Los Prisioneros ofrecieron el show más irreverente jamás visto en Chile
Un rotundo no a la guerra une a público y artistas en Viña del Mar
Jorge González, vocalista del grupo chileno, arremetió contra la Iglesia católica y George Bush, entre otros Joe Vasconcelos, Diego Torres y Juanes también se pronunciaron por la paz
DPA Y REUTERS
Viña del Mar, 23 de febrero. "No a la guerra" ha sido la consigna del 44 Festival de la Canción del Viña del Mar: durante toda la semana tanto los artistas como los más de 15 mil asistentes han pedido paz y han criticado la posibilidad de una guerra contra Irak.
El sábado, en la llamada noche chilena porque se presentan sólo artistas locales, Joe Vasconcelos y el grupo Los Prisioneros fueron aplaudidos a rabiar y coincidieron con el público, que mediante pancartas y gritos reclamaba que Estados Unidos (EU) abandone su posición favorable a una guerra contra Saddam Hussein.
"Nunca es momento para una guerra", señaló Vasconcelos tras su presentación.
"La guerra de EU es eso, una guerra que su presidente desea por intereses económicos", indicó por su parte Jorge González, vocalista del grupo chileno.
A medida que la posibilidad de un enfrentamiento se incrementa, también lo hacen los reclamos de paz reflejados en las decenas de letreros que se alzan en cada jornada del Festival de Viña del Mar.
"No a la guerra, Greenpeace", "Viña dice no a la guerra", "Hagamos el amor y no la guerra", son algunos ejemplos.
También constante de los artistas
El llamado a la paz también ha sido una constante en todos los artistas que han participado.
"Creo que el mundo está pidiendo la paz, esta guerra es absurda porque sólo está generada por los intereses de EU en el petróleo; todos conocemos la política de ese país", dijo el argentino Diego Torres.
Por su parte el colombiano Juanes, que vivió el secuestro y posterior asesinato de un primo hermano por la guerrilla de su país, señaló: "Estoy muy triste con esa posibilidad (de guerra), con la que tenemos en Colombia es suficiente; le pediría diálogo a la gente que le toca decidir y que sus armas sean las palabras. Nadie quiere guerra y ningún pueblo está preparado para ella".
La legendaria banda de rock chilena Los Prisioneros brindó el show más irreverente jamás visto en el país, en cuyo transcurso el vocalista Jorge González hizo los ataques más fuertes que se recuerden contra la Iglesia católica, el Canal 13 (que transmitía el festival), la prensa, George W. Bush y los nacionalistas de Chile.
El grupo venía con el antecedente de silbatinas en días previos, cuando en la Quinta Vergara dio de qué hablar por declaraciones hechas por González hace tres semanas en Lima, en las que acusó a su país de prepararse para ir a la guerra con Perú y Bolivia y afirmó que a veces sentía vergüenza por ser chileno.
Las frases calaron hondo en el mundo político y en los seguidores del trío, reagrupado a fines de 2001 tras 12 años de separación. Incluso llegaron correos electrónicos a su página web con amenazas de muerte. Se esperaba que González tuviera algún gesto de contrición o reconciliación, pero su actitud fue la más dura que se haya visto jamás en la televisión chilena y pasará a la historia como tal.
Vestido con un suéter tipo policial y casi sin peinarse, González entró directo a la confrontación con el temido monstruo del festival. Sin ningún halago, espetó: "ƑA ver esas pifias (silbatinas)?" "šQueremos pifias!" El monstruo reaccionó apabullado ante tanto atrevimiento: jamás nadie lo había provocado así y salía vivo.
Empezó la pesadilla
Comenzó la canción Sexo y González empezó a cambiar la letra y alargó el discurso más fuerte de que haya memoria, con su cara de mayor relajo: "El curita de la tv, el curita con la censura en cierto canal de tv, luego la mina con las tetas al aire, el curita quiere que todos mueran de sida, el curita con el sermón, el tremendo culo en la televisión, el curita con las palabras al cierre, el curita hablando de amor de Jesús, pero cuando torturan y matan se queda callado, pues mataron comunistas anticristianos, tenían vacías las manos, y con esa tortura su canal los bosillos se llenaron, Ƒse acuerdan?: ellos eran los patriotas".
Tras las alusiones directas a Canal 13 y a uno de sus ex altos directivos, siguió la canción normalmente y toda la Quinta Vergara siguió el coro y bailaba, lejos de protestar. Era un público fiel, que había ido a verlos y estaba con ellos, incondicionalmente.
Vino el tema Quieren dinero y González seguió improvisando: "Quiero más rating, quiero más pifias, quiero más petróleo, quiero más guerras" y terminó emitiendo fuertes palabrotas muy chilenas, como para provocar a la estación católica.
Luego de Paramar vino Por qué no se van y detuvo la canción para contar una anécdota, al estilo Jim Morrison: "Veníamos para acá y algo nos pasó por alguna gente que ha iniciado una campaña para hundirnos, por vender diarios. Se cruzaron autos y motos. Le dieron con un bate a nuestra cabina. Yo le pegué a uno, Miguel (baterista) a otro. Le saqué el pasamontañas a uno y decía 'prensa' (risas). Les quitamos las motos y nos vinimos: šTengan cuidado con nosotros!"
Luego de ese ataque directo a la prensa, cantaron Sudamerican rockers y al anunciar el tema Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos, González señaló: "Ahora más que nunca Latinoamérica es un pueblucho al sur de Estados Unidos", y volvió a improvisar.
"El ejército de EU dice que hay que ir a la guerra y toda Latinoamérica le chupa el miembro y está dispuesto. George Bush dice que hay que ir a matar árabes y él es un tejano millonario y dueño de petrolera y Latinoamérica dice 'sí a la guerra', a asesinar niños. El diario está feliz, el noticiario está feliz, la radio está feliz. Van a vender diarios y estarán del lado del más fuerte. Nos ven las pelotas: Latinoamérica es un pueblo al sur de EU".
Ni un paso atrás
La bronca de González no paraba y seguía reivindicando su postura, lejos de retroceder: "Yo quiero al hermano argentino, yo amo al hermano peruano y al hermano boliviano y si alguien tiene problemas con eso, bien puede lamerme el ano". Ni la peor pesadilla de Canal 13 pudo imaginar lo que pasaría.
Cuando anunciaban Tren al sur ya la gente pedía para ellos la Antorcha de Plata, pero González exigía la Gaviota de Plata (el premio de la competencia). La pausa vino con La estamos pasando muy bien, Quién mató a Marilyn y Estrechez de corazón y siguió la provocación cuando González dijo que cantarían un tema del folclor local y vino La Pirilacha.
Vino El baile de los que sobran y nuevas intervenciones en las que se fustigaba la educación y el clasismo que formaba "esclavos y obreros", por un lado, y "gerentes", por el otro.
El animador Antonio Vodanovic, que en 20 años de conducción jamás vio nada igual, hacía como si nada pasara y todo fuera normal. La gente exige para ellos Antorcha de Plata y Antorcha de Oro. Vodanovic no quiso más líos y las entregó sin chistar.