zona metropolitana por la querencia fanática que
le tienen, concluyó su primer presentación en México
con un estilo muy inglés: escuetas palabras y sonrisas discretas.
No hubo mensajes ni breves saludos.